Camino al Oscar: la Academia da algunas señales de empezar a cambiar su historia
En su cumpleaños número 90, el Oscar quiere marcar diferencias y no parecerse a nada de lo que hemos visto hasta ahora. Las 10 nominaciones para Roma, el número más alto alcanzado este año, transformó a la película de Alfonso Cuarón en la favorita para llevarse el premio mayor y protagonizar, de paso, un hecho histórico: sería la primera vez que una producción surgida de Netflix recibiría la máxima distinción de Hollywood, pensada desde que nació para premiar lo mejor del cine entendido como una experiencia que se vive en la pantalla grande.
Al anuncio de las nominaciones le siguió una primera consecuencia de peso: ayer se supo que el gigante del streaming está en conversaciones muy avanzadas para sumarse a la Motion Pictures Association of America (MPAA), la poderosa entidad que agrupa a los grandes estudios de Hollywood.
Eso no es todo: Roma es una película producida fuera de los Estados Unidos y no hablada en inglés, una característica que comparten en esta ocasión varias de las películas que aparecen nominadas al Oscar en lugares expectantes. La primera vez que la Academia sale de lleno a buscar a los candidatos por todo el mundo. El resultado es un reparto de candidaturas al Oscar en el que se mezclaron confirmaciones y bastantes sorpresas.
Con su nueva condición de favorita en un rango que se consolida en las categorías principales (dirección, sobre todo) y se extiende a varios otros rubros, Roma desplazó ayer de ese lugar a Green Book: una amistad sin fronteras. Pero esta última película todavía conserva una carta ganadora, su éxito del pasado fin de semana en la entrega de premios de la asociación de productores de Hollywood (PGA), que adelantó el título ganador del Oscar al mejor film en ocho de los últimos diez años. Green Book se quedó sin nominación para su director (la ausencia de Peter Farrelly de la lista fue una de las grandes sorpresas de ayer), pero hay casos recientes de películas ganadoras del Oscar sin sus directores como candidatos, como Conduciendo a Miss Daisy y Argo.
Los anuncios de ayer en Hollywood ratificaron las más razonables expectativas previas en las listas de nominados a mejor actor y actriz protagónicos, con favoritismo neto por Christian Bale entre los primeros y la promesa de una lucha muy reñida entre Glenn Close y Lady Gaga entre las segundas. Hubo sorpresas en la carrera sin favoritos netos para el premio al mejor actor y a la mejor actriz de reparto. Quedaron afuera nombres casi descontados como Timothée Chalamet y Claire Foy y entraron en sus respectivos lugares Sam Rockwell (actual ganador del mismo premio) y Marina de Tavira, otro ejemplo de la gran corriente que parece favorecer a Roma en estos momentos. A partir de ella ya se descuenta que ganará el premio a la mejor película extranjera y que Cuarón volverá a consagrarse mejor director.
Son indicios, de paso, de una tendencia que para la Academia resulta estratégica desde hace un par de años: la necesidad de refirmar su influencia desde una ruptura de su tradicional conducta conservadora, reemplazada por una política activa en favor de la diversidad.
La apertura al mundo de la que hablábamos más arriba es una de las inequívocas señales de ese cambio de temperamento. En principio, podría decirse que la Academia concibe esa apertura en términos geográficos lineales. Los dos directores de las películas más nominadas (La favorita sumó, al igual que Roma, diez nominaciones) son ajenos en origen al mundo Hollywood: un mexicano (Cuarón) y un griego (Yorgos Lanthimos). El polaco Pawel Pawlikowski figura entre los candidatos a mejor director por Cold War y hay tres títulos realizados fuera de Estados Unidos (las citadas Cold War y Roma, más la alemana Never Look Away) entre las cinco aspirantes a mejor fotografía. Se escucharán unos cuantos idiomas entre los discursos de agradecimiento el domingo 24 de febrero, cuando se entreguen los premios en el Teatro Dolby de Hollywood.
Pero esa disposición a la apertura, como también se dijo, tiene otros significados. Con el gran reconocimiento entre los nominados a Roma y La balada de Buster Scruggs, la Academia le abre la puerta a un nuevo actor, Netflix, y parece dispuesta al mismo tiempo a considerar la poderosa plataforma de streaming como un par. Ayer trascendieron por primera vez, después del anuncio de las nominaciones, los primeros contactos entre Netflix y la MPAA para convertir a aquella en nuevo integrante de la poderosa asociación que reúne los nombres más fuertes de la producción hollywoodense. Los grandes y tradicionales estudios, sobre todo.
Vueltas de tuerca
La tercera dimensión de esta apertura es a la vez simbólica y testimonial. Comenzó en la elección del paquistaní Kumail Nanjiani (uno de los mejores comediantes actuales de las pantallas estadounidenses) y la afroamericana Tracee Ellis Ross (hija de Diana Ross) como presentadores de los nominados al Oscar de este año. Y siguió con otra señal que también podría ser histórica en la ceremonia número 90 del premio: el lugar central que tendrá Pantera negra, primera película de Marvel en alcanzar relevancia en las categorías principales (es una de las ocho candidatas a mejor película), además de contar con gran protagonismo potencial en las categorías técnicas, lugar del que desplazó a El primer hombre en la Luna. Lo mismo ocurre en el caso del Oscar a la mejor banda sonora, que muchos ya daban por hecho que sería para la película de Damian Chazelle.
