En Cazafantasmas, cuatro mujeres listas y armadas para enfrentar prejuicios
Melissa McCarthy, Kristen Wiig, Leslie Jones, Kate McKinnon y el director Paul Feig hablan de esta nueva entrega de la comedia sobrenatural de los 80, y las críticas que debieron enfrentar por la decisión de que esta vez el equipo sea femenino
LOS ANGELES.- En teoría, una nueva película de Cazafantasmas sonaba a que sería un éxito seguro. Una generación después de que Bill Murray, Dan Aykroyd, Harold Ramis y Ernie Hudson defendieron la ciudad de Nueva York de los terrores paranormales y de un supergigante hombre de malvavisco en la comedia taquillera de Ivan Reitman, de 1984 (a la que le siguió una secuela en 1989), y tras años de fallidos intentos de hacer seguimientos y reinicios, parecía que ya era tiempo de que un nuevo grupo de actores manejara las mochilas de protones y el ectomóvil.
¿Y quién mejor para enfrentarse al desafío que Kristen Wiig (Damas en guerra), y su coestrella con una nominación para un Oscar Melissa McCarthy, que hicieron equipo con Leslie Jones y Kate McKinnon, de Saturday Night Live? Luego hay que agregar al director Paul Feig, quien ha trabajado con McCarthy (en Damas en guerra, Chicas armadas y peligrosas y Spy, una espía despistada) y ha peleado para que haya mayor representación femenina en Hollywood.
Sin embargo, no todos están esperando emocionados esta nueva Cazafantamas, que se estrena mañana en el país (un día antes que en las salas norteamericanas). Casi desde el momento en que se anunció a sus destacadas mujeres en enero de 2015, ha sido objeto de intensas críticas de un subconjunto de potenciales cinéfilos que, aun cuando no han visto la película, dicen que no debieron haber hecho una nueva versión y que su principal elenco femenino es una concesión a lo políticamente correcto.
Si bien algunas de las estrellas de Cazafantasmas han repelido a los detractores sexistas y a las quejas de "¡Me están arruinando mi infancia!", en las redes sociales, otras se han abstenido de intervenir. Sin embargo, en junio, McCarthy, Wiig, Jones, McKinnon y Feig se reunieron en el hotel Roosevelt en Hollywood para hablar sobre la producción y la discusión, oportuna aunque vehemente, que iniciaron inesperadamente. Como grupo, las actrices y su director fueron, por momentos, un quinteto bobo: se reían con nerviosismo de las ocurrencias e improvisaban sobre los chistes de los otros, pero profundamente conscientes de lo que realmente dice el debate alrededor de Cazafantamas sobre las opiniones de las personas en cuanto al género, dentro y fuera de la pantalla.
A continuación, fragmentos corregidos de esa conversación.
-Para los integrantes del elenco, ¿la Cazafantasmas original fue una película importante?
Melissa McCarthy: -Lo fue cuando crecíamos. Me encantaron todos los que salieron en ella, y verlos reunirse en esta forma extraña, divertida y heroica. Me encantan las historias de héroes insólitos, personas que no necesariamente pueden hacer algo, pero que luchan y lo consiguen.
Leslie Jones: -Bill Murray me pareció tan divertido, no había nada que lo asustara. Aun cuando pasaban cosas hacía un chiste. Y a mí me parecía: "Oh, así es como yo podría ser".
Kate McKinnon: -Yo nací en el año que la estrenaron. No estoy segura de la fecha. (Risas)
-Paul, ¿cómo se te ocurrió la idea de hacer una nueva Cazafantasmas?
Paul Feig: -Ivan (Reitman) tenía el guion de una secuela, estaba entusiasmado con el asunto y me preguntó si quería hacerla. La idea era que los otros cazafantasmas iban a pasarle la tecnología a un grupo nuevo. Entonces, Amy Pascal (ex jefa del estudio Sony) me llamó y dijo: "¿Por qué ninguno de ustedes, que son cineastas de comedia, quiere hacer esto?". La respuesta es clara: se trata de esta película sagrada y da susto competir con esos tipos. Pero ella dijo: "Tenemos esta franquicia increíble". Eso me quedó. Personas chistosas en peligro peleando contra lo paranormal con tecnología, es una buena idea. Así que pensé en cómo lo haría. Y pensé en todas las mujeres divertidas con las que trabajo y con las que muero por trabajar, ya eso me entusiasmaba. "¡Oh, si pudiera hacer una nueva versión!", pensaba.
