"Battle Royale", con violencia y polémica
Presenta un juego de supervivencia a la manera de "Expedición Robinson", pero que incluye el asesinato
El estreno de "Battle Royale" promete ser uno de los más controvertidos de la temporada. Esta película, que hace dos años estuvo prohibida en Japón y sólo fue autorizada luego de que se le realizaron varios cortes y de que se produjo un debate que alcanzó las más altas esferas políticas de ese país, ofrece una desoladora mirada sobre la desintegración social en un futuro cercano y reconocible.
La durísima trama de "Battle Royale" muestra una realidad dominada por una creciente ola de desocupación, violencia y superpoblación que lleva a las autoridades japonesas a organizar una suerte de juego mortal en una isla desierta con 42 estudiantes secundarios que deben matarse entre sí hasta que sólo uno quede vivo y sea el vencedor-sobreviviente. El supervisor del juego (que no es otro que el imperturbable Takeshi Kitano) deja las cosas bien claras ya en el comienzo del film: no hay escapatoria posible y a quien intente burlar las reglas de esta batalla real se le hará explotar un dispositivo que lleva en un molesto collar en el cuello.
El responsable de filmar esta monstruosa sátira a los costados más oscuros y perversos de los reality shows televisivos del estilo "Survivor" ("Expedición Robinson" en la versión argentina) es el veterano director Kinji Fukasaku, un experto en films de acción y policiales sobre la yakuza (mafia japonesa) en los que ya había dado cuenta de su pesimista visión de un mundo marcado por la pobreza, la frustración y la deshumanización.
A los 72 años, y con más de 60 largometrajes realizados en cuatro décadas, casi siempre en los estudios Toei, Fukasaku es uno de los directores más exitosos de Japón, aunque en el exterior nunca obtuvo la atención y el prestigio que sí consiguieron Ozu, Imamura, Kurosawa y Oshima. Hace sólo dos años, en el siempre atrevido Festival de Rotterdam, se organizó una retrospectiva con un tercio de su filmografía, que sirvió también como forma de reivindicación tardía. En general la crítica mundial ha despreciado sus trabajos por adscribir a géneros supuestamente menores y también por su violencia extrema, por su nihilismo, por cierta desprolijidad formal y por hacer gala de una incorrección política abrumadora. Sin embargo, títulos como "Lobos, cerdos y hombres" (1964), "Batallas sin honor ni humanidad" (1973), una historia tan exitosa en su país que lo obligó a realizar una secuela, y hasta su participación en la épica sobre la Segunda Guerra Mundial "Tora! Tora! Tora!" (1970), para la que filmó las secuencias japonesas, son ejemplos de su capacidad para narrar.
Fukasaku, que llegó a trabajar mano a mano con el escritor Yukio Mishima, se vio obligado a cortar varios pasajes de "Battle Royale" (circula en todo el mundo una segunda versión con ocho minutos de metraje eliminado), pero de todas maneras la película que arribará a las salas argentinas tiene sobrados motivos para la discusión, así como escenas propias del género "gore" (cuerpos que explotan, vísceras que vuelan por los aires, baños de sangre) no recomendables para espíritus impresionables. El septuagenario cineasta también propone, en esta suerte de video game macabro, una discusión bastante inquietante respecto del papel actual de los medios masivos de comunicación.
Fukasaku, mientras tanto, no salió a calmar demasiado a sus detractores cuando promocionó "Battle Royale". En declaraciones a la revista Time indicó que "es una mirada sobre la desesperanza, la incomunicación, la violencia y la falta de referencia que los jóvenes encuentran en sus padres. Pero ni la novela original ni la película intentan dar un discurso moralizador. No soy tan importante ni poderoso como para dar consejos o advertir a la gente. Es cierto que mi sensación es de que todo está colapsando, que los gobiernos se quedaron con la idea del crecimiento económico lo más veloz posible, pero se olvidaron de la gente. Pero mi film no es realista, no se trata de un documental. Es más bien una fábula, un cuento de hadas en el que la violencia era necesaria y de la que soy absolutamente responsable". La polémica, entonces, está abierta, y el público argentino está llamado a participar en ella desde el próximo jueves.
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