Cinco secretos de Perros de la calle para festejar sus 25 años
El clásico de Quentin Tarantino se estrenó en 1992 en el festival de Sundance
Fue una revolución. Una película que también funcionó como bisagra y plataforma de lanzamiento no solo para su director, guionista y actor, Quentin Tarantino sino que también sirvió para iluminar al cine independiente norteamericano. Y todo comenzó, como corresponde, en el festival que lo acuna desde siempre: Sundance.
Para festejar los 25 años de Perros de la calle, Tarantino regresó a la muestra cinematográfica creada por Robert Redford . Allí, además de presentar una flamante copia fílmica en 35 mm –el formato está desapareciendo y el director defiende siempre que puede–, recordó sus inicios como realizador gracias a éste film junto a su productor Lawrence Bender y al actor Michael Madsen.
En la charla que siguió a la proyección, el director de Los 8 más odiados dijo, bromeando, estar sorprendido de que en aquella época era capaz de filmar una película de 99 minutos cuando ahora todos sus films superan los 120 por mucho y recordó algunos de los secretos del detrás de escena del largometraje que lanzó su carrera.
Tony Scott, el primer director. Aunque hoy es imposible separar a Tarantino de sus films o no nombrar como tarantinesco a aquellos que intentan imitar su estilo, lo cierto es que originalmente el director corrió el riesgo de ser reemplazado por un peso pesado de la industria. Con los guiones de Perros de la calle y Escape salvaje bajo el brazo, el joven empleado del videoclub de Manhattan Beach tuvo la suerte de tener un conocido que trabajaba para el director Tony Scott. Después de leer sus dos guiones Scott se entusiasmó tanto con ellos que le propuso a Tarantino ser el director de Perros de la calle. Pero el confiado Quentin le dijo que no. Que podía venderle Escape salvaje pero que Perros...era su película para debutar en la dirección. Y así fue. El fallecido Scott dirigió Escape salvaje y con el dinero que ganó vendiendo su guión Tarantino empezó a trabajar en la preproducción de su primer largometraje.
Harvey Keitel, el gran perro. La idea original de Tarantino era filmar la película con un presupuesto mínimo, un equipo técnico reducido y que los protagonistas fueran él, su productor Lawrence Bender y algunos amigos más. Sin embargo, la suerte jugó a su favor cuando resultó que la esposa del maestro de actuación de Bender era amiga de Harvey Keitel y que el veterano actor no solo aceptó leer el guión sino que le gustó tanto que puso su nombre para respaldar a los jóvenes realizadores. Gracias a tenerlo a él como protagonista y productor consiguieron reunir un millón y medio de dólares de presupuesto e ingresar en el taller para nuevos cineastas organizado por el instituto Sundance.
Terry Gilliam, el asesor. En 1991 Tarantino, Bender y los actores Steve Buscemi y Keitel viajaron a Sundance para representar escenas de la película ante un comité asesor que encabezaban los directores Terry Gilliam y Monte Hellman. La idea de ese contacto era que los veteranos realizadores independientes le dieran consejos al neófito Tarantino para que su guión llegara a la pantalla. Y la experiencia fue tan exitosa y enriquecedora que Gilliam aparece entre los agradecimientos del film mientras que Hellman quedó tan impresionado por el proyecto que se sumó como productor ejecutivo.
George Clooney, perro suplemente. Con el apoyo del mundillo del cine independiente y un presupuesto más abultado de lo que había imaginado Tarantino consiguió a los actores justos para interpretar a su banda de ladrones y policías. Y a pesar de que ahora es difícil imaginar a otros actores en los papeles que interpretaron Keitel, Madsen, Buscemi, Tim Roth, Chris Penn y Lawrence Tierney, lo cierto es que el proyecto ganó tanta fama en Hollywood aun antes de que se filmara una escena que todos los actores en busca de construir su carrera querían un papel en él. Entre ellos estuvo George Clooney que audicionó para el film pero no consiguió el papel porque, según Tarantino, no había tenido química con el resto de los actores, mientras que Clooney admitió años después que actúo pésimo en su audición y por eso quedó afuera. Tuvo su revancha cuando trabajó con el en Del crepúsculo al amanecer, escrita por Tarantino y dirigida por su amigo Robert Rodriguez.
Michael Fassbender, el adaptador. Muchos años antes de conseguir el papel en Bastardos sin gloria que le abriría las puertas de Hollywood, Michael Fassbender ya había trabajado con Tarantino. O algo así. El actor irlandés-alemán contó en 2009 en tiempos de promoción de Bastardos sin gloria que en 1995, a los 18 años, adaptó para el teatro su propia versión de Perros de la calle. Y no sólo se ocupó de llevar la acción de la pantalla a su pueblo, Killarney, sino que además interpretó al señor Pink que en el film era el papel de Buscemi y dirigió la obra. Un buen ejercicio que fue "pura inocencia y entusiasmo", según explicó el actor.
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