Casino, un film maltratado por la crítica que merece ser considerado como uno de los mejores del siglo XX
El largometraje de Martin Scorsese protagonizado por Robert De Niro, Joe Pesci y Sharon Stone no fue bien recibido por los especialistas cuando se estrenó, pero el paso del tiempo demostró la “maravilla cinematográfica” que es
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Esta película de Martin Scorsese, incrustada en la mitad se la década de los noventa, fue una apuesta inmensa, grandiosa; una película evidentemente inolvidable, potente, cine majestuoso frente a los ojos y oídos que nos deslumbraba al ver esta película en la sala más grande que se pudiese en ese entonces; quien esto escribe la vio dos veces en el Metro 1, cine de Cerrito entre Lavalle y Tucumán que no existe más y hoy es el Hotel NH Buenos Aires Tango. Lo llamativo frente a la experiencia de Casino fue, en ese momento, leer varias críticas que no corroboraban la maravilla cinematográfica que uno había experimentado con contundente evidencia. Estaba la fórmula de “otra vez Scorsese en su mundo ya transitado tantas veces”, “menos de lo mismo, ya hizo Buenos muchachos hace poco” y esa fórmula tan irritante de “un Scorsese menor”.
Por otro lado, mientras en la mayor parte del mundo Casino se estrenó a partir de febrero de 1996, en los Estados Unidos lo hizo en noviembre de 1995, muy probablemente con el objetivo de entrar en “la carrera de los Oscar”. Pero esa apuesta para los premios del señor dorado tampoco funcionó: Casino obtuvo una sola nominación, para Sharon Stone como actriz de reparto. Y no ganó: ganó Mira Sorvino, hija de Paul Sorvino, actor de Buenos muchachos de Scorsese. Se nota que la gente de los Oscar le hizo caso a esas críticas desdeñosas de la época y no se fijó demasiado en Casino, película evidentemente magistral. Pero así son las cosas. El tiempo ha puesto muchas cosas en su lugar y hoy ver y rever Casino es una experiencia insoslayable -ya el montaje es para acaparar los máximos elogios- para cualquiera que se diga aficionado al cine. Pero Casino es mucho más que lo evidente.
No hubo una banda sonora compuesta especialmente para el film, pero sí hubo una deslumbrante selección musical. De las sesenta y una canciones que utilizó Scorsese, treinta y una ingresaron al CD doble que salió en su momento. El primero de los dos discos abría con “Contempt - Thème de Camille”, es decir el “Tema de Camille” de El desprecio, película de Jean-Luc Godard de 1963. Esa música, compuesta por Georges Delerue, músico fundamental de la historia del cine, era la melodía identificatoria de Casino: fue la elegida para los trailers de promoción, aparecía tres veces durante el relato y también al final con el fundido a negro sobre el rostro de Ace (Robert De Niro). De esta manera, el “Tema de Camille” se convertía en algo así como el leitmotiv de la película de Scorsese. La primera vez que suena la composición de Delerue es cuando Ace se va a encontrar con Nicky (Joe Pesci), en el desierto, y ahí Scorsese utiliza un plano de composición similar a la mayoría de los de El desprecio: Ace entrando a cuadro por derecha y mostrando la inmensidad del desierto, y de la pantalla ancha, del cinemascope. “El cinemascope sólo sirve para filmar serpientes o entierros”, decía Fritz Lang en la película de Godard, rodada en cinemascope. En esa excursión al desierto, en la que Ace se daba a sí mismo 50% de posibilidades de salir vivo, la música de Delerue se usaba progresivamente mezclada con una percusión que subía en intensidad, así como subía en intensidad el diálogo entre Ace y Nicky, una obra maestra de discusión violenta, cortante y brutal, sobre todo por parte de Pesci. Diálogos que en esta película fueron mayormente improvisados entre De Niro y Pesci. Luego el “Tema de Camille” vuelve a sonar durante las discusiones cada vez más amargas entre Ace y Ginger (Sharon Stone), en las que ella acumula cada vez más desprecio hacia él. Estas escenas con su música son directa y obviamente relacionables con la extensa y célebre secuencia del departamento entre Paul (Michel Piccoli) y Camille (Brigitte Bardot) en El desprecio.
Pero las citas en Scorsese suelen ir más allá que estas meras escenas comparables y estos sentidos aludidos. El desprecio y Casino comparten similitudes estructurales y temáticas. En ambas películas hay tres protagonistas: en Casino están Ace, Nicky y Ginger, y en El desprecio Paul, Jerry (Jack Palance) y Camille y entre los tres se producen relaciones de fuerte conflicto, engaño y peleas. Esta interpretación y paralelismos se refuerza también por cuestiones de la resolución -qué personajes quedan vivos al final del relato- y por detalles aparentemente triviales como el peinado de Pesci, con un jopo calcado del de Palance. El destino de los personajes centrales, Ace en Casino y Paul en El desprecio, es un retorno a sus orígenes. Ambos quedan fuera del paraíso profesional que los cobijó un tiempo (los casinos de los setenta, antes de que se arruinaran; un tipo de cine que podía dar cabida a alguien como Paul y darle libertad creativa a Fritz Lang). Esos paraísos perdidos estaban representados en cada película por un veterano del ambiente, en Casino por el personaje de Billy Sherbert (Don Rickles) y en El desprecio por Fritz Lang haciendo “de sí mismo”.
Por otro lado, la elección de Scorsese de Sharon Stone para el papel de Ginger no puede dejar de verse como similar a la de Godard de Brigitte Bardot para el personaje de Camille. Se dice que Bardot, en ese entonces, a principios de los sesenta, era tan exitosa que hacía ingresar a Francia tantas divisas como la Renault; Stone, hasta Casino, era vista más bien vista como estrella -y como la estrella erótica de Bajos instintos- antes que como actriz prestigiosa, y nunca volvería a tener en su carrera una nominación al Oscar. Tal vez si hubiera ganado ese Oscar con Casino su carrera habría sido distinta, pero Scorsese ese año perdió todas las apuestas. Eso sí, Casino hoy debería figurar en cuanta lista se haga de mejores películas de la última década del siglo pasado, el siglo del cine.
Dónde ver Casino
Disponible en Movistar Play, Google Play y Apple TV.
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