Bob Hope: el siglo del humor
Filmó más de 60 películas, animó alrededor de 300 ciclos de TV y 18 veces condujo la fiesta de los Oscar. Hoy cumple cien años y una plaza de Hollywood llevará su nombre
"La edad es sólo una cifra, aunque en mi caso es condenadamente elevada", dijo Bob Hope, quien hoy cumple 100 años. Aunque por razones de salud no podrá estar presente en las celebraciones, éstas se realizarán de diversas maneras. "Probablemente pase su centésimo cumpleaños tranquilamente en su casa con la familia y algunos amigos", anticipó su hija Linda, de 63 años. Entre los amigos se cuentan los actores Dennis Miller, Kelsey Grammer y Eva Marie Saint , entre otros muchos invitados.
El actor sufre de debilidad física a causa de su avanzada edad y desde hace dos años no aparece en público. Por este motivo, los organizadores de las numerosas fiestas para celebrar el centésimo cumpleaños del actor Bob Hope ya se resignaron a que tengan lugar sin el famoso cómico.
La estrella de Hope en el Paseo de la Fama de Hollywood fue renovada, sin su presencia, y lleva ahora una plaqueta con la leyenda "ciudadano del siglo". Porque en realidad, para los norteamericanos, el centenario actor es uno de sus ilustres compatriotas. En la pantalla grande, Hope se hizo famoso sobre todo por las "road movies", que rodó junto a Bing Crosby.
Bob Hope, cuyo verdadero nombre es Leslie Towne Hope, nació en la aldea de Eltham (Inglaterra), en 1903. Era el quinto hijo de un picapedrero que emigró a los Estados Unidos cuando el futuro actor tenía sólo cuatro años.
"Inglaterra -dijo alguna vez- fue el escenario de mi presentación más grandiosa: allí nací." Hope se definía como hijo de padres ingleses, "demasiado pobres para ser británicos". El traslado al Nuevo Mundo habría sido decidido por sus progenitores cuando descubrieron que su hijo "no llegaría a ser rey".
Una vez en los Estados Unidos y tras estudiar bachillerato, empezó a ejercer humildes menesteres: lustrabotas, vendedor de diarios, boxeador, ésos fueron los primeros oficios con los que Bob se tuvo que ganar el dinero para solventar sus estudios en Cleveland (Estado de Ohio). Ejerciéndolos descubrió la felicidad de alegrar a la gente, ya con su rostro cómico, en el que sobresale la barbilla y la nariz se asemeja a una pista de esquí.
En 1920, Roscoe Arbuckle, Fatty, se presentó al público de Cleveland y Bob y su amigo George Byrne se presentaron para ser teloneros del popular actor. Con su número no sólo conquistaron al público, sino que agradaron a Roscoe Arbuckle, que les recomendó a un director de comedias musicales que entonces estaba en gira por aquella zona. Su gira los llevó de teatro en teatro hasta llegar a Nueva York, donde actuaron con dos hermanas siamesas, Daisy y Violet Hilton, siendo contratados para una producción de Broadway titulada "Sidewalks of New York", que más adelante fue llevada al cine por la Metro.
Bob Hope estaba harto de bailar, por eso añadió chistes a sus números. De teatro en teatro fue escalando el escalafón hasta convertirse en una estrella de las tablas. En los años 30 rodó algunos modestos cortos para la Educational Pictures, pero debutó oficialmente en "The Big Broadcast of 1938" (1938), de Mitchael Leisen.
Con "Camino de Singapur", obtuvo éxito formando pareja con Bing Crosby, ayudados por la inolvidable Dorothy Lamour, la reina del sarong. Tras una larga carrera, Bob Hope pasó a la TV para protagonizar diversos shows.
Desde entonces su carrera fue en ascenso, llegando a filmar más de 60 películas y a animar alrededor de 300 programas de TV. Tiene el récord de haber sido 18 veces maestro de ceremonias en la entrega de los Oscar.
Pero el hecho que más lo identificó como norteamericano fue su actuación durante las distintas guerras en las que ese país tomó parte. En 1941 actuó por primera vez para las tropas norteamericanas en la base de March Field, y desde entonces su presencia fue constante en todos los lugares donde se establecía el ejército de los Estados Unidos.
