SAN PABLO.- Las fotógrafas Francesca Woodman y Sally Mann, las cantantes Dolly Parton y Cher, las escritoras Otessa Moshfegh y Anne Carson. La cuenta de Instagram de Brie Larson no se ve monopolizada por la promoción de sus trabajos sino más bien por citas de referentes del feminismo que inspiran a la actriz que en 2016 ganaba el Oscar por La habitación(disponible en Netflix ) y se despegaba, casi sin quererlo, del circuito independiente que la vio nacer. Desde sus extraordinarios trabajos en los films de Destin Daniel Cretton –Short Term 12 y The Glass Castle, ambos disponibles en Amazon Prime Video–, hasta su intervención en El esplendoroso presente de James Ponsoldt y en Escuela de mujeres,de Francesa Gregorini (que se puede ver tanto en Netflix como en Amazon), la intérprete siempre les puso una impronta genuina a personajes en permanente búsqueda de estabilidad.
"Estoy obsesionada con lo verdadero", le cuenta Larson a LA NACION en una habitación de hotel en San Pablo, ciudad puntapié de la rueda de promoción de Capitana Marvel, la película número 21 del estudio propiedad de Disney, y nada menos que la primera en ser comandada enteramente por una mujer. Mucho antes de remarcar que es una persona introspectiva, uno puede fácilmente notarlo. Durante la entrevista, no hay un solo momento que Larson desaproveche con frases de manual o respuestas escuetas. Por el contrario, consigue irradiar una paz sin caer en lo solemne, y con plena consciencia de qué es lo más valioso que le brindó el personaje de Carol Danvers, esa piloto de la Fuerza Aérea norteamericana que utiliza sus poderes para salvar la Tierra.
"Esta película es una herramienta que tengo para abrir una conversación sobre la representación femenina en pantalla", explica la actriz que desde hace años se muestra muy activa por la lucha de las mujeres y que es consecuente con su discurso. "Hace un año, empecé a prestar atención a cómo eran mis días de prensa y la mayoría de los críticos y periodistas con los que hablaba eran hombres blancos", declaró recientemente. Como consecuencia, Larson solicitó que se les dé el mismo espacio de trabajo a mujeres de diferentes países, para que esa batalla por la representación comience desde adentro.
"Hay que buscar el cambio en la plataforma en la que estás", le expresa la actriz a este medio, semanas antes de ser blanco de críticas misóginas en las redes. En el sitio web Rotten Tomatoes, muchos comentarios incitaban a boicotear Capitana Marvel con argumentos sexistas. "Como soy un hombre blanco (como ya saben, el género malo), no pienso prestarle atención porque igualmente se supone que soy racista y machista", "Esto tiene pinta de arruinar la franquicia", "No me interesa ver una película con una feminazi que odia a los hombres", fueron algunas de las frases dirigidas al largometraje de Anna Boden y Ryan Fleck, y a su protagonista excluyente.
Capitana Marvel es una herramienta para abrir una conversación sobre la representación femenina en pantalla
"Ya estoy yendo a terapia para lidiar con ese nivel exposición", le revela Larson a LA NACION, riéndose un poco y otro poco mostrando esa faceta que la vuelve anómala dentro del universo Marvel. Brie busca que su Carol Danvers inspire a millones de niñas a confiar en su fortaleza pero, al finalizar el día de promoción del film, trata de desconectarse de su trabajo y de pasear por las diferentes paradas de esa incansable gira. ¿Su objetivo? Conectarse "con lo terrenal". La dicotomía yace allí. La actriz es la cara visible de un verdadero tanque cinematográfico, pero también sigue siendo la joven introvertida que creció en Sacramento. "Eso nunca se va, eso lo voy a llevar conmigo toda la vida".
LA NACION habló con Larson sobre las secuelas de su salto al estrellato, del duro entrenamiento que llevó a cabo para protagonizar Capitana Marvely de su deseo de retomar la dirección impulsada por la gran variedad de historias que tiene para contar.
