Miss Peregrine y los niños peculiares: Burton tropieza con problemas narrativos
Al director parece costarle cada vez más contar acciones, incluso las más sencillas
Miss Peregrine y los niños peculiares (Miss Peregrine's Home for Peculiar Children, Reino Unido-Bélgica-Estados Unidos, 2016, hablada en inglés) / Dirección: Tim Burton / Guión: Jane Goldman, basado en la novela de Ransom Riggs / Fotografía: Bruno Delbonnel / Edición: Chris Lebenzon / Música: Michael Higham, Matthew Margeson / Intérpretes: Eva Green, Asa Butterfield, Samuel L. Jackson, Chris O'Dowd, Terence Stamp, Allison Janney, Ella Purnell / Distribuidora: Fox / Duración: 127 minutos / Calificación: apta para mayores de 13 años / Nuestra opinión: buena
Promesa de historia tenebrosa y fantástica centrada en una casa antigua en una isla de Gales, ése es el camino de Miss Peregrine mientras todavía no aparece Miss Peregrine. Un chico que no se adapta a su entorno "normal" en Florida (otra vez la oposición habitual y tal vez gastada en Burton), un abuelo que siempre le ha contado historias maravillosas y apariciones de seres intrigantes. La película cumple con las explicaciones y despliega un mundo de fantasía amplio y fascinante, en su extravagante cruce de algo así como una filial de X-Men infantil y adolescente y Harry Potter, con un poco de El ejército de las sombras de Sam Raimi y hasta Hechizo del tiempo, más toques del adorado librito de Burton La melancólica muerte de Chico Ostra y otras historias. Una mezcla potencialmente fascinante y mientras se va descubriendo el mundo y sus coordenadas, el director evidencia que está en lo suyo, en el diseño de personajes, en la cámara asombrada ante territorios y criaturas fuera de lo común. Ahora bien, cuando la película tiene que avanzar en la narrativa de acción y enfrentamiento estamos -otra vez- ante el punto más débil de Burton. Cada vez parece costarle más contar acciones, incluso las más sencillas, por lo que la película se resiente progresivamente, y mucho. Tal vez por eso, con esa conciencia, el relato dispone una estructura inusual, en la que recién en el último cuarto se terminan de plantear el problema, el conflicto y las coordenadas del mundo misterioso, y se disponen los elementos para la acción, que nunca llega a tensión.
De todas maneras, esa errancia narrativa, que permite algo de mayor despliegue de la especialidad de Burton, termina desdibujando a algunos personajes y actores, que parecen meras piezas para el trazado de explicaciones, por ejemplo los de Rupert Everett y Judi Dench. La película necesita un amplio mapeo de su territorio, establecer más y más coordenadas, como si sintiera demasiado el peso de la novela, o como si preparara todo esto como el inicio de una franquicia. Así, cuando los mellizos entran en acción, recién al final, uno se pregunta por qué no lo hicieron antes. Y como esa hay muchas otras inconsistencias narrativas, que deben encauzarse con más y más aclaraciones (de poderes, de lógicas, etcétera).
Fascinaciones y maravillas quedan a mitad de camino porque su imbricación con la acción y el suspenso está hecha casi con desdén. Así, por más deslumbramiento visual y ganas de volar fantásticamente, notamos la ausencia de emoción, porque no hay construcción progresiva y sólida. Burton se ha conformado con ser un filtro peculiar, un brillante diseño personalizado, y la narrativa de su cine ha salido lastimada.
Temas
Otras noticias de Estrenos de Cine
Más leídas de Cine
En el top de Prime Video. La película que fue directo al streaming y tiene un toque de ciencia ficción, pocos personajes y grandes ideas
Thierry Frémaux, director del Festival de Cannes. “El cine argentino es tenido en cuenta en todo el mundo, hay que sostenerlo”
Con ojos norteamericanos. Gaucho gaucho es un atípico acercamiento a la vida rural en el Norte argentino
Una edición austera. Mar del Plata, una ciudad casi ajena al Festival de Cine que está por comenzar