Batman: Tim Burton, Michael Keaton, Michelle Pfeiffer y todos los detalles de la tercera entrega que nunca se pudo rodar
Todo lo que debiera haber ocurrido en la película que no se pudo filmar llega al cómic Batman ‘89, con la imaginería visual original y el rostro de los actores involucrados
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Es una de las secuelas más esperadas por los seguidores del cine de superhéroes, pero no se estrenará en salas ni se verá por streaming. La que hubiera sido la tercera película de Batman a cargo de la dupla Tim Burton y Michael Keaton, acaba de ser reconvertida en historieta por DC Comics. Batman ‘89, miniserie de seis entregas mensuales que ya está disponible en los EE.UU., mostrará al Hombre Murciélago siendo perseguido como un criminal por las fuerzas federales, mientras el fiscal de distrito Harvey Dent inicia su descenso a los infiernos de la locura para renacer como el facineroso Dos Caras. En el medio, el regreso de la Gatúbela de Michelle Pfeiffer y la incorporación del primer Robin afroamericano.
Al mando del timón se encuentra Sam Hamm, guionista de los dos primeros films de la franquicia: Batman (1989) y Batman vuelve (1992); y de Batman: Justicia ciega, el cómic especial con el que DC celebró el cincuentenario del superhéroe en plena batimanía de 1989. A casi treinta años de su último viaje por Ciudad Gótica, Hamm regresó a la Baticueva para cerrar lo que debería haber sido una trilogía autoral compacta, recuperando el enfoque que, en aquel momento, le otorgaron al mito. “Batman es más que un vigilante misterioso –aseguró-. Es una sombra, un monstruo, un rumor. Alguien que podría ser real o no, pero que despierta miedos verdaderos en el bajomundo delictivo. Para mí, cómo hace las cosas que hace es anecdótico, lo importante es por qué las hace”.
Realismo gótico
Hasta 1989, la principal referencia audiovisual de Batman era la serie televisiva de los años ‘60, con el inmortal Dúo Dinámico protagonizado por Adam West y Burt Ward. En lugar de esos paladines festivamente bizarros, imbuidos en la estética del pop art y la dinámica kitsch, Burton y Keaton lograron instalar la visión de un Hombre Murciélago oscuro y traumado, acosado por la culpa y el deber, anclado en un pasado trágico del que no puede escapar, principalmente porque no quiere hacerlo.
Hijo dilecto del realismo gótico, este Batman se mueve como pez en el agua dentro de un ecosistema deudor de la novela negra y el asfalto sucio del policial urbano, muy lejos de las luces de neón estrafalarias, cursis y ligeras con que el director Joel Schumacher terminaría tergiversando la franquicia. Por eso, la trama de Batman ‘89 arranca un año después de Batman vuelve, borrando a Batman eternamente (1995) y Batman y Robin (1997) de la continuidad establecida para el Burtonverso batmaniano, el mismo que Andy Muschetti incorporará al actual Universo Cinematográfico de DC en la próxima The Flash, a estrenarse el 4 de noviembre de 2022.
Ciudad Gótica está atravesada por la grieta. De un lado, Batman y el comisionado de Policía James Gordon, acompañados por gran parte de la ciudadanía que ha visto cómo el delito ha ido mermando en sus calles. Y del otro, el fiscal de distrito Harvey Dent, cabeza visible del movimiento que culpa a Batman por la aparición de estrafalarios y peligrosos archicriminales en la ciudad. Una teoría que convalidan las Fuerzas Armadas, un importante sector de la Policía local y la sargento Barbara Gordon, hija del Comisionado y prometida de Dent, que se encuentra abocada a descubrir la personalidad secreta del Detective Encapotado.
Tantos frentes abiertos están empezando a hacer mella en el ánimo del superhéroe. “En el cómic, Batman se cuestiona la legitimidad de su misión -adelantó Hamm-. Sobre todo, cuando las cosas no empiezan a salirle como él esperaba y tiene que lidiar con daños colaterales que no imaginaba”. Primero y principal, la caída en desgracia de Harvey Dent después de sufrir un incidente que lo dejará con la mitad del rostro quemado y toda su psiquis quebrada en mil pedazos. A la brutal amenaza de Dos Caras, Batman deberá sumarle la reaparición de Gatúbela y la posibilidad de consumar la historia de amor que les había quedado trunca. Siempre y cuando logre desentrañar el misterio que rodea a la nueva figura encapotada que sobrevuela el gheto afroamericano de Ciudad Gótica. Un héroe de la clase trabajadora al que todos empiezan a llamar Robin.
Has recorrido un largo camino, muchacho
Desde el principio, Robin fue el problema más álgido que tuvo que enfrentar la producción del relanzamiento fílmico del héroe. Para Warner, Batman y Robin seguían siendo un combo inseparable, como las hamburguesas y las papas fritas. Pero Burton y Keaton no querían saber nada con el Chico Maravilla, convencidos de que su figura terminaría por infantilizar innecesariamente la propuesta original, alejándola del revisionismo oscuro que buscaban y acercándola a la comicidad liviana de la serie de TV de los ‘60.