-En tu Instagram citaste una famosa frase de la bailarina y coreógrafa Martha Graham: "La práctica es un medio para invitar a la perfección deseada"; ¿cómo describirías la práctica para realizar esta película?
-Aprendí una gran lección con el entrenamiento, que es algo que voy a empezar a aplicar de ahora en más. Hubo momentos en los que estaba entrenando, cuando levantaba pesas, y me parecía increíble lo que había logrado, y luego inmediatamente comenzaba una nueva sesión y las mismas pesas me empezaban a parecer demasiado pesadas. Es como un período de 60 segundos en el que había ganado trabajando y en el que rápidamente volvía a perder. Con aprender artes marciales me sucedió lo mismo porque lo abordé con esta actitud que tengo de querer conseguir todo lo que me propongo, por eso me obsesioné, sentía que me tenía que salir bien. Y es ahora, un año después de ese momento, que finalmente aprendí la lección de que el proceso nunca se termina.
-¿Desde que te confirmaron que ibas a protagonizar la película hasta el rodaje tuviste tiempo para prepararte?
-Sí, sí, tuve un margen de 6 meses de entrenamiento, y casi un año dedicado a las artes marciales. Me di cuenta de que si pasás mucho tiempo tratando de que cierto movimiento te salga correcto, entonces eso significa que no estás dedicándote más a otra cosa. Por lo tanto, toda tu vida es básicamente intentar dominar estas cosas al mismo tiempo, y es por eso que se llama práctica, porque es algo que evoluciona constantemente. No se gana. No le podés ganar a las artes marciales (risas). Eso es lo que estoy intentando aplicar en mi vida fuera del trabajo: no conseguís dominar determinadas cosas en su totalidad, sino que es un camino largo de no saber.
-Siempre mencionás lo perfeccionista que sos, ya sea con un proyecto a gran escala como este como con las películas independientes que protagonizaste.
-Lo sé, y estoy intentando no serlo tanto, pero es muy difícil. Cuando leo un guion y siento que tengo que hacer esa película, es como cuando te enamorás y no podés dejar de pensar en la persona. Es así para mí con mi trabajo. En cada lado al que voy veo la película, por eso es que es tan sencillo para mí perderme en los personajes.
-En el panel de la Comic Con te dirigiste a las niñas y les dijiste: "Hice este personaje por ustedes"; ¿cuál era el mensaje que querías que les llegara?
-Me entusiasma ser parte de esta conversación en la que se discute sobre la representación femenina en pantalla; yo soy una chica blanca, no soy el punto final de ese debate. No ganamos el feminismo con esta película, se trata de un camino mucho más extenso que hay que allanar, y que hay que lograr que sea más sencillo para otras mujeres. Capitana Marvel es una herramienta de inspiración, y yo no tuve eso cuando era chica, no tuve una Carol Danvers.
-Leí que cuando eras chica tu película favorita era Lo que el viento se llevó.
-Sí, sí, era mi favorita, pero hay tantas y hay tantas actrices increíbles también, solo que yo no tuve una superheroína porque no existían esos films. Por eso es que me siento tan bien por integrar este mundo, porque de algún modo soy parte de la historia. Estoy segura de que vamos a seguir evolucionando, y de que va a cambiar lo que verdaderamente significa ser una mujer en el cine. Esta es solo mi interpretación de eso.
-¿Era importante para vos que la película fuera co-dirigida y co-escrita por mujeres?
-Es un factor, sí. En el departamento de producción también había muchas mujeres, son cosas muy importantes, porque para que la película sea inspiradora, tenemos que ser consecuentes con nuestro discurso. Tenés que buscar el cambio dentro de la plataforma que se nos presenta como oportunidad.
-Siempre destacás la fortaleza de Carol; ¿en dónde reside esa cualidad en ella y en vos?
