Con Charlize Theron y Seth Rogen, la comedia romántica vuelve a enamorar
Apareció un dinosaurio, ¿vivo?, ya veremos. Por lo pronto, observemos al bicho en cuestión: hoy se estrena Ni en tus sueños (Long Shot), la primera comedia romántica no argentina –porque argentinas hay varias, por ejemplo, la salteña y recomendable Badur Hogar– en estrenarse en cines luego de un montón de tiempo. Hay que ir hasta octubre del año pasado para llegar a la asiática Locamente millonarios y a la más bien británica Amor de vinilo. Quién sabe hasta qué épocas hay que transportarse para encontrar una comedia romántica "de Hollywood" estrenada en los cines argentinos, como esas que tiempo atrás solían presentarse con frecuencia.
Hoy algunas comedias románticas son producidas por Netflix, aunque los puristas del género afirman que tampoco son del todo como las comedias románticas de antes. Pasa lo mismo con otros géneros, como el policial, que escasea en las carteleras y va mutando en otros formatos. Estos cambios generan diferentes costumbres en cuanto al consumo, y también una buena cantidad de nostálgicos de las formas de ser del cine del pasado, el de algo así como un cuarto de siglo o casi tres décadas, cuando las comedias románticas recaudaban muchísimo más que hoy. En ese tiempo existían, casi que abundaban, y hasta había actores y actrices norteamericanos identificados con el género: ¿quién es la Julia Roberts de hoy?; ¿y la Meg Ryan ?; ¿y Tom Hanks ?; ¿y Billy Crystal ? Tan poco recambio hubo que en 2011 Hanks dirigió una extraordinaria comedia romántica llamada Larry Crowne(atacada por demasiada gente, signo de los tiempos) y la protagonizó orgullosamente casi con cincuenta y cinco años. Su coprotagonista: Julia Roberts, a veintiún años de Mujer bonita.
Claro, ¿para qué se necesitan estrellas nuevas para un género que se apaga? ¿O será que este hipotético dinosaurio llamado Ni en tus sueños podría ser considerado un nuevo comienzo? Veamos. Asunto estrellas protagónicas: ella es Charlize Theron , sudafricana, podría decirse que en su primera comedia romántica (no recordemos algunos experimentos de principios de siglo) y con poca experiencia en el género; él es Seth Rogen, canadiense, con algunas comedias románticas (Ligeramente embarazada, por ejemplo) y mucha experiencia en comedias.
Empieza Ni en tus sueños y puede producirse un desajuste en el espectador. De repente, podemos llegar a notar que estamos desacostumbrados a ver en el cine una comedia romántica. Que sus artificios y sus planteos, y sus peticiones de principios, que toda o buena parte de su lógica en tanto género nos incomodan, nos piden que volvamos a ser una clase de espectadores que no somos hace demasiado tiempo. Puede haber una falta de sincronización por esa falta de costumbre, que puede solucionarse en pocos minutos; o quizás a Ni en tus sueños le sobren elementos de puesta en escena y montaje televisivos, lo que se hace evidente porque la película mejora inmediatamente en cuanto deja respirar más las secuencias, en cuanto deja fluir los diálogos, en cuanto permite el tiempo y el espacio para que uno de los protagonistas pueda demostrar su sabiduría para la comedia romántica en particular y para la comedia en general.
En una de sus críticas tempranas, Jean-Luc Godard dijo –no del todo como un elogio– que si el cine dejase de existir, Nicholas Ray podía llegar a reconstruirlo, por su disposición a concentrarse en el cine y en saber de cine. Algo así podría decirse de Seth Rogen con respecto a la comedia. Rogen ha actuado, producido, guionado y dirigido comedias: su respiración es la comedia. Y se nota en cada momento de Ni en tus sueños en los que asume el centro de la escena: cuando cae por la escalera demuestra que sabe de comedia física; cuando exhibe y comenta sus pertenencias en el control de seguridad demuestra que sabe de timing en una situación que se extiende; cuando hace el chiste sobre la Argentina demuestra que sabe de timing y velocidad para un one-liner. Y podríamos seguir con Rogen, pero además está su personaje en esta película: el periodista Fred Flarsky. Y al poner a un periodista de protagonista quizás estemos ante una película dinosaurio que redobla la apuesta prehistórica.
Flarsky no solamente renuncia al medio en el que trabaja cuando este es comprado por un cretino, sino que además es de la vieja escuela en términos de saberes de cultura popular, ese tejido base de tantas comedias y de tantas comedias románticas. Esas conexiones de consumo cultural que han formado muchas parejas, dentro y fuera del cine. Flarsky es el que sabe sobre esos asuntos, e intenta transmitir ese saber a su partenaire, la candidata a la presidencia Charlotte Field, interpretada por Charlize Theron.
Charlize Theron no da la sensación de poder reconstruir la comedia por sí sola; de hecho, está fuera de timing y con los gestos poco precisos en buena parte del relato. Aunque quizá sea meramente su personaje, la candidata política, uno que ha borrado las posibles conexiones con cualquier candidato romántico que no sea un plomazo o un pelmazo. Flarsky (Rogen) le enseñará a Field (Theron) cómo ser la protagonista de una comedia romántica, con referencias a saberes fundamentales que se deben compartir: si no hay mucho en común, si se desconoce todo lo que conoce el otro… ¿cómo hacer chistes? Y los chistes y las risas son necesarios para las comedias románticas, y también para los romances fuera del cine.
Ni en tus sueños no es del todo un dinosaurio, es una comedia romántica de estos tiempos; es decir, una que sabe que casi no hay comedias románticas en el cine. Por eso exhibe las referencias a esas épocas en las que las comedias románticas dominaban el mundo, por eso tanto guiño a Mujer bonita. Y, además, sabe que la comedia romántica en sus tiempos de éxito ha sido atacada por sus visiones acerca de los géneros-gender (o por la visión de quienes imponen hoy las visiones sobre las visiones de las películas, porque en el cine industrial nunca fue todo tan sencillo de encuadrar en visiones rígidas), y entonces pone al frente el rol de la mujer en la política norteamericana, y también cómo eso es tratado por los medios y la opinión pública. Así son las cosas, la primera comedia romántica de Hollywood en estrenarse en cines en mucho tiempo es una supercomedia romántica, una que además de la comedia y el romance con sus particularidades necesita un relato político y de género-gender gigantesco, un marco que venda otros atractivos más allá del género-gender. Lo de supercomedia romántica es una referencia a un concepto de André Bazin sobre otro género cinematográfico, el western.
Bazin, en la década del cincuenta del siglo pasado, hablaba del superwestern, una mutación del género, con esos exponentes que se avergonzaban de ser meramente un western y entonces necesitaban apelar a intereses adicionales que justificaran su existencia y que supuestamente lo enriquecieran. Un ejemplo de superwestern fue A la hora señalada, con todas sus implicancias políticas para ser leídas en el clima de la época. Si analizan la historia del western después del momento del superwestern quizá duden de que el dinosaurio llamado Ni en tus sueños pueda llegar a estar vivo, pero mejor pensemos en positivo y vayamos al cine a ver una de esas películas que ya casi no se consiguen.
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