Oscar 2022: el complejo sistema de votación por el que se elige a la película ganadora y por qué siempre resulta en sorpresas
El voto preferencial está pensado para que cada boleta cuente y así igualar las chances de los títulos, pero las películas con mayor consenso general terminan prevaleciendo a las que polarizan opiniones; por qué crecen las aspiraciones de CODA frente a El poder del perro, que aparece como favorita
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¿Quién ganará el Oscar 2022 a la mejor película? Los pronósticos se reparten en este momento entre los dos favoritos, El poder del perro y CODA: señales del corazón, con Belfast como “tapada” y posible sorpresa de este año. La expectativa se extenderá hasta el final mismo de la ceremonia transmitida al mundo a través de la televisión este domingo.
El interrogante que todos manejamos en tiempo futuro ya se resolvió en los papeles. Los ganadores del Oscar 2022 se decidieron hace dos días. El martes cerró el plazo para que los 9487 miembros de la Academia de Hollywood habilitados para votar eligieran a sus candidatos. Antes del anuncio oficial del domingo, solo los auditores de la firma PriceWaterhouse Cooper conocerán el veredicto.
¿Por qué, entonces, persiste hasta el final toda esta incertidumbre, sobre todo en una temporada en la que las diferencias entre los principales aspirantes al premio principal resultan tan estrechas? Porque el sistema de voto preferencial fijado por la Academia para elegir a la mejor película está pensado para que cada uno de los sufragios sea tenido en cuenta en la elección del ganador.
En las otras 22 categorías del Oscar el ganador llega al premio mediante la suma simple de los votos. Allí no hay vueltas: el que acumula más cantidad de sufragios triunfa de inmediato. En cambio, el voto preferencial extiende el suspenso. Apunta a repartir más el juego y demorar el resultado para que el ganador no surja de un número determinado, sino del máximo consenso posible.
Por esa razón, en el caso del premio más importante de todos las cosas pueden complicarse un poco. Tanto como la explicación del mecanismo por el cual se aplica esta herramienta. Lo primero que hay que saber es que en el caso del Oscar a la mejor película, la ganadora debe alcanzar el 50 por ciento más uno del total de los votos. En una elección en la que hay diez competidores esa cifra resulta casi imposible de alcanzar en un primer intento, sobre todo cuando el padrón de votantes se acerca a los 10.000.
¿Cómo se organiza el escrutinio para elegir a la mejor película? Lo primero que se hace es ordenar cada uno de los sufragios según un orden de mérito que se les pide a los votantes. La que consideran mejor se anota como número 1 de la lista y así sucesivamente se van incorporando los restantes títulos, hacia abajo y hasta el final. La película que lleva el número 10 será la menos valorada en cada caso.
Los sufragios se agrupan en diez pilas. Si tomamos como criterio hipotético la mayoría de los pronósticos de los expertos en estos últimos días, la pila en la que se agrupan todos los votos que pusieron arriba de todo (en el número 1) a El poder del perro será la más alta. Un poco más abajo estará la pila con todos los votos con el número 1 para CODA, detrás irá la de Belfast y así sucesivamente con los títulos restantes.
Si seguimos esos vaticinios, siempre hipotéticos a modo de ejemplo, la pila con los votos para El callejón de las almas perdidas con el número 1 será la más pequeña. El paso siguiente es descartar justamente esa pila. En esta instancia, vale recordarlo, resulta muy improbable que alguna película alcance por sí sola el 50 por ciento requerido para ganar. Supongamos que en esta vuelta inicial El poder del perro logra el 39 por ciento, CODA el 33, Belfast el 28 y El callejón de las almas perdidas el 7 por ciento de los votos en el número 1.
En ese momento, la película de Guillermo Del Toro queda afuera de la competencia. Pero el voto de quien se pronunció de esa manera sigue teniendo valor en el siguiente conteo y de allí hasta el final. El voto preferencial determina que ninguno de esos sufragios se descarta. Por el contrario, cada uno de ellos se redistribuye ahora tomando como referencia a la película que aparece en el número 2. De esa manera, quien votó por El callejón de las almas perdidas como número 1 y –por ejemplo- No mires arriba como número 2 convierte automáticamente a esta última en el número 1. La votación empieza a tener otro color.
Este procedimiento se repite una y otra vez mientras se van eliminando de manera consecutiva aquellas películas con la menor cantidad de votos ubicados en el número 1, hasta el momento en que alguno de los títulos que todavía sigue en competencia logra superar el 50 por ciento del total.
El voto preferencial está pensado, por ejemplo, para que alguna película que acumula mayor cantidad de votos ubicados durante el primer conteo en los puestos 2, 3 o 4 de la lista puedan ascender después de los descartes y las eliminaciones al primer lugar. Se van eliminando películas, pero hasta el final el total de votos sigue siendo igual al total de votantes: 9487. Solo que a lo largo de cada instancia cambia el lugar que ocupa cada película en su respectiva pila.
Lo que en el fondo hace el voto preferencial, cuando los candidatos como en este caso son muchos, es reducir al final del largo conteo a los nominados que dividen opiniones. Por eso un eventual triunfo para El poder del perro, vaticinado por la mayoría de los especialistas, puede no concretarse porque es un título que viene desde el comienzo de la temporada de premios planteando una opción polarizada. Es muy factible que obtenga de entrada muchos número 1, pero también puede aparecer con frecuencia al final de la lista.
En cambio, películas como CODA: señales del corazón, que transmiten un estado de ánimo mucho más optimista, podrían crecer en sus chances porque no separan aguas de manera tan tajante entre defensores y críticos. Es un título que a priori puede sumar y concentrar apoyos. Esto le permitiría, según varias especulaciones, lograr en algún momento el consenso suficiente como para alcanzar y superar la meta del 50 por ciento de los votos.
Podemos entonces imaginar a CODA, como ocurrió en 2019 con Green Book, arrancando desde atrás en el primer conteo, pero aproximándose al porcentaje requerido para ganar en las siguientes vueltas del escrutinio. De todas maneras, todo es posible. Las posibilidades de ganar que tiene El poder del perro siguen siendo altas.
El pasado fin de semana, en el mismo momento en que un sistema de voto preferencial consagraba a CODA como la mejor película del año para el Producers Guild of America (la asociación que agrupa a los productores de Hollywood), la votación final para el Oscar seguía abierta. El domingo 27 sabremos de qué manera influyó este hecho simultáneo en el pronunciamiento final de los miembros de la Academia de Hollywood. Un ejercicio que ya tiene a su ganador. Faltan algunos días para que se revele su nombre al mundo entero.
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