Los personajes de Cecilia Roth y Paola Barrientos comparten tan solo tres escenas en Crímenes de familia y, sin embargo, son secuencias difíciles de olvidar, como muchas de las que ha venido gestando el cineasta argentino Sebastián Schindel en obras como El patrón: radiografía de un crimen y El hijo. Su flamante drama -con algunos elementos de thriller- iba a estrenarse comercialmente en mayo, hasta que la pandemia de coronavirus alteró los planes. Meses más tarde, el largometraje encontró su hogar en Netflix, donde desembarca este jueves.
El film parte de la lucha de una madre, Alicia (Roth), por evitar que su hijo Daniel (Benjamín Amadeo) vaya preso por un intento de femicidio de su exesposa (Sofía Gala Castiglione), mientras que su marido Ignacio (Miguel Ángel Solá) tiene otra posición tomada. Sin embargo, eso es tan solo la punta del ovillo de una historia narrada con alteraciones temporales y un misterio a resolver vinculado a Gladys (Yanina Ávila), la empleada doméstica de Alicia, un personaje que pone sobre la mesa tópicos como la desigualdad de clases y, como consecuencia, de acceso a recursos vitales. En ese terreno ingresa el personaje de Barrientos, el símbolo de la lucha por una sociedad ecuánime.
Escrita por el propio Schindel junto a Pablo Del Teso, Crímenes de familia seguramente provoque una necesaria conversación sobre los grises de casos reales que tienen a las mujeres como principales víctimas de un sistema enraizado en la corrupción, en la desinformación y en -lo que es aún más grave- el absoluto desamparo. En diálogo telefónico con LA NACION, Roth y Barrientos hablaron sobre esta película que, como ellas mismas comparten, las movilizó y conmovió a nivel personal.
-¿Cómo fue la experiencia de trabajar con Sebastián Schindel, un director de una filmografía corta hasta el momento, pero tan poderosa?
Cecilia Roth: -Sebastián y yo venimos hablando de esta película desde hace tres años, cuando me la propuso. No había nada más que un guion. Tuvimos una charla sobre ese guion, a mí me encantó, yo le hice algunos comentarios que él tomó, después pasaron dos años y medio y apareció la posibilidad de hacer la película. Me dio una enorme felicidad. Al igual que a vos, Sebastián me parece uno de los autores cinematográficos más interesantes que tenemos, con mucho para contar, con mucho para decir y con mucha técnica también. A veces no sucede todo eso junto. La elección de trabajar con él ya la había tomado tres años antes, y nos largamos a esta aventura que fueron cuatro semanas de rodaje y con un equipo reducido y mucho empuje, lo cual es muy loco porque la película parece hecha en mucho más tiempo por su calidad técnica.
Paola Barrientos: -Mi personaje en la película cumple un rol muy puntual, interactúa con el personaje de Alicia y con el de Gladys, pero fue un proceso de muchísima información. En mi primer encuentro con Sebastián me llevó cuatro libros a un bar por si me interesaba el tema. Él había investigado y trabajado mucho, estaba muy embebido de las circunstancias que rodeaban al personaje de Gladys, sobre todo. Me tiró por la cabeza una gran cantidad de información que agradezco, y después en la parte netamente actoral, creo que él tenía una idea clara de por dónde quería ir. Fue muy directo y sencillo el trabajo.
-La película está inspirada en hechos reales sobre los que no podemos ahondar sin revelar la trama, pero ¿cómo fue el proceso creativo de cada una al abordar sus personajes?
Barrientos: -Mi personaje es perito. El guion me interesó mucho desde ese lado. La cuestión que plantea, la complejidad de todo eso, de cómo se tratan en la actualidad estos temas. Me resultaba de interés personal, quería abordarlos. Quizá si no hubiese tenido el material que me dio Sebastián, de motus propio, no lo hubiese buscado. No sé cómo hablar de esto, porque hay ciertas cosas del relato que no queremos contar.
Crímenes de familia es ese tipo de películas que me fascina, de personajes que cambian de acuerdo a las circunstancias
Roth: -Claro, porque el espectador va a ir sorprendiéndose solo, va a ir comprendiendo la trama que desde el principio es compleja, y que se va complejizando aún más a medida que avanza. Está bueno plantearnos quiénes somos y en qué estamos metidos en el principio de la trama, y en cómo todo se va a ir desarrollando. Por otro lado, en el caso del personaje de Paola, es una profesional, tiene muy claro cuál es su misión en la historia. En el caso de Alicia, mi personaje, es una burguesa con todos los mandatos asumidos, con todas las cosas abajo de la alfombra que son incómodas. A la vez es muy religiosa, y todo lo que tiene que hacer lo hace bien. Desde el principio se sabe cómo es la relación con Gladys, su empleada doméstica, y con el niño de ella, con quien entabla un vínculo que no tiene con nadie más. Alicia es seca, es distante, quizá es una generalización amplia la que estoy haciendo, pero en sus relaciones es poco profunda. La única relación en la que pone todo lo que desconoce de sí misma es en la que tiene con el hijo de su empleada. Luego lo que le pasa se va a ir modificando, como también la relación con su propio hijo. Crímenes de familia es ese tipo de películas que me fascina, de personajes que cambian de acuerdo a las circunstancias. A Alicia la encontramos en un momento bisagra, en una modificación fundamental en su vida.
