Cinco motivos por los que esperar con ansiedad el estreno de T2 Trainspotting
La película de Danny Boyle, que reúne al elenco original 20 años después, se estrena el jueves 2 de marzo
Primero vino la sorpresa, luego la inquietud. Y es que la leyenda reza que "las segundas partes nunca fueron buenas", pero Danny Boyle es todo un experto en batacazos. Por eso, a 20 años del estreno de Trainspotting, la secuela se puso en marcha.
T2 Trainspotting reúne al elenco original para contarle al público qué anduvieron haciendo Mark Renton ( Ewan McGregor ), "Sick Boy" ( Jonny Lee Miller ), "Spud" ( Ewen Bremner ) y "Begbie" ( Robert Carlyle ) en estas dos décadas. Y también, para interpelar a la audiencia en cuestiones mucho más profundas -envejecer, encajar, cambiar, la necesidad de reconciliarse con el pasado-, aunque sin perder jamás ese toque de corrosivo humor que convirtió al film original en una de las perlas cinematográficas de los 90.
Aquí, cinco buenas razones por esperar con ansiedad el estreno de la secuela, que llegará a los cines el próximo jueves 2 de marzo.
LA REUNION
Sí, lo obvio: qué esperar del reencuentro en pantalla de estos cuatro escoceses que se conocieron en el colegio y cuyas vidas se mantuvieron entrelazadas por distintos motivos. Primero vino la amistad, luego llegaron las drogas, la posibilidad de ganar dinero fácil y, finalmente, la traición. A T2 Trainspotting no le interesa tanto lo que sucedió con estos muchachos en estos 20 años, sino más bien en cómo ven este tiempo pasado desde el presente. Mirarse al espejo para reconocerse, esa es la consigna.
El inesperado regreso de Renton a su ciudad natal es el disparador para poner en funcionamiento esa dinámica, el juego entre aquellos que fueron y los que hoy son. Por supuesto que hay decepción, ira, extrañeza, añoranza, enojo, ansias de venganza, tristeza y alegría, y que la suya no será una típica reunión de ex compañeros de escuela. Pero, ¿serán los mismos? ¿Habrá elegido Renton todo aquello que se negaba a elegir en sus 20 años, tras fugarse con el dinero? ¿Podrá "Sick Boy" perdonar esa traición? ¿Qué habrá hecho Spud con las 2000 libras que Renton le dejó en un locker? ¿Qué estuvo haciendo "Begbie" en todo este tiempo? Todas esas preguntas encuentran respuesta en esta secuela.
LA NOSTALGIA
Trainspotting marcó una época, rompió los esquemas del acartonado cine hollywoodense de mediados de los 90 y se convirtió en una suerte de ícono generacional a nivel mundial. Entonces, ¿cómo no sentir cierta nostalgia al reencontrarse con sus protagonistas y con ese divino tesoro que resulta la juventud?
Esta segunda parte recurre en contadas ocasiones a los flashbacks, pero los recuerdos están ahí, todo el tiempo. Basta con que suenen los primeros compases de "Lust for life", de Iggy Pop, o que alguna legendaria escena sea reformulada al tiempo presente para que la memoria emotiva se haga presente. Esas sensaciones, además, tiene su correlato en pantalla, con lo que ocurre con los personajes enfrentando su pasado; así, Boyle consigue hacer al público partícipe directo de una suerte de comunión con el relato.
EL DIRECTOR
Y, claro, Boyle fue quien le recordó a Hollywood los niveles de acidez que podía adoptar del cine británico y también cómo se podía hacer una película taquillera sin ningún tipo de corrección política. Luego, fue él quien se adaptó a los cánones de "la industria" -resignando creatividad, por momentos- y obtuvo dispares resultados.
La más celebrada de sus creaciones fue, sin dudas, ¿Quién quiere ser millonario?, un acercamiento al fenómeno Bollywood con un enorme presupuesto que le valió 8 premios Oscar en 2009. Luego vendrían 127 horas (2010), Trance (2013) y Steve Jobs (2015), escalones hacia el reencuentro consigo mismo como director. Porque T2 Trainspotting es, definitivamente, una vuelta a las raíces para Boyle y también una recreación de la escena que lo vio florecer. De hecho, dispuso que se filmara con casi el mismo equipo técnico que la primera entrega y que las condiciones laborales sean idénticas para los actores: todos ganarían lo mismo -sin importar qué hicieron con sus carreras en todo este tipo- y se repartirán las ganancias por igual.
Vale la pena ver el modo en que Boyle, el hombre que supo ser uno de los cineastas más polémicos del Reino Unido, le da la mano al pasado, detrás de cámara.
LA MÚSICA
En épocas en las que bandas de sonido eran parte fundamental de una película y que MTV tenía una programación mayormente dedicada a pasar videos, Trainspotting hizo gala de una selección musical intachable. Se trató de un disco doble que iba desde la irresistible "Lust for life", de Iggy Pop, a la avanzada electrónica de Underworld, pasado por clásicos de New Order, Joy Division y Lou Reed.
La buena noticia es que la música también cumple un rol fundamental en esta secuela, y vuelve a celebrar lo mejor de la escena británica de hoy y de siempre. La lista se filtró poco antes del estreno de la película en Europa y, acorde a los tiempos que corren, rápidamente se convirtió en lista de Spotify. "Silk", de Wolf Alice, se impone como nuevo himno, al tiempo que "Radio GaGa", de Queen, marca el divertido momento "viejazo" y, a modo de guiño, nos hace pensar que, efectivamente, no todo está perdido... The Clash, Blondie, RUN-D.M.C., The Rubberbandits y Fat White Family son algunos de los artistas que suenan a lo largo de T2 Trainspotting y la vuelven vibrante.
LA NOVEDAD
La flamante incorporación en esta película cumple un rol fundamental en el reencuentro de Mark Renton con sus ¿ex? amigos. La bella Anjela Nedyalkova interpreta a Veronika, la mujer que acompaña a Simon -antes conocido como "Sick Boy"- en su camino hacia una idealizada "nueva vida" que nunca llega. De algún modo, es su personaje quien articula el relato y la trama de T2 Trainspotting.
¿Quién es esta chica? Anjela, de 25 años, desarrolló una corta pero efectiva carrera en su Bulgaria natal, y acaba de dar el gran salto de la mano de Boyle. Hay que decir que supo aprovechar la oportunidad, porque aporta una actuación fresca y convincente que merece la pena descubrir.
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