Avengers: Infinity War: lo mejor y lo peor
Luego de diez años y casi veinte películas construyendo un gigantesco panteón de super héroes, el universo cinematográfico de Marvel vuelca todos sus ingredientes en Infinity War , el film que reúne a todos los personajes de la casa (o a casi todos, porque en realidad faltan dos). Luego de muchas expectativas, de una impresionante campaña de marketing y de la eterna promesa que "nada volverá a ser lo mismo", Infinity War se revela como una película con grandes aciertos, pero también con algunos puntos débiles.
Lo mejor
Thanos
En abril de 2012 llegaba a los cines la primera parte de Los vengadores, y en la escena post créditos de ese largometraje debutaba Thanos ( Josh Brolin ), el villano que desde ese fotograma juraba detener a los héroes más poderosos de la Tierra. En los años posteriores, el personaje apareció de manera breve en algunos otros films de la productora, y en esas apariciones el objetivo era de a poco construir al rival definitivo de la saga. Por ese motivo, la expectativa era alta. El enfrentamiento de Thanos contra Los Vengadores debía justificar tantos años de espera y el máximo desafío del enemigo no era solo derrotar a los héroes, sino también conquistar a los fans de la franquicia. Y Thanos cumplió de sobremanera. Este villano es presentado como un genocida galáctico que gobierna con puño de hierro y que entiende el homicidio a gran escala como la única forma de llevar prosperidad a los pueblos. Eso sí, él mismo aclara que mata a "ricos y pobres por igual", dando prueba de un espíritu casi socialista.
Uno de los reclamos más habituales al universo cinematográfico de Marvel, es la falta de grandes villanos, y con la honrosa excepción de Loki ( Tom Hiddleston ) hay que decir que fueron muy pocos los enemigos que tuvieron peso propio. Por todo eso, es que la aparición de Thanos debía realmente impactar a los fans, y eso fue lo que sucedió. Indudablemente él es la gran amenaza del universo Marvel, y en muchos sentidos es también el verdadero corazón de Infinity War. El personaje es desarrollado con gran meticulosidad, y teniendo en cuenta que el público ya estaba muy familiarizado con cada uno de los héroes, el acierto en este largometraje fue hacer foco en Thanos y en comprender los motivos que se esconden detrás de esa fantasía megalómana en la que se cree amo y señor de la galaxia. Y los espectadores comprendemos su sensibilidad, entendemos su lógica demente y hasta nos conmovemos ante ese sacrificio final por el que incluso es capaz de derramar una lágrima. Thanos es la amenaza perfecta, es el verdadero dueño de la película, y mostrarlo en una escena inicial en la que noquea a Hulk a puño limpio, es la tarjeta de presentación más contundente que este villano podía tener.
Personajes en constante evolución
Infinity War tiene como principal rasgo la superpoblación de figuras. Más de una treintena de personajes provenientes de al menos siete sagas distintas colisionan en esta película para unirse en lucha contra una misma amenaza. Y el gran triunfo de los directores Anthony y Joe Russo, es que pudieron permitirle crecer a muchos de esos héroes que venían (algunos de ellos) con una historia ya gastada. Hay una evolución palpable en varios de los protagonistas centrales de la saga, y si bien muchos secundarios son puro relleno y hay solo un héroe central francamente olvidado (ya llegaremos a él), hay muchos personajes que tienen una clara evolución con respecto a quiénes eran y a quiénes quieren ser. En ese sentido, Tony Stark ( Robert Downey Jr. ) es uno de los que se siente en el umbral de un cambio cuando le dice a Pepper ( Gwyneth Paltrow ) que quisiera ser padre, una idea que marca un punto y aparte con respecto al frívolo mujeriego que era en su primera película.
Thor ( Chris Hemsworth ), que se convierte en testigo de varias muertes significativas, sigue también un camino personal anclado en el dolor de ser casi el último superviviente de su estirpe, e incluso Star- Lord ( Chris Pratt ), detrás de esa capa de comedia ochentosa, se revela como un personaje atravesado por el dolor y por la necesidad echar raíces. Por último, otro héroe de gran importancia es Doctor Strange ( Benedict Cumberbatch ), pieza central del engranaje que también muestra un crecimiento que lo aleja del frío mago para acercarlo a un héroe tradicional, comprometido no tanto en su rol como guardián del plano místico de Marvel, sino más bien por el bienestar de sus nuevos compañeros, Los vengadores. Algo que nos lleva al siguiente punto.
La humanidad de los héroes
En el número 168 del Capitán América, publicado en abril de 1982, el guionista J. M. De Matteis pone al héroe del título ante la decisión de rendirse con tal de no ver morir a sus compañeros. De Matteis describe así esa escena: "Un héroe es un hombre con una fibra moral, un hombre que no permitiría el sacrificio de un solo inocente si había otra alternativa. Y para el Capitán América, siempre hay una alternativa". Esa idea del heroísmo no está ligada, obviamente, solo a ese personaje, sino que es el mantra de todos los Vengadores: ninguna muerte puede justificarse. Por ese motivo la llegada de un genocida a gran escala es la amenaza más natural a la que puede enfrentar este grupo de héroes. Y existe una idea muy concreta que sobrevuela al film y es justamente la de jamás negociar la muerte de un compañero. En ese sentido, la secuencia inicial con Loki pidiéndole a Thanos que le perdone la vida a Thor, es un gran ejemplo de eso. De ahí en más, serán varias las situaciones en las que un personaje deberá someterse con el fin de salvar la vida de un compañero. A Strange le sucederá lo mismo. Cuando él, Iron Man y Spider-Man ( Tom Holland ) hacen equipo, el mago aclara que no tendrá problema en verlos morir si con eso salva la gema del tiempo, una postura que sobre el final del film, obviamente, terminará por traicionar.
