Cielo de medianoche, el film con el que George Clooney se adelantó a la pandemia
Una de las estrellas más admiradas, celebradas y exitosas de Hollywood hace décadas, George Clooney también demostró este año tener una especial fortuna a la hora de llevar adelante un proyecto. Es que su nueva película como director y protagonista, Cielo de medianoche, disponible desde el miércoles en Netflix, resultó la historia ideal para contar en 2020. Un relato que habla de los errores cometidos por la humanidad en contra de sí misma, el rol de la comunidad científica, el aislamiento y la distancia de los seres queridos que hace reevaluar las prioridades de todos los personajes. Lo curioso, lo que huele a superpoder, es que cuando Clooney decidió adaptar la novela Good Morning, Midnight, de Lily Brooks-Dalton en la que está basado el film, el coronavirus existía solo en los papers académicos y no en la tapa de los diarios. La emergencia sanitaria le dio a la película una actualidad y un sentido de urgencia que su realizador no había anticipado. Y hasta los tropiezos en el rodaje conspiraron para ello.
"Cuando lo llamé para decirle que estaba embarazada estaba muy preocupada de que me fuera a despedir. Fue un alivio que no sucediera eso y mucho más cuando George decidió incluirlo en la trama porque pude darle rienda suelta a mi antojo de tortas de chocolate", dice Felicity Jones, una de las protagonistas del film, en comunicación desde Londres. La actriz británica encarna a Sully, la experta en comunicaciones a bordo de una nave especial que después de dos años de misión en busca de un planeta habitable está en camino de regreso a la Tierra. Lo que ni ella ni el resto de la pequeña tripulación sabe es que en su ausencia una catástrofe nuclear barrió con casi toda la humanidad y que el hogar que conocieron y anhelan ya no existe. Para advertirles del desastre e impedir su retorno está Augustine, el científico que interpreta Clooney, un hombre al final de sus días que a pesar de las inclemencias del tiempo en el círculo polar ártico y su deterioro físico está decidido a darle a los astronautas una última oportunidad. Aunque sea en el espacio exterior.
"Felicity me llamó y me dijo tengo una buena noticia, estoy embarazada. Y lo cierto es que fue una buena nueva de muchas más maneras de lo que podía haberme imaginado: el bebé nos unió, formamos una gran familia durante el rodaje. Además, para un relato que lidia con la falta de comunicación entre la nave y la Tierra y el silencio del espacio, los sonidos de los latidos del bebé representaron la pulsión de la vida, la esperanza que subyace en la historia", detalla Clooney, luego de confesar que la conferencia que le permitió reunirse -de manera virtual-, con su elenco y con los medios del mundo entre los que estuvo LA NACION, es la promoción más extraña de su carrera. Puede que tenga razón pero algunas cosas nunca cambian. Como su humor, que no solo está presente en el encuentro con la prensa, sino también en la película.
"Esa es la marca registrada de George. Esos momentos cómicos no estaban en el guion. Creo que él entendió que cuando estás trabajando en un film que tiene una temática tan dura como el fin del mundo que, en este caso, además es muy realista, necesitás ese tono más liviano que vaya más allá de la gravedad de lo que está pasando. Así que me pareció una genialidad que identificara eso y lo aplicara a la película", explica David Oyelowo, quien interpreta al comandante Adewole que en la novela tenía un nombre anglosajón. Otro de los cambios que Clooney dio sobre la marcha y que ocurrió antes de que los reclamos sobre la necesidad de mayor diversidad en pantalla y los conflictos y reclamos raciales de este año en los Estados Unidos llegaran al escenario público.
"Usualmente interpreto a personajes lo más alejados posibles de mi personalidad pero al mismo tiempo me interesa representar algo que no se ve mucho en la pantalla, por ejemplo, una persona que es británica y negra, como yo. Porque la verdad es que, por ejemplo, para mucha gente en la Argentina, y en todo el mundo, muchas veces la única forma de conocer a alguien como yo, nacido en Inglaterra y de origen africano, es a través del cine. Así que para mí es especialmente importante mostrar a un astronauta africano", explica el actor de Selma: el poder de un sueño, que al sugerirle a Clooney el cambio de nombre del personaje eligió uno que es además un guiño para Nigeria, la tierra de sus padres. "Adewole significa 'el rey ha entrado en la casa', dice Oyelowo con un sonrisa cómplice que comparte con su director que, según cuenta, lo ayudó mucho a interpretar los complejos diálogos que le tocaron como comandante de la nave. Es que, aunque usted no lo crea, veinte años después, Clooney utilizó uno de sus textos de ER, la serie dónde interpretaba al pediatra Doug Ross para guiar al actor.