-¿Hubo algún momento en el que notaron que debido a la premisa de la película y debido a que las protagónicas eran mujeres algún subgrupo del público no estaría contento?
McCarthy: -¿Hablas de los locos?
Jones: -¿Te refieres a la gente que no sabe que se trata de una película?
Kristen Wiig: -Yo sentí que cuando estábamos filmando realmente no era así. ¿Quizás unas cuantas cosas aquí y allá?
Feig: -Bueno, es que ni vos ni Kate están en las redes sociales. Leslie y yo nos metemos en el fango. Somos peleoneros en el lodo digital.
McCarthy: -Cuando estábamos filmando, Paul traía fotografías de chicas jóvenes que se disfrazaban y habían hecho sus propias mochilas de protones y sus overoles, y yo pensé: "Esto está genial". Estaba más consciente de esas cosas.
Jones: -Para mí, de todas formas, está claro que esta película no es para la gente que siente que esta película le está arruinando la infancia.
Wiig: -Es probable que necesiten ir a terapia.
McCarthy: -Yo creo que su infancia ya estaba bastante arruinada. Para empezar, si esto la rompió es que era bastante frágil. Es bueno recordar que es un pequeña fraccioncita la que grita. La gente normal y sana no se para afuera a decir cosas como ésas. En todo caso, hay un loco en cada esquina de cada ciudad que lo hace. Pero ¿y qué? Las otras 300.000 personas de esa ciudad no piensan así.
-¿Por qué algunas personas ven ahora películas de fantasía con mucho presupuesto, como Star Wars o ésta, como campos de batalla para ideas sociales?
Feig: -Yo creo que son los últimos estertores de la vieja guardia. Y hace que una minoría más reducida aún grite más fuerte porque está perdiendo el control y se encuentra al borde del abismo. Yo entiendo, si alguien estuviera haciendo una nueva versión de El padrino, yo también diría: "Esperen un momento". Pero cuando la gente piensa si se hace por dinero... Todo lo que se ha hecho en Hollywood alguna vez desde el comienzo de los tiempos es para ganar dinero. Por eso es que existió la Cazafantasmas original. No tuvo que ver con alguna idea altruista. Los estudios hacen películas para ganar dinero y los cineastas tratan de hacer algo que entretenga al espectador mientras tratan de ganar dinero para el estudio.
-¿Hay personas a las que simplemente no les gusta la idea de una película en la que el elenco principal sea de puras mujeres?
McKinnon: -Es un concepto relativamente nuevo. Y creo que empezó en serio con Damas en guerra y ha esto creciendo desde entonces. Yo recuerdo cuando salió Una mamá para mi bebé, pensé, casi horrorizada, que nadie iba a verla. Hasta recuerdo que yo también reaccioné un poco así. Es este sexismo arraigado que simplemente dice: "Eso no va a funcionar porque nunca antes habíamos visto algo así". Pero lo cierto es que está pasando cada vez más, hasta que se convierta en algo común. Todavía no es bastante común.
Jones: -Es lo mismo que cuando vas a ver un espectáculo de stand up [dice, con voz de anunciante] "¿Amigos, están listos para una mujer?". ¿Están listos para un unicornio? ¿Por qué ser una mujer es tan sorprendente? Hay dos sexos. Un hombre y una mujer. Así es que si no hay un hombre en una película, ¿qué otra cosa iba a haber?
McCarthy: -Existe un extraño fenómeno de sustitución, un temor a que si metes a dos mujeres van a sacar a dos hombres. Yo no sé por qué eso afecta tan visceralmente a ciertas personas. Si yo veo a cuatro hombres, no pienso: "Bueno, esos son cuatro empleos que no obtuvieron las mujeres". Creo que hay lugar para todos.
-¿Cómo se sienten después de haber hecho esta película? ¿Se han hecho amigas?
Wiig: -No puedes vivir una experiencia así y no estar en la vida de los demás para siempre.
Jones: -Peleamos juntos una guerra, así lo siento. Éstas son mis hermanas. Cada vez que trabajamos ahora, oirás que Paul dice: "¡Damas! Damas. Damas. Deja eso. Hey, OK, Melissa, bájate de ahí".
McCarthy: -"¡Melissa, baja a Kate!". Yo cargo a Kate por todas partes, sobre la cadera, como si fuera un pequeño bebé koala. Es tan amorosamente irreverente.
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