Con un film sobre abogados y leyes, Fernán Mirás debuta como director
En El peso de la ley, estreno de hoy, el actor cumple el viejo sueño de ponerse del otro lado de las cámaras; aunque se reservó un pequeño rol para él, que fue, confiesa, el momento de distensión que equilibró la presión que sentía
El fotógrafo le pide que se siente frente a la barra del bar. En la mesada hay sólo una miniplanta y un potecito con sobres de azúcar. Él posa mientras cuenta, maravillado, que su hijo de nueve descubrió a The Beatles. Pero, de pronto, se interrumpe: "Le hace falta algo a esta escena", advierte Fernán Mirás , y bromea: "Mi mujer diría que estoy en modo director". Tendría razón. Es que, después de más de treinta años de dedicarse a la actuación, después de Tango Feroz, Caballos salvajes, Buenos Aires viceversa y Días de vinilo, entre tantas otras películas, Mirás debuta como director con El peso de la ley, una historia basada en hechos reales que llega hoy a la pantalla grande.
El germen de esta ópera prima es un expediente real de un caso ocurrido en los años 80 y de los que ninguno de los protagonistas vive ya. Roberto Gispert, coguionista y coproductor del film junto a Fernán, se recibió de abogado con una tesis sobre este documento legal lleno de vicios, un compendio, dicen ellos, de todo lo que puede hacer mal el Poder Judicial. "En cuanto lo leí sentí que ahí había una historia para contar. En principio, la de una abogada que debe defender a un acusado de violación al que considera culpable", adelanta el director.
Pero ¿cómo hace un profesional del derecho para defender a un acusado con expedientes de esos tan absurdos que los abogados acostumbran a pasarse como contándose un chiste? ¿Cómo sobreviven a tanta irracionalidad aquellos que trabajan con ese acusado y ese expediente repleto de peritajes mal hechos? Intentando responder a esas preguntas, Mirás decidió investigar, entrevistar abogados, jueces, fiscales y hasta secretarios. "La primera pregunta que les hacía era por qué habían estudiado derecho. El 90% se reía y respondía: «Era joven, era muy ingenuo». Lo más revelador fue la evidente lucha interna, una vez que ejercían, por no convertirse en escépticos, burócratas, cínicos, o las tres cosas a la vez. Parecía que todos tenían que pelear no sólo contra los oponentes en sus litigios legales, sino también por vencer la propia apatía y los conflictos cotidianos que les despertaba el mismo sistema. Es un conflicto que carga la profesión", cuenta el actor, y ahora guionista-director, con un entusiasmo que lo diferencia de sus entrevistados.
Así, con producción de Arco Libre en asociación con Aleph Cine y la actuación de Paola Barrientos, María Onetto, Darío Grandinetti, Jorgelina Aruzzi y Darío Barassi, aquella tesis universitaria fue convirtiéndose en El peso de la ley, que, filmada en gran parte en Mar del Plata y Necochea, "es una de esas películas que yo elegiría ir a ver al cine. Es de género, entretenida y tiene una misión. Tarkovski puede ser el mejor director, pero se necesita de todos los cines para una industria saludable", dice Fernán.
Está contento, se nota. También ansioso, admite. "El proceso en su totalidad fue una montaña rusa de emociones. Dirigir me gustó más de lo que pensaba. Fue lo que imaginé y más. Hace diez años me habían propuesto hacerlo y dije que no. Esta vez no dude. Tuve miedo el día antes a empezar la filmación, pero el segundo o tercer día de rodaje sentí que tras haber estado toda mi vida en un set viendo dirigir a los mejores y preguntándoles cosas a los guionistas o a los directores de fotografía, tenía más experiencia de la que creía. Además, me rodeé de gente que sabía un montón más que yo. Entonces todos los días fueron de gran aprendizaje y emocionalmente muy fuertes. Resultó conmovedor sentir a tanta gente trabajando por mi sueño. De golpe ver a Darío Grandinetti entrando al set de mí película y decirle al asistente: «Boludo, voy a dirigir a Grandinetti'. O tener un problema y que los técnicos corrieran para resolverlo sin que nadie se lo pidiera. Esas cosas me hacían llorar, literalmente. Lo he visto toda la vida, pero cuando es para tu proyecto... Me acuerdo y me cuesta contarlo." Tiene lágrimas en los ojos y sonríe. Es que Fernán sonríe casi todo el tiempo.
Él es, también, parte del elenco de El peso de la ley. "Gispert me dijo que si yo no actuaba, él no producía la película. Pensé que ése iba a ser un conflicto para mí, pero cuando empecé a filmar me di cuenta de que actuar era aquello en lo que tenía experiencia y frente a la presión de dirigir por primera vez ése se convirtió en mi momento de distensión, como dirían hoy, mi zona de confort."
El personaje de Fernán es Manfredo: "Ya en el expediente te das cuenta de que se están riendo de él y eso es, creo, lo que más te engancha del documento. Lo cargan de preconceptos y motes, entonces nos fue gustando la idea de que en el film no dijera nada, que los demás hablaran por él." Manfredo viste harapos de principio a fin de la película y no dice una sola palabra; no las necesita para sacarle una sonrisa al espectador o conmoverlo profundamente. Pero fuera de la ficción, en el set, los harapos del personaje devenidos en look del director provocaron más de una situación desopilante. "En determinado momento di una indicación y un técnico me respondió: «Con esa pinta no sé si obedecerte o tirarte una moneda»."
Dice Mirás que tal vez actuar en el film pero sobre todo su facilidad para abstraerse le permitieron mantener la concentración, estar enfocado durante la filmación: "Te diría que nunca pensé en que estaba dirigiendo una película y esa suerte de negación me permitió hacerlo. De haberme dado cuenta de lo que estaba pasando me hubiese agarrado un ataque de nervios. Le tengo un gran respeto al rol de director", ese rol con el que fantaseaba hace mucho y ahora se convirtió no sólo en una realidad sino también en una necesidad.
Otras noticias de Cine argentino
Más leídas de Espectáculos
Del encuentro de Julia Roberts con Daniel Craig a la felicidad de Jude Law por ser parte del mundo de Star Wars
"¡No estoy preso!". El inesperado episodio que vivió Jony Viale en Miami tras asistir a los premios Martin Fierro Latino 2024
"Contestó todo". Tras los rumores de separación, habló por primera vez Marynés Breña, la mujer de Guillermo Francella
En fotos. De los besos de Sebastián Ortega y Valentina Zenere a una noche a puro baile en Ferro