Cuestiones presupuestarias terminaron borrando a Robin de Batman; y los méritos artísticos alcanzados por Burton le permitieron mantener su postura al filmar Batman vuelve. Pero al encarar el tercer film, Warner decidió priorizar el argumento comercial esgrimido por el departamento de marketing y la inclusión del Chico Maravilla dejó de ser materia discutible. El actor en ascenso Marlon Wayans, conocido por su participación en comedias televisivas, fue elegido para encarnar al primer Robin afroamericano de la historia.
El guion preliminar de Hamm incorporaba el tema del racismo y la marginación social al trasfondo del origen de Robin, que ocuparía aproximadamente una cuarta parte del metraje final. El resto retomaba la relación romántica entre Batman y Gatúbela, recuperaba la figura de Harvey Dent (interpretado por Billy Dee Williams en la primera película) para transformarlo en Dos Caras; y dejaba la puerta abierta para la incorporación de Robin Williams como el Acertijo. Por lo que se sabe, Warner impuso dos condiciones: sumar al reparto protagónico a Barbara Gordon / Batichica; y cambiar el denso registro dramático por uno más abierto a la comedia familiar de enredos, porque había llegado la hora de capitalizar la batimanía en los segmentos comerciales de niñas adolescentes e infantes en edad preescolar.
Ni Burton ni Keaton ni Hamm querían cambiar el tono narrativo que le habían impreso a la saga; y por eso Warner les dio una elegante salida a los tres. Con Joel Schumacher detrás de cámara, Batman Eternamente llegó a los cines del mundo en 1995, con varios cambios. Un nuevo Batman (Val Kilmer), versiones caucásicas de Robin (Chris O’Donnell) y Dos Caras (Tommy Lee Jones), el protagónico de Jim Carrey como el Acertijo; y la eliminación de Gatúbela y Batichica, que recién se incorporaría en Batman y Robin (1997), encarnada por Alicia Silverstone.
Pero todo finalmente llega. Y el Robin afroamericano hizo su demorado debut en Batman ‘89. Emergente de la cultura hip hop de los noventa, Drake Winston es el típico adolescente marginado por el sistema y con sed de Justicia. Tiene que aprender a manejar la ira y anda necesitando un mentor, pero se las arregla más que bien para proteger a los desprotegidos, portando sólo un overol, un pasamontañas y un poncho customizado. “Espero hacer de este Robin un personaje interesante, para que los lectores puedan empatizar con él -aseveró Hamm-. Después de todo, antes que una historia de Batman y Robin esta es una historia de Robin y Batman”.
Un mundo reconocible
Gran parte del atractivo de Batman ‘89 está en la recreación del mundo anárquico, claustrofóbico y cuasi distópico que decretó Tim Burton para el Hombre Murciélago. La captura de esa imaginería visual, al igual que el vestuario, la arquitectura grandilocuente y el rostro de los principales actores involucrados, corre por cuenta de Joe Quinones, historietista de DC y Marvel, admirador del trabajo de Burton, Keaton y Hamm. Algo que se nota en pequeños detalles del cómic, que incluye referencias al Guasón de Jack Nicholson y el Pingüino de Danny DeVito, así como un homenaje al artista por ese entonces conocido como Prince, autor de una de las dos bandas de sonido que acompañaron el estreno de Batman en 1989.
“Esta es una historia realmente conmovedora -afirmó Quinones-, la tercera película de Batman que nunca pudimos llegar a ver. A mí, como fanático empedernido que soy, me emociona leerla. Dibujarla, es un verdadero privilegio”.
Batman ‘89 no será el único cómic que retomará la saga superheroica del Hombre Murciélago tal como la plasmaran en cine Tim Burton y Michael Keaton. El próximo noviembre, la revista Gotham City Villains Anniversary Giant incluirá una historia especial del Pingüino escrita por Danny DeVito, actor que personificó al archicriminal en Batman vuelve (1992). “Trabajar con DeVito ha sido una de las experiencias más satisfactorias de mi vida”, declaró Paul Kaminski, editor responsable de los títulos de Batman dentro de DC Comics.
Muy poco es lo que se sabe sobre la historieta en cuestión. El dibujo promocional, a cargo de Dan Mora, muestra al Pingüino junto con la Gatúbela de Michelle Pfeiffer, por lo que se especula con que el cómic aborde una “escena eliminada” de Batman vuelve, centrada en la relación entre ambos personajes durante la intentona del Pingüino por convertirse en alcalde de Ciudad Gótica.
El debut de DeVito como guionista de historietas viene a celebrar el 80° aniversario del Pingüino, creado por Bill Finger y Bob Kane para el cómic de Batman publicado en Detective Comics N° 58, en diciembre de 1941. Basándose en la gráfica publicitaria de los cigarrillos Kool con un pingüino fumador, Finger y Kane desarrollaron la figura de Oswald Chesterfield Cobblepot, víctima de bullying por sus características físicas (obesidad y baja estatura) y su particular forma de caminar. Vistiendo frac y monóculo; y fumando con largas boquillas, se convirtió en el Pingüino, un ratero que cometía delitos portando paraguas reconvertidos en armas. El Pingüino de Devito, en cambio, es el primer hijo de una acaudalada familia de la alta sociedad, abandonado a causa de su malformación física. Encontrado por una colonia de pingüinos que le da cobijo y alimentos, crece obsesionado con matar a todos los primeros hijos de Ciudad Gótica.
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