Festival de Cannes 2022: con su primera gala repleta de estrellas, también comenzaron las polémicas y el cine
Mientras la temperatura se eleva y en las playas más próximas se vive un clima ideal para la playa y los paseos al aire libre, la geografía del elegante balneario de la Costa Azul se acomoda a las necesidades de la muestra
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CANNES.- Para el mediodía de este martes, unas seis horas antes del comienzo de la ceremonia inaugural, la primera alfombra roja de Cannes 2022 estaba todavía a medio hacer. Parecía en ese momento la única nota pendiente del regreso del festival de cine más grande e importante del año a la actividad presencial plena. El regreso masivo de los profesionales de la industria y los enviados de la prensa internacional extiende la hora pico del movimiento de gente en los 700 metros del Boulevard La Croisette, la vía de acceso a todas las sedes y actividades. De paso, uno de los signos más notorios de este regreso a la normalidad es el contraste que se observa en cuanto al uso del barbijo. Todo el personal del Festival, así como los encargados del control y de la seguridad, nunca dejan de usarlo. Del otro lado, invitados, acreditados de todo tipo y sobre todo los grandes protagonistas (actores, productores, directores) de las películas que forman parte de la muestra andan todo el tiempo a cara descubierta.
Lo mismo ocurre en la vida cotidiana de Cannes. A la espera de la llegada de las estrellas que desfilarán por aquí en los próximos diez días, los desplazamientos por el paseo central costero del balneario más elegante de la Costa Azul todavía no presentan demasiados obstáculos para turistas y residentes, que también se mueven como si la pandemia hubiese quedado definitivamente atrás. Las vallas ya están estratégicamente acomodadas, pero por ahora los turistas y los residentes pueden seguir con la rutina de cualquier día de la temporada alta de verano. Todavía estamos en la primavera europea, pero aquí la temperatura promete transformar cada una de las jornadas del festival en días de playa. Es más: la arena de la céntrica Plage Macé, en la que ya está instalada la estructura de la pantalla gigante que proyectará cada noche del festival una película clásica (la primera, en la noche del martes, fue The Truman Show), estaba a la mañana llena de gente.
Del otro lado de la playa, varios de los cotizados balcones de los edificios con vista al Mediterráneo ubicados sobre la Croisette aparecen adornados con carteles y banners que identifican a algunos de los estudios y productoras aundiovisuales de mayor poderío global. Estas marcas alquilaron esas propiedades para convertirlas durante el festival en oficinas de las que surgirán proyectos o se acordarán adquisiciones de futuros estrenos. Algunos, como la reconocida cadena pública franco-alemana Arte, fueron todavía más lejos y se instalaron en lujosos barcos amarrados en el puerto de Cannes, convencidos de que un entorno mucho más sofisticado servirá para estimular nuevas ideas.
Es aquí donde aparece el costado menos conocido y más intenso del festival, el gigantesco Marché du Film, el mercado de compra y venta de contenidos (sobre todo los proyectos que se presentan en busca de financiamiento) que este año espera recuperar los niveles y el movimiento humano y económico que se perdió durante la pandemia. Se estima que durante los próximos diez días desfilarán por aquí unos 12.000 profesionales representando a 110 países.
Muchos de esos proyectos cuentan con el respaldo de representaciones oficiales (institutos de cine, comisiones fílmicas, delegaciones) nacionales o regionales, esto último en el caso de Europa, instaladas también dentro del festival. Están agrupadas en una zona de playa, a pocos metros del mar, en una sucesión de estructuras de iguales dimensiones, uniformadas a través del color (todas son blancas) y el diseño rectangular, básico, con un techo en forma de gazebo y cada bandera ondeando como si se tratara de una feria internacional. No falta ni siquiera la representación oficial de Ucrania.
Allí, durante los próximos días, seguramente se planificarán y resolverán las ideas que llegarán a múltiples pantallas en el próximo año y medio. La mayoría son largometrajes, pero también habrá miniseries y otros formatos destinados al streaming, ese mundo al que Cannes todavía parece resistirse. En este sentido, la llegada de una exejecutiva de WarnerMedia, la alemana Iris Knobloch, a la presidencia del Festival de Cannes en reemplazo del veterano Pierre Lescure podría, según algunos expertos observadores, abrir una nueva etapa de mayor apertura en los vínculos de la muestra con el mundo audiovisual, un futuro que no estaría solamente conectado con lo más prestigioso del mundo del cine de autor y algunas relevantes producciones de alto perfil llegadas desde Hollywood, ya que podría abrirse a los nuevos formatos que hoy dominan el mundo del streaming.
Mientras todo esto se debate en los pasillos, el cine de autor se convierte una vez más en el protagonista de las secciones oficiales de la muestra y algunos de los grandes nombres del mundo cinéfilo vuelven a adquirir aquí un protagonismo pleno, inclusive a partir de hechos que no tienen estricta relación con estrenos o presentaciones.
Este fue el caso del director iraní Asghar Farhadi, el dos veces ganador del Oscar (La separación, El viajante) que este año integra el jurado de la sección oficial presidido por el actor francés Vincent Lindon. Buena parte de la conferencia de prensa que brindó este martes el jurado completo fue ocupada por la primera declaración pública de Farhadi sobre la acusación de plagio que recibió por su última película (A Hero) y que abrió una investigación judicial en Teherán, actualmente en desarrollo.
Con una extensa respuesta dicha en farsi y traducida al francés que dejó al resto del jurado en un opaco segundo plano, Farhadi negó varias veces con visible énfasis la denuncia planteada por una exalumna suya, Azadeh Masihazdeh, quien dijo que la idea original de A Hero aparece en un documental que lleva su firma y luego compartió con Farhadi durante un taller realizado en 2014.
“Mi película nunca se basó en un documental, sino en artículos periodísticos publicados en Irán. Creo que el asunto sin duda se aclarará y lamento que haya promovido tantos malos sentimientos. Hasta se dijo que me habían sentenciado, toda información errónea que espero sea corregida”, señaló Farhadi antes de sumarse, como el resto del jurado, a la primera alfombra roja de Cannes 2022, ya completa y llena de figuras y del glamour imaginado, lista para la ceremonia de apertura (con una escenografía que recuerda bastante a la de la noche del Oscar) que tuvo lugar en el
atardecer del martes.
Por allí también se dejaron ver Julianne Moore, Forest Whitaker (ganador de la Palma de Oro honoraria este año), Benjamin Biolay, Valeria Golino, Rossy De Palma, Edgar Ramírez y, por supuesto, la argentina Berenice Bejo, gran figura del cine francés y protagonista de Coupez!, la película elegida para la apertura dirigida por su marido, Michel Hazanavicius. El festival ya está en marcha.
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