Cinco actores que se destacaron interpretándose a sí mismos
Una estrella de cine o televisión no es otra cosa que un personaje creado por un actor, tan ficticio como los que interpreta en la pantalla. Nadie sabe en realidad quién es George Clooney o Jennifer Lawrence, pero ambos tienen personalidades públicas bien marcadas (el caballero elegante que intenta salvar el mundo y la chica espontánea, respectivamente) que le ofrecen al mundo la sensación de conocerlos.
Como muestra de su capacidad para reírse de sí mismos, varios actores se han prestado a interpretar alguna versión extrema de su personaje público en películas y series; a veces en apariciones breves y otras como parte integral de la trama. Aquí repasamos cinco de las más divertidas y extravagantes:
Keanu Reeves en Quizás para siempre (Disponible en Netflix ). Aprovechando la cualidad misteriosa que el público percibe en él, Reeves se animó a interpretar una versión de sí mismo en la que lleva a un extremo la idea de que no es una persona como cualquier otra. Con una intensidad extrema y caprichos de estrella de Hollywood (como usar anteojos sin vidrios), el Keanu de esta comedia romántica seduce a la protagonista, Sasha (Ali Wong), convirtiéndose en un rival pesadillesco para Marcus (Randall Park). La escena en la que el actor come carne de ciervo mientras escucha con auriculares el audio de cómo cazaron al animal que tiene en su plato hace que toda la película valga la pena.
John Malkovich en ¿Quieres ser John Malkovich? (Disponible en HBO Go ). Para contar una historia de amor y conflictos de identidad, el guionista Charlie Kauffman eligió a la figura de John Malkovich, un actor lo suficientemente enigmática como para que la idea de poder entrar en su mente, a través de un portal ubicado en una oficina, despierte curiosidad. Por suerte pudieron convencer al actor de ser parte de la película de Spike Jonze y prestarse a ser una versión surrealista de sí mismo. El film es excelente y está lleno de detalles imperdibles pero probablemente la escena más memorable sea la reunión de varias personas con la cara del actor y hablando un idioma especial que tiene a "Malkovich" como única palabra.
Bill Murray en Tierra de zombies (Disponible en Netflix). Una de las características personales que contribuyen al efecto cómico del uso del personaje público de una estrella es que ésta sea percibida como una persona extraña y misteriosa. Por supuesto que, además, tiene que ser admirada y/o querida por el público. Bill Murray reúne esas condiciones, ya que no sólo es amado por sus trabajos en el cine sino que además se ha dedicado a construir una imagen de alguien que puede ser inalcanzable para dar entrevistas pero puede aparecer en un casamiento cualquiera y ser parte de la fiesta. En Tierra de zombies, los protagonistas (Woody Harrelson, Jesse Eisemberg, Emma Stone y Abigail Breslin) se meten en la casa de Murray para ver cómo vivía el actor antes de que sucediera el apocalipsis zombi. Allí encuentran al actor maquillado de zombi porque busca pasar desapercibido y evitar que lo ataquen.
Julia Roberts en La nueva gran estafa (Disponible en HBO Go). En este caso, la participación de una de las actrices más famosas del planeta haciendo de ella misma viene con un truco. En La gran estafa, Roberts interpreta a Tess, la esposa del jefe de la banda de ladrones de guante blanco Danny Ocean (George Clooney). Pero en la secuela uno de los elaborados planes criminales del grupo implican que Tess se haga pasar por Julia Roberts para poder entrar a un hotel. Este doble juego funciona gracias al encanto de la estrella y lo completa el hecho de estar rodeada de otros actores famosos encarnando personajes que no lo son, como Matt Damon, y con Bruce Willis haciendo de sí mismo.
James Van Der Beek en Don't Trust the B---- in Apt 23 (Disponible en Netflix) El menos ilustre de esta lista es el que se animó a ir más lejos en crear una versión terrible y muy graciosa de sí mismo. El actor que se hizo famoso en la serie adolescente Dawson's Creek interpreta a un James Van Der Beek egocéntrico, caprichoso, superficial y que abusa de su fama, características que lo hacen el amigo ideal de la complicada Chloe (Krysten Ritter). Chistes sobre tener sexo con una fan en la propia boda de la chica, prestar su nombre para productos y vivir yendo cada noche a presentaciones de marcas de vodka; no hay nada que sea lo suficientemente dañino para su imagen a lo que el verdadero Van Der Beek no esté dispuesto para hacer reír.
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