Actuó también durante la guerra de Vietnam, y durante nueve años seguidos visitó los campos de combate para alegrar a los soldados yanquis. Su actitud fue muy criticada por otros actores, como Jane Fonda, que lo acusaron de ser probelicista y de lucrar con la guerra, porque vendía a la televisión los espectáculos que daba en el frente.
Actor caracterizado por unas ideas muy conservadoras, es acreedor por ello a las antipatías de cronistas izquierdistas. Sin embargo, es un mito viviente del mundo del espectáculo norteamericano. Visitó Buenos Aires por única vez en 1947.
Con todos los honores
Si bien se casó y mantuvo su matrimonio desde 1934 (su esposa Dolores tiene 93 años), su fama de mujeriego llegó a ser escandalosa. Aunque su forma de humor está pasada de moda, Hope es considerado hoy casi un prócer del espectáculo. Posee una enorme fortuna, gracias a sus ganancias como actor y a su habilidad para los grandes negocios inmobiliarios. Ha escrito cerca de diez libros, de los que se han vendido millones de ejemplares.
Sin embargo, ya no se deja ver en público. En 1996, grabó su último programa especial para la NBC, "Bob Hope Laughing With the Presidents". Un año después fue distinguido como Veterano Honorario por el Congreso de los EE.UU. y en 1998 fue consagrado caballero por la reina Isabel II de Inglaterra.
Innumerables libros registran cada detalle de su carrera: le fueron otorgados casi 50 títulos de doctor honoris causa, a pesar de que nunca llegó a estudiar en una universidad.
En los Estados Unidos se toma tan en serio su humor que a los 99 años le dieron su nombre a la capilla de veteranos en el cementerio militar de Los Angeles.
También un buque de la Marina norteamericana fue llamado Bob Hope y un avión C-17 fue bautizado The Spirit of Bob Hope. Por haber sido un fanático jugador de golf, un torneo, asimismo, lleva su nombre.
Hoy, una plaza de Hollywood será bautizada con su nombre. También está previsto que calles en Cleveland, la ciudad en la que se crió, y Toluca Lake, donde vive ahora, lleven el nombre del actor.
Además, las agencias de viaje norteamericanas ofrecen tours especiales a los escenarios transitados por el actor y las emisoras de televisión repiten por enésima vez sus películas y shows con el título de "100 Years of Hope and Humor."
Ahora se denominarán Bob Hope plazas, calles, escuelas e instalaciones militares en casi la totalidad de los 50 Estados del país.
Habrá que ver si no se le ocurre otra humorada sobre esta abundancia de homenajes en vida.
Las frases que pasaron a la historia
La base de su éxito estaba en su duro trabajo para hacer reír a los demás. Miles de páginas con chistes escritos por el actor llenan los cajones de dos grandes armarios cuidados como santuarios en su mansión de Toluca Lake, en California.
Su humor no se detenía ante ninguna jerarquía: "El presidente Nixon entiende algo de China. Puede ordenar comida china sin pedir la carta". "Un bombardero Stealth (Invisible) es una cosa grande, vuela sin ser detectado, bombardea, y se va volando -bromeó en ese momento-, demonios, lo mismo que estuve haciendo toda mi vida."
Como maestro de ceremonia de la entrega de los Oscar, solía involucrar a sus colegas en sus comentarios humorísticos. "Bette Davis viene todos los años a esta ceremonia para tomar un café y de paso llevarse un Oscar a casa" (1940).
"¿Que por qué presento los premios?, hago cualquier cosa con tal de no pagar los doce dólares que cuesta la entrada." (1944)
"Cecil B. de Mille está rodando "Los diez mandamientos", pero tiene un pequeño problema con la censura: de los diez, hay dos mandamientos que no lo dejan filmar." (1954)
"Hoy en día se están haciendo cosas en las películas que yo no haría en la cama, incluso si tuviera la oportunidad." (1968)
"Los que no han ganado el Oscar estén tranquilos. Todavía pueden postularse como gobernador del Estado." (1969)
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