Camino al Oscar: los directores de cine despejan el camino a Christopher Nolan por su trabajo en Oppenheimer
En los 76º galardones del sindicato de cineastas, DAG, que se entregó el sábado, Celine Song ganó a la mejor dirección novel, por Vidas pasadas, y 20 días en Mariúpol se llevó el premio a mejor documental
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Mientras que el mundo hispanohablante miraba hacia Valladolid, España, para ver cómo La sociedad de la nieve arrasaba en los Premios Goya con 12 galardones; la temporada de premios internacional seguía su curso. En Los Ángeles, California, el sindicato de directores de los Estados Unidos celebraba su noche grande premiando a los mejores realizadores del año en cine, series y programas de televisión e incluso anuncios. Como era de esperar y tras cuatro nominaciones a lo largo de 23 años, a la quinta Christopher Nolan ganó como realizador del año gracias a Oppenheimer. Al subir al escenario a recoger su reconocimiento, el londinense insistió en la importancia del galardón, entregado por sus colegas directores, y cuánto significaba para él ser honrado por sus pares. El camino al Oscar, con 13 nominaciones, parece cada vez más despejado.
Desde los Globos de Oro, celebrados el 7 de enero, y hasta el próximo 10 de marzo cuando tengan lugar los Oscar en el teatro Dolby de Los Ángeles, prácticamente todas las semanas los productores, directores, guionistas y actores reparten sus galardones. Los del sindicato de directores (DGA, por sus siglas en inglés) son clave porque, para empezar, a ellos mismos les hace una enorme ilusión ser reconocidos por sus 19.500 compañeros de sindicato y de profesión. Y para seguir, porque marcan fuertemente el sendero de lo que podrá suceder en los Oscar con dos de los premios más potentes, el de dirección y el de mejor película. En esta 76ª edición, en la categoría principal peleaban Christopher Nolan, por Oppenheimer; Martin Scorsese, por Los asesinos de la luna; Yorgos Lanthimos, por Pobres criaturas; Alexander Payne por Los que se quedan; y Greta Gerwig por Barbie; estos dos últimos (con especial sorpresa Gerwig) no están en la candidatura a mejor dirección de los Oscar, en la que han entrado Jonathan Glazer por La zona de interés y Justine Triet, por Anatomía de una caída.
Además de Nolan, hubo una docena de premiados. El galardón a la mejor dirección novel fue para Celine Song por Vidas pasadas, que aseguró que esto solo era “una promesa para seguir y seguir dirigiendo películas”. David Nutter, ganador de tres Emmy y director de 24 episodios pilotos y de capítulos de series como Game Of Thrones, Los Soprano, Los Expedientes X, The Entourage, Smallville o The Pacific, fue reconocido por toda su carrera. A sus 64 años y con más de 35 de trabajo, fue diagnosticado de Parkinson rodando la octava temporada de Game Of Thrones, hace seis años, y entonces no quiso contárselo a nadie.
“Desde mi diagnóstico, soy mejor director, tengo más sensibilidad, más compasión y más empatía con los míos”, afirmaba sobre el escenario arropado por sonoros aplausos. El premio para el mejor documental fue para Mystyslav Chernov por 20 días en Mariúpol: “Hoy han bombardeado mi ciudad, han muerto siete personas, tres de ellas niños. Es un día triste, pero al mismo momento se reconoce el poder del cine, estando aquí, mirándolos a ustedes. Cuando esos niños huyen de las bombas y se encierran en sus sótanos, ven películas. Nos ayuda a todos a lidiar con mundos a veces insoportables, y nos da esperanza para parar todo lo malo y nos da un futuro mejor”.
Los premios del DGA tienen además ciertas características, como que los cinco directores nominados por la mejor película son siempre reconocidos con una medalla, por lo que hacen un discurso sobre el escenario y saludan a la prensa de forma cercana después, a diferencia de otros premios mucho más grandes como los Globos de Oro donde resulta más difícil verlos. Además, los actores de cada película nominada acompañan a sus directores a la gala y hacen un discurso muy personal y a menudo cariñoso para presentar a cada uno de ellos.
