Cannes: a la espera de Maradona, la presencia argentina se impone en el festival
CANNES.- Si bien Argentina no tiene este año una película en la lucha por la Palma de Oro (la última que compitió fue Relatos salvajes, en 2014), eso no significa que el cine nacional carezca de una amplia y muy diversa presencia en las distintas instancias del festival y del mercado de Cannes .
Esperando a Maradona. La anunciada visita del astro a la Croisette mantiene en vilo a los organizadores y a la prensa mundial. ¿Estará finalmente presente el próximo domingo en la función de gala en el Teatro Lumière? Quienes han visto ya el documental del británico Asif Kapadia (el mismo que dirigió elogiadas películas sobre Ayrton Senna y Amy Winehouse) aseguran que Diego Maradona (tal el título del film) es notable e incluye mucho material de archivo nunca o poco visto (en especial sobre su paso por Barcelona y Nápoles) y entrevistas recientes al ahora director técnico.
El boom de las remakes. Una tendencia que se viene consolidando año tras año es la creciente venta de los derechos a distintos países para la realización de versiones locales de éxitos comerciales argentinos. En ese sentido, parece que en esta edición del Marché du Film las películas argentinas son furor. La compañía Latido ya cerró El ciudadano ilustre y Mi obra maestra para Francia y negocia otras películas como la reciente 4x4. Por su parte, FilmSharks está ofreciendo tambén múltiples títulos, incluida una rareza como El aura, recordado thriller de Fabián Bielinsky con Ricardo Darín, que podría tener nuevas versiones para cine y o televisión en el exterior.
El debate por el aborto. En la sección oficial (fuera de competencia) se proyectará el próximo sábado Que sea ley, documental de Juan Solanas que registró el debate legislativo del proyecto de aborto. Como en Cannes el movimiento feminista está muy activo en sus reivindicaciones, se espera una proyección con fuerte contenido político.
Moguillansky en la Quincena. El próximo martes será el turno de Por el dinero, película de Alejo Moguillansky que participa en la mítica y muy prestigiosa Quincena de realizadores. Inspirada en la obra teatral homónima, esta tragicomedia expone con mucho humor negro la obsesión por la (y la falta de) plata de los artistas, que deben apelar a ingeniosos recursos para conseguir financiamiento. Se trata de una producción de El Pampero, la compañía en la que participa Mariano Llinás y que está muy de moda en los grandes festivales.
Potencia en cortometrajes. Este año apenas 11 cortos compiten por la Palma de Oro y solo Francia y la Argentina tienen dos títulos cada uno. La siesta, concebido por el director Federico Luis Tachella con la coguionista y protagonista Rita Pauls, es una sensible mirada a la recuperación de la sensualidad durante la vejez; y Monstruo Dios, film de Agustina San Martín que maneja sugerentes elementos fantásticos y propone un look apocalíptico, son los dos representantes nacionales.
Lisandro Alonso, jurado. Desde que presentó aquí en 2001 su ópera prima La Libertad y, más aún, desde que llegó acompañado por Viggo Mortensen para lanzar Jauja, en 2014, Alonso es un favorito de Cannes. Este año el director integra el jurado de la sección oficial Un Certain Regard junto a Nadine Labaki (Líbano), Marina Foïs (Francia), Nurhan Sekerci-Porst (Alemania) y Lukas Dhont (Bélgica).
Por las muestras paralelas. Las películas argentinas aparecen en casi todos los apartados de Cannes. Entre varias otras se destacan Delfín, de Gaspar Scheuer, sobre un niño que emprende un largo viaje para participar en una orquesta juvenil (se estrenará en Écrans Juniors); y Solo, de Artemio Benki, sobre un virtuoso pianista y compositor internado desde hace cuatro años en el neuropsiquiátrico Borda, que se exhibirá en ACID, sección que también programó un foco de tres títulos nacionales: Breve historia del planeta verde, de Santiago Loza; Las Vegas, de Juan Villegas; y Sangre blanca, de Barbara Sarasola-Day.
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