"A pesar de que pasaron muchos años, George todavía se acuerda de una línea muy complicada de ER y la razón por la que todavía la sabe es porque es tan difícil de decir que tuvo que hacer muchísimas tomas hasta que le salió. El problema era un término medico que no lograba recodar y lo marcó tanto que lo tiene grabado. Pero el punto es que ya sea que interpretes a un doctor o a un astronauta, lo cierto es que estás utilizando frases que no usás en tu vida normal. Pero hay gente que sí lo hace y si podés decirlas de manera natural eso ayuda al público a convencerlos de que sos ese personaje y esa fue la mayor enseñanza que nos dejó George mientras hacíamos Cielo de medianoche", recuerda Oyelowo.
Claro que no fue solo su pasado como médico televisivo lo que aportó Clooney al rodaje. Sus experiencias como astronauta en películas como Solaris y Gravedad también ayudaron a que el elenco se sintiera especialmente cerca del director. "Es muy diferente trabajar con un director que también es actor. George es fenomenal. Se mueve a un ritmo increíble en el set. Sabe todas las decisiones que vas a tomar con el personaje y está ahí para ayudarte a encontrarlo. Usualmente el vínculo con el director puede ser complicado. A veces no tenés idea de lo que quieren y o si lo lograste. Estás a disposición de su personalidad y su visión para el film. Los rodajes se organizan de forma muy jerárquica, verticalista y los directores marcan el tono de la filmación y, de alguna manera, de tu vida por ese periodo de tiempo", cuenta Jones que, como el resto del elenco, señala que el tono y el ritmo del rodaje de Clooney fue tan colaborativo como feliz.
Para el director fue como filmar dos películas por separado. Su plan de rodaje comenzó en Islandia, dónde realizó las escenas de su personaje, un hombre solitario y al final de su vida que mientras intenta contactarse con la nave espacial recuerda su pasado, sus grandes descubrimientos como científico y sus errores como ser humano. Para que lo interpretara en esos flashbacks, Clooney seleccionó a Ethan Peck (Star Trek: Discovery). Una elección que defiende a capa y espada aunque le haya hecho ganar unos cuantos centímetros. "Yo hice el casting. Ante la posibilidad de elegir por supuesto que me quedé con el muchacho guapo que mide 1,85", bromeaba Clooney a través de Zoom al tiempo que recordaba que cuando ya estaba en la posproducción de la película la pandemia empezaba a ser parte de la realidad cotidiana del mundo y la frase "grupo de riesgo" le sonaba lejana hasta que se dio cuenta que, con 59 años, él estaba cerca de formar parte de él.
"La naturaleza nos mandó a pensar al cuarto y a no salir hasta que reflexionemos sobre lo que hicimos mal. Es increíble que nos tengan que regañar como a los niños chiquitos, ¿verdad? Es muy impresionante como la película se adelantó a su tiempo. Y su mirada no es para nada apocalíptica sino esperanzadora. En más de un sentido la película habla de la importancia de conectar con los demás. Y ahí entran estas maravillas, estas máquinas que nos permiten ver el rostro de alguien mientras hablamos con ellos. Algo que cuando era chico veía como una fantasía en las películas de James Bond. Ese es nuestro valor como seres humanos, nuestra capacidad de crear tecnología, arte", dice Demian Bichir, el actor mexicano que en Cielo de medianoche interpreta a Sánchez, un hombre solitario que utiliza los viajes al espacio como el máximo escape de sus problemas.
Es él, Sanchez, quién antes que el resto de sus compañeros entiende que de la mano del desastre puede llegar también el fortalecimiento en los vínculos representados en el equipo de cinco astronautas que completan Tifanny Boone (Hunters) y Kyle Chandler, (Friday Night Lights), su inesperado acompañante musical. En una de las secuencias más logradas del film Sanchez y el piloto que interpreta Chandler le ponen música a la caminata espacial cantando su propia versión de "Sweet Carolina", de Neal Diamond.
"Cuando George me propuso lo de cantar pensé: 'por fin, alguien que descubre mi talento'. Con Kyle ya tenemos una gira armada por todos los Estados Unidos y por el mundo cuando se termine la pandemia. Nos han hablado Sting y los Stones para que abramos para ellos", se ríe Bichir siguiendo las lecciones de su director y del film que logra equilibrar, como en la vida, la tragedia con la reflexión y, sobre todo, el humor.
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