-Gran parte de mi fortaleza proviene de estar siempre empujándome a mí misma hacia los límites, de tomar riesgos. Aunque también viene de épocas en las que las cosas no me salían bien, de cuando sentía que fracasaba. Ahora estoy en un momento en el que formo parte de una gran película y todo me está saliendo bien, pero el camino hacia esto fue complejo, fueron muchas audiciones en las que me dijeron que no, que tenía mucho de esto pero poco de lo otro. Me caí al piso y me levanté muchísimas veces, y la fortaleza es eso: ponerse de pie en cada una de esas oportunidades.
-Leí que siempre fuiste muy intensa en las audiciones
-Sí, sigo siendo intensa, soy una persona intensa (risas).
-¿Desde que eras chica o desde que empezaste a actuar?
-Desde que me obsesioné con el tema de la verdad, de lo genuino. No me considero una persona que se maneje en lo superficial, siempre trato de ir al corazón de las cosas. Por ejemplo, cuando voy a trabajar no me gusta hablar del clima, o preguntar "hola, ¿cómo estás?". Si no hablamos de lo que realmente nos motiva a hacer esto, no le encuentro el sentido.
-¿Los personajes te abandonan fácilmente? ¿Aprendés de ellos?
-Sí, siempre aprendo. Cuando una película se termina de filmar, es como si te estuvieras mudando. Estás con las cajas abiertas, sacando cosas, pensando "¿debería quedarme con esto o no?". Por eso siempre necesito ese período en el que desempaco. No siempre tengo el tiempo, pero trato de hacérmelo para poder dejar ir al personaje. Con La habitación me pasó que me llevó más tiempo, casi un año. En el caso de Carol, quise mantenerla conmigo un rato más, porque los cambios que veía en mí eran positivos. Normalmente interpreto personajes que sufren y luchan, y esos son los que necesito soltar. En contraposición, Carol tiene cualidades que quiero que permanezcan conmigo.
-En relación a eso, ¿qué puede esperar el espectador de una película de esta magnitud?
-Tiene muchas cosas. Tiene lo que podrías esperar en cuanto a efectos visuales, secuencias de pelea que en su gran mayoría pude llevar a cabo por mi cuenta, y eso se va a poder percibir. Por otro lado, es un film con momentos muy emotivos, que me remiten a películas que hice antes. Fue un buen equilibrio.
-¿Estás preparada para el feedback de los fanáticos de Marvel? ¿Sentís que puede llegar a resultarte abrumador?
-Estoy yendo a terapia (risas), así que estoy intentando prepararme. Es una experiencia surrealista porque yo me siento la misma persona de siempre. El mundo cambió la percepción que tenía de mí, pero yo no cambié la percepción que tengo de mí misma.
-¿Seguís siendo introvertida?
-Sí, mucho. Eso no podés cambiarlo. Creo que es algo que está con vos de por vida, no se revierte. Lo que puedo hacer es trabajar con eso.
-¿Y cómo manejás tanta exposición? ¿Sentís presión?
-Trato de hacerla a un lado. Trato de no pensar en si voy a decir las cosas equivocadas en una entrevista, de aceptar que soy un ser humano y que puedo equivocarme y trato de ser honesta con los periodistas y decir que quiero que mi vida sea lo más terrenal posible. Por ejemplo, hace unos días fui a un museo, y yo estoy acostumbrada a caminar en esos escenarios toda mi vida, pero ahora llegué al punto en que siento que me están observando a mí como si fuera una pieza de arte de ese museo, lo cual es raro, porque soy simplemente una persona. Por eso soy sincera con la gente que se me acerca para pedirme fotos, porque trato de no darlas para poder disfrutar de la experiencia. Es por mi bienestar y por mi trabajo. Si no puedo ser una persona honesta, no voy a poder brindar interpretaciones honestas tampoco.
-Dirigiste una película, Unicorn Store, y dos cortometrajes. ¿Tenés más historias en la cabeza que te gustaría contar y filmar?
-Uh, tantas historias, sí. Quizá algún día vuelva a dirigir, seguramente suceda.
¿Cuándo verla? Capitana Marvel
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