-Es cierto que es complejo hacer referencia a ciertos tópicos del film porque todo se va desandando paulatinamente. Es una historia para ir descubriendo.
Roth: -Claro, además la película tiene como tres tiempos distintos, hasta que se juntan y todo empieza a hacerse presente. Pero es complicado.
-¿Cuán movilizante fue el rodaje; cómo las impactó a nivel emocional? Porque no hay escenas de transición, cada secuencia está diciendo algo.
Barrientos: -A mí me pasa que en el último año estoy relacionada a espacios con mujeres en situación de encierro, entonces esta película me vino justo en medio de este encuentro que empecé a tener yo en el lugar donde, además, se filmaron algunas escenas. Es algo que me conmovió porque mi presente está muy ligado a estos temas de acceso a la Justicia, o de acceso a la injusticia, al servicio de justicia real. La película, más allá de los sucesos concretos que no vamos a nombrar para no spoilear porque hay mucho suspenso, abre infinidad de temas que tomamos con mucha naturalidad. En un punto, quedan expuestos quienes no quieren hacerse cargo de ciertas cosas que se muestran, como la diferencia en la posibilidad de acceder al sistema judicial, y las distintas clases sociales. Eso queda muy en evidencia. Por otro lado, está la manera en la que se puede naturalizar la vida de alguien en una situación de exclusión. Es decir, yo la miro a Alicia y no creo que sea una mala patrona, y sin embargo, se naturaliza la relación con su empleada, lo cual me da un poco de miedo, que alguien pueda ser dueño de otra persona y que los excluidos queden excluidos de todo. Esto lo uno con la pregunta que hacés, porque me movilizó de modo personal el planteo del guion. Yo quería ser parte de contar esta historia y de exponer estas situaciones.
Yo quería ser parte de contar esta historia y de exponer estas situaciones
-En ese sentido es una película muy sutil, porque lo que se expone se hace a través de un cuidado del lenguaje, de modos en el trato.
Barrientos: -Sí, además me parece que por eso no quedan expuestos los personajes como diciendo 'este es el malo', 'este es el bueno'. Es un problema social. Es mucho peor que eso. Es algo que tenemos que desanudar entre todos. Hay un punto en el que la película se vuelve muy feminista, con el rol de las mujeres muy activo.
Roth: -Totalmente.
Barrientos: -Las madres son las que están y las que llevan adelante las cosas, para un lado o para el otro. Están reivindicando, intentando, buscando, asumiendo, lo que sea, pero nunca se quedan quietas.
Roth: -Estoy de acuerdo con lo que dice Paola, desde la primera lectura del guion aparece claramente esa pregunta que expone una realidad social de la que formamos parte, y si no hacemos una mirada más fina, se va a naturalizar. Hay muchas cosas que se han dejado de naturalizar porque se han expuesto de manera concreta, y porque son muy obvias, pero en este caso estamos ante un vínculo de una empleadora con su empleada, sobre cuya vida decide. Alicia decide por Gladys. Cuando tiene que cuidarla, le dice cómo hacerlo, cómo tomar los remedios, en eso ya hay una absoluta... no sé si maldad, pero le quita a la otra persona la posibilidad de elegir, como diciendo: 'lo que traés no sirve, tenés que tomar todo lo que se te da en la ciudad'.
Barrientos: -Eso lleva implicíto el tema de la deshumanización del otro.
Roth: -Sí, hay como un descarte del otro y de su historia, de la historia de tantos. Por eso Gladys no sabe si lo que dice la ayuda o no, si hará daño. Es muy sutil todo lo que escribió Sebastián porque está contado desde un lugar muy cotidiano.
-También hay mucho trabajo con lo gestual, con lo que no se dice.
Barrientos: -Sí, porque también están muy expuestos los modos, se muestra cómo hay personas que sienten que no tienen derecho a otra cosa.
Roth: -Sí, porque Gladys puede pensarse como la mala de la historia, y que lo que hizo está mal, porque eso es lo que le dicen y le repiten, y lo que ella asume naturalmente.
-¿Aspiran a que se genere un debate posterior al ver el film? Creo que es algo que sucederá indefectiblemente.
Barrientos: -Sí, es una película que va a generar mucha reflexión. Quien no se sienta afectado es porque le está esquivando al bulto. Yo cuando la terminé de ver me conmoví mucho y lo llamé a Sebastián. Hay muchas escenas, encuentros y momentos que potencian la historia. Cuando leí el guion, me resultó interesante el planteo, pero cuando vi la película sentí que ese guion había explotado. Todo toma una carnadura mucho más profunda.
Roth: -Yo siento que es una película calculada milimétricamente, no le sobra nada ni le falta nada, no hay relleno, todas las escenas importan por lo que cuentan y por el lugar hacia dónde se dirigen.
Dónde verla.
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