Eduardo Pinto apela a recursos de su pasado como director de videoclips para recorrer el conurbano bonaerense
‘Corralón’
Luciano Cáceres, Pablo Pinto, Brenda Gandini. Dirigida por Eduardo Pinto / Dos estrellas
El realizador Eduardo Pinto tiene en su haber varias películas (Palermo Hollywood, Dora, la jugadora, Buen día, día) y una larga lista de videoclips. Este último dato profesional se hace evidente en varias instancias de Corralón: cada vez que el ralentí se apodera de las imágenes del conurbano en contrastado blanco y negro vuelve el recuerdo de clips promocionales de decenas de bandas locales e internacionales. Ese rasgo de extrema estilización (entre otros, como los planos cenitales vía drone de las calles de Moreno) no logra ocultar un clásico relato de tintes noir desplegado sobre las tensiones entre clases sociales y culturales. Juan (Luciano Cáceres) e Ismael (Pablo Pinto, hermano del director) recorren las calles durante el reparto diario de ladrillos y cemento, parando un rato para comer un choripán o tomar unas cervezas en el bar. La descripción de ambientes y tipologías humanas le cede el lugar a la trama policial, a partir del choque entre Juan y la pareja de clase acomodada interpretada por Brenda Gandini y Joaquín Berthold, jugados al estereotipo desvergonzado. Lo más interesante de Corralón son algunos de sus apuntes sociales, aguafuertes audiovisuales de fugaz duración; el resto es rutina, suspenso mínimo, misantropía espuria. Y la metáfora de los humanos como perros salvajes o domados, que se repite infinitas veces para el espectador poco atento.
(Referencia de puntaje: 4 estrellas - Clásico / Tres estrellas y media - Excelente / Tres estrellas - Bueno / Dos estrellas - Regular / Una estrella - Malo)
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