Con talento para el cortometraje
"El hombre sin cabeza" se exhibe en el Bafici y fue distinguido en Cannes
Juan Solanas todavía no entiende las contradicciones de su caso. El único premio del cine francés de la edición 2004 del Festival de Cannes lo ganó él (argentino, radicado en París desde 1976), y con un cortometraje de 18 minutos, "El hombre sin cabeza". Esto explica, confusión mediante, por qué en Francia hoy se habla de Juan Solanas (además, el hijo de Pino) como de una de las revelaciones del año. Y así es como este argentino de 38 años, con gran experiencia europea como director de fotografía en videoclips y comerciales, ahora tiene todo el apoyo francés (y la presión también) para filmar su primer largo, "Nord-este", por el que dos grandes divas francesas pelean su protagonismo.
Dulce y melancólico, "El hombre sin cabeza" fascinó en Cannes (donde ganó el Premio del Jurado) y acaba de ser seleccionado para competir por una nominación para los premios Oscar 2005 en la categoría mejor cortometraje. Y por estos días conmueve en Buenos Aires cuando se proyecta en el Festival de Cine Independiente. Hoy volverá a verse a las 21, en una función gratuita en el Hoyts 8, del Abasto, junto con el corto de Diego Lerman.
Solanas define "El hombre sin cabeza" como un "objeto perfecto" que le llevó cuatro años de realización, de los cuales dos y medio se los llevó exclusivamente el trabajo de posproducción. Un corto que tuvo 900 días de truca, lo que es el equivalente de un superproyecto del cine francés. También cuenta que lo hizo con dinero francés y "fuera de precio", porque debió haber costado un millón y medio de euros, pero que nadie cobró por su trabajo.
De todos modos, no hay que dejar que las cifras sean la mayor atracción de este cuento poético filmado en Francia sobre un hombre acomplejado por no tener cabeza. "La actualidad sociopolítica me interesa mucho --cuenta Solanas--. La realidad es dura y cruel, pero a mí me gusta sublimarla. Y esta fábula sobre la apariencia era una forma de escapar. La idea se me ocurrió en un gimnasio en donde vi a un pibe sentado, mal con su cuerpo. Es que si sos gordo y petiso está todo mal. Pero hoy se vende un ideal que no existe. En Francia te detienen por portación de rostro. A mí, por ser rubio, no, pero a unos amigos los paran varias veces por semana."
Muchas revistas de arte francesas se interesaron por su cortometraje. Y la directora del MoMA, de Nueva York, le propuso exhibirlo. La puesta sorprende. La iluminación, que también es propia de Solanas, es impecable. Los fondos, en un sesenta por ciento, están rediseñados en 3D. Y también por computadora consiguió armar a su gusto una ciudad contemporánea con elementos reconocibles, y donde los hechos se suceden con una gran poesía. Pero Solanas cuenta que temía que con tanta posproducción quedara una película fría. "Finalmente, para los franceses es una película muy latinoamericana --agrega, sorprendido, el director--. Por el realismo mágico de la metáfora del hombre sin cabeza."
El protagonista del corto es el actor y bailarín de tap argelino Alain Haucine, que actuó con una bolsa verde en la cabeza porque, obviamente, con la truca, se la iban a cortar. Y como en el cuento hay un negocio que vende cabezas (más no se puede contar), fue acompañado de dos gemelos que también se le parecen. "Estuve seis meses haciendo casting", agrega Solanas.
En este corto, que tiene todo el espíritu del cine mudo, la música es también muy importante. Fanático de las comedias musicales de los años 50, en el transcurso de los 18 minutos que dura la película hay cinco temas compuestos especialmente por Vincent Artaud y una sorpresa: un tema original de Cole Porter, de 1949, que bailaron Cyd Charisse y Fred Astaire en "La bella de Moscú".
Una francesa en el Nordeste
Durante este año, Juan Solanas se la pasó viajando entre la Argentina y Francia. Y si bien él no quiso regresar al país después del exilio de su padre, ahora sí está contemplando la posibilidad de vivir en la Argentina (no dice "mi papá", sino "Pino" a secas). Pero, sin babas, reconoce: "Heredé muchas cosas de él. Sus películas tienen un trabajo visual fuerte. Tienen poesía, eso de irse de la realidad. Y yo crecí con la idea de que el cine es imagen", comenta Juan, que hizo la iluminación de casi todas las películas de su padre, y la dirección de fotografía de "La nube".
En septiembre piensa poder rodar su primer largometraje, la coproducción francoargentina "Nord-este", con guión propio y de Eduardo Berti, en las provincias de Corrientes, Chaco y Formosa. "Es la historia de una francesa de clase alta que viene a la Argentina con objetivos muy claros, que prefiero no contar, y termina viviendo perdida en un campo." Cuando se le pregunta por la protagonista, después de algunos rodeos Solanas cuenta que en quince días tiene que decidirse entre dos actrices francesas de primer nivel. Una de ellas, según comentó, es súper top. Es que Solanas ya entró en el selecto grupo del club del cine francés. Como el señor Phelps, el personaje sin cabeza, no se reconoce en el lugar en el que está ubicado. Es más, parece dudar constantemente de si lo que hizo o hace está bien o mal. Como Phelps (llamado igual que el de "Misión imposible"), Juan Solanas está en camino de asumir y dar curso a sus más fuertes impulsos, inquietudes, posibilidades y riesgos.
Agenda
11.00: "Demain, on déménage" (Bélgica-Francia), de Chantal Ackerman (Hoyts 11).
12.00: "Nós" (Portugal), de Cláudia Tomaz (Cosmos).
17.15: "No Rest for the Brave" (Francia), de Alain Guiraudie (Hoyts 11).
20.15: "The Saddest Music in the World" (Canadá), de G. Maddin (America).
22.45: "Gozu" (Japón), de Miike Takashi (América).
22.45: "Memories of Murder" (Corea del Sur), de Bong Joon-ho (Hoyts 10).