Pantera negra, de paso, integra una seguidilla de títulos muy relevantes consagrados a temáticas de diversidad racial y sensibles para la población afroamericana que completan El infiltrado del KKKlan, Green Book y, con menos nominaciones de las esperadas, If Beale Street Could Talk, cuyas aspiraciones ahora descansan solo en el posible triunfo de Regina King como actriz de reparto.
Y si hablamos de desplazamientos y omisiones que sorprendieron a la mayoría, es muy notoria la ausencia de Bradley Cooper (Nace una estrella) y de Peter Farrelly (Green Book) entre los directores. La primera aparece, con toda seguridad, como el más inesperado de todos los anuncios. Nace una estrella, al igual que El vicepresidente: más allá del poder, tiene ocho nominaciones, pero hoy todos dan por seguro solo un premio (el de mejor canción original) para quien fuera la primera gran favorita del Oscar 2019.
En la comparación, la Academia parece más dispuesta a preferir películas menos clásicas en el sentido hollywoodense y más revulsivas en términos de guiones e interpretaciones, como La favorita y El vicepresidente. De todas maneras, todo indica a priori que estas dos películas no tendrán el 24 de febrero una celebración proporcional a la cantidad de nominaciones acumuladas.
Hoy, el cambio parece quedar plenamente representado por Roma (si esta película por sus características resulta demasiado radical, allí están Green Book y hasta La favorita como opciones) y por otra decisión que en apariencia no tiene vuelta atrás. Un Oscar sin presentador no se parecerá en nada a lo que hemos visto hasta ahora.
Detrás de la estatuilla
Netflix festeja 13 nominaciones
No fue de un día para otro ni por casualidad: el hecho de que la plataforma de streaming haya conseguido sumar trece candidaturas en las categorías principales de los Oscar demuestra un trabajo de años, con el objetivo de imponer su modelo de exhibición y consumo en la industria del cine. Para hacerlo sumaron a Alfonso Cuarón y a su personal Roma, así como La balada de Buster Scruggs, la episódica nueva aventura de los hermanos Coen. Y seguirán: este año estrenarán The Irishman, de Martin Scorsese.
La curiosidad de Yalitza
Ya sucedió en muchas oportunidades que una intérprete de habla no inglesa fuera nominada como mejor actriz. Pero el caso de Yalitza Aparicio es diferente. La protagonista de Roma no es actriz profesional y fue al casting porque su hermana no pudo asistir y la mandó para ver cómo era.
Spike Lee, entre los grandes
Es el sexto realizador negro en recibir una nominación como mejor director en la historia de los Oscar. Lee no solo tiene ya un premio honorario de la Academia en reconocimiento a su carrera, sino que además había competido en 1990, cuando fue nominado por el guion de Haz lo correcto.
Cuarón, el coleccionista de premios
Casi un unipersonal, Roma fue escrita, dirigida, fotografiada y editada por Alfonso Cuarón. Y eso se refleja en las nominaciones. De las diez candidaturas del film, cuatro llevan el nombre de su creador y una quinta, mejor film extranjero -en clave olímpica-, el de su país, aunque como productor también sería suya.
- Dos realizadores norteamericanos, Adam McKay y Spike Lee, participan en la categoría de dirección: lo completan el mexicano Cuarón, el griego Yorgos Lanthimos y el polaco Pawel Pawlikowski.
Los superhéroes en busca de la gloria
La 91» ceremonia de los Oscar será recordada como esa en la que una película de superhéroes fue nominada a 7 premios, pero sobre todo porque Black Panther logró lo que parecía imposible: ser una de los 8 candidatas a mejor película. Avengers, además, fue nominada por sus efectos especiales.
Paul Schrader: una reparación histórica
Guionista de Toro salvaje, Taxi Driver y La última tentación de Cristo, entre otras, Schrader nunca había sido nominado a un Oscar. Un descuido increíble de la Academia que esta vez sí lo incluyó en esa categoría First Reformed, la película que escribió y dirigió.
Una cuestión de géneros
Salvo por las categorías actorales no hay mujeres nominadas en los rubros principales. Las únicas cuatro mujeres nominadas son Nadine Labaki, directora de Cafarnúm que compite como mejor película extranjera; Elizabeth Chai Vasarhelyi (Free Solo), y Julie Cohen y Betsy West (RGB) en la categoría de documental.
El dragón de Roma
Con sus diez nominaciones, Roma empató con El tigre y el dragón (2000) como la película de habla no inglesa con más candidaturas en la historia de los Premios Oscar. Además es el quinto film en ser nominado como mejor película y mejor película extranjera.
La séptima puede ser para Close
Para Glenn Close competir como mejor actriz por su papel en La esposa es una buena noticia que podría convertirse en desastre. Es que la intérprete ya fue nominada otras seis veces y nunca ganó. Si vuelve a perder será la actriz con más decepciones acumuladas en la historia del Oscar.
De bu tan tes
El Oscar siempre está en busca de caras nuevas y esta edición no será la excepción. Son ocho los nominados que estrenan el diploma: Rami Malek, Richard E. Grant, Yalitza Aparicio, Adam Driver, Regina King, Sam Elliot, Marina de Tavira y Olivia Colman.
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