Ryan Gosling, el Ken de Barbie, fue el primero en salir al escenario para presentar a Greta Gerwig y desvelar que este premio era “el que más sentido tiene para ella, que durante mucho tiempo no pensó ni siquiera que tuviera derecho a ser directora”. También recordó algunos logros de su largometraje, como que es “la 11ª película más taquillera de la historia de los Estados Unidos, la 14ª del mundo, la primera en los 100 años de Warner y la única mujer en lograr más de 1.000 millones de dólares”, ante las lágrimas de Gerwig. Mark Ruffalo y Emma Stone fueron más ligeros, primeros bromearon entre ellos y después alabaron el trabajo de Yorgos Lanthimos en Pobres criaturas y su capacidad de reflejar “lo complejo que es ser humano” sin dejar de meterse con él. “He venido preparado, como cada día”, respondía él en el escenario ante sus bromas.
El expresidente de la DGA, el director Taylor Hackford, presentó a “un hombre con clase y un gran director”, Alexander Payne, que celebraba su cumpleaños. “Y no hay otro lugar en el mundo en el que quisiera estar”, aseguraba Payne. Por su parte, Cillian Murphy alabó que el de Nolan había sido un trabajo muy complejo con “estrategia militar, vida, amor y dolor” y lo difícil de conectar “con un drama de tres horas de un padre y un mundo nuclear”: “Qué privilegio conocer a este hombre, llamarlo amigo y ser dirigido por él”. El actor Jonah Hill bromeó sobre Scorsese: “Cuando el mejor cineasta del mundo te pide que presentes un premio, le contestás: ¿cuánto es?”.
Además, unos y otros se alaban mutuamente. Gerwig, por ejemplo, recordaba exactamente cuando hace 23 años vio Memento, de Nolan, en un cine de Sacramento (la capital de California, su ciudad natal). Lanthimos hablaba de que tenía solo siete años cuando se estrenó Toro salvaje y no podía creerse estar en la misma sala que Scorsese: “Estar frente a ti, siendo el doble que vos, solo físicamente, me falta mucho artísticamente; me hace ver que los sueños se cumplen”. Payne afirmaba: “Amo sus películas y a ustedes. Pensar en esos miles de millones de personas que han vivido antes de nosotros, pobres almas, que no tuvieron cine, que nunca vieron una película. Pero qué difícil es hacer películas, películas que le gusten a la gente, encontrar alguien que las distribuya... Somos humanos con suerte. Tenemos el mejor oficio del mundo”. Scorsese también reconoció cuánto le inspiran sus compañeros: “Estar aquí con ustedes es muy emocionante”, y agradecía a todos su reconocimiento.
“Los premios de esta noche tratan de celebrar algo que todos amamos: contar historias”, explicaba la presidenta del DGA, Lesli Linka Glatter, en su discurso de bienvenida. “Incluso en los peores días de rodaje, cuando se está al límite, con cosas que no podés controlar, cuando la sopa está congelada, todo te recuerda lo mismo: que amamos contar historias. Me emociona mucho estar con ustedes. Durante 75 años hemos tenido este evento para reconoceros”, afirmaba. La presidenta declaraba que “todo el mundo está feliz de hacer series y películas”, especialmente en una época de “hostilidad, ira y resentimiento”. “Es una feliz por la oportunidad de apoyar a mis colegas y celebrar la excelencia”, afirmaba, dando los gracias a todos los estamentos de la industria y también felicitando a los guionistas y los actores por superar sus huelgas. También puso en valor que el de directores había sido el “primer sindicato de todas las industrias en protegerse de la inteligencia artificial” y dejó constancia de que habrá muchas más guerras que librar: “No estaremos satisfechos hasta que la industria sea justa y sostenible”. La gala la presentó Judd Apatow, pero lo que dijo el comediante no se sabrá, o no todo, porque él mismo exige que su monólogo cómico de apertura de la gala no se emita públicamente ni se vea en la sala de prensa y quede a oscuras para la prensa y el mundo. Demasiada acidez para la corrección política de estos agitados tiempos.
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