La consagración de la Bruja escarlata
Wanda Maximoff ( Elizabeth Olsen ) debutó en La era de Ultrón, y ni en esa película ni en Civil War tuvo un desarrollo demasiado profundo. Hasta el momento solo se sabía que su poder era de un potencial enorme, pero sus fantasmas internos muchas veces la limitaban. Pero en Infinity War, ella se convierte en una de las piezas más importantes de la historia. A los héroes de este film los define ante todo la camaradería, ese sentimiento que los hermana y los lleva a protegerse mutuamente aún cuando algunos de ellos poco se conocen. Y en ese contexto, el personaje de la Bruja escarlata se convierte en una de las grandes heroínas, porque es la única que reniega del amor y hace el sacrificio definitivo cuando Thanos amenaza con obtener la última gema que necesita. Cuando la situación lo amerita y ella se convierte en la última línea de defensa, Wanda Maximoff es capaz de vencer su miedo más profundo con el objetivo de salvar a la humanidad, y la escena en la que intenta matar a Visión mientras resiste la embestida de Thanos, es seguramente uno de los momentos más conmovedores e impactantes de Infinity War.
LO PEOR
El gran olvidado
Infinity War presenta un relato coral, una aventura que se despliega en distintos mundos en los que cada grupo de héroes lleva adelante distintas batallas. Esa estructura, si bien es ambiciosa y le da gran dinamismo a la aventura, también implica sacrificar algunos personajes que tienen en la trama un peso muy liviano (o que directamente ni aparecen, como sucede con Ant-Man o Hawkeye). Pero de la santa trinidad del universo Marvel, el que sale claramente desfavorecido en Infinity War es Capitán América ( Chris Evans ). El héroe abanderado, luego de Civil War siguió luchando desde la clandestinidad junto a Falcon (Anthony Mackie) y a Viuda negra ( Scarlett Johansson ). Se dejó la barba, su traje es ahora oscuro…. y no mucho más. La falta de tridimensionalidad del personaje es alarmante, y teniendo en cuenta que una constante en estas películas es la lucha entre el idealismo de Steve y el pragmatismo de Tony, la falta de espacio para el Capitán América dejó al film huérfano de uno de los principales pilares de ese universo.
Al revés de lo que sucede con los mencionados Iron Man, Thor o Star-Lord, la sensación que brinda Infinity War es que la mejor aventura del Capi quedó en el tintero, y es justamente aquella que cuenta cómo el personaje formó esa célula de justicieros forajidos que desde las sombras pelearon contra distintos villanos. Es como si la saga hubiera salteado un episodio clave en la construcción del mito del Capitán América. Pero hay algo muy claro, y es que Steve Rogers probablemente sea uno de los héroes más importantes en Los vengadores 4. Puede que en el film de laño que viene, Steve y Tony vuelvan a tener sus conocidos enfrentamientos morales e incluso que bajo el grito de ¡Avengers Assemble! el Capitán América se convierte en el primer gran mártir de Marvel. Pero lamentablemente, en Infinity War nos quedamos con las ganas de ver mucho más de este personaje.
Un frío reencuentro
La era de Ultrón mostró un vínculo muy estrecho entre Bruce Banner ( Mark Ruffalo ) y Natasha. Y hay que nombrarlos por sus nombres propios porque la relación era entre ellos, y no entre sus alter egos de Hulk y Viuda negra. Ambos estaban a centímetros de comenzar una relación romántica, y ella era la única capaz de calmar a la bestia para permitir el resurgir del hombre. Y en la famosa escena de la cabaña, aquella en la cual los personajes pueden mostrarse agrietados y sin el maquillaje de los superhéroes que todo lo pueden, Natasha y Bruce tienen una de las conversaciones más terribles de todo el film, porque revelan mutuamente hasta qué punto el ser Vengadores los privó de los placeres de una vida normal. Pero esa relación en Infinity War se borra de un plumazo y es casi como si ni hubiera existido. Cuando ambos se reencuentran Bruce saluda temeroso, pero luego de esa reacción no hay ningún otro síntoma que revele que allí hubo una historia que quedó inconclusa. Probablemente esto tenga que ver con la ausencia de Joss Whedon, el director encargado de Los vengadores 1 y 2, un realizador con una brújula muy aceitada y siempre fascinado con explorar los puntos vulnerables de los grandes héroes modernos (y sino ahí tienen a Buffy, su máxima creación). Joss Whedon, en La era de Ultrón, insistió mucho en incluir la escena de la cabaña porque no solo era un descanso entre tanta batalla, sino también porque permitía mostrar a los héroes y heroínas desde una óptica diferente, una óptica que en algunos tramos de Infinity War, se nota que faltó.
Media película
Las secuelas cuyas terceras partes ya están filmadas, se saben, tienden a abusar del cliffhanger. Sucedió con clásicos como Volver al futuro 2, como así también con otros films más actuales como Matrix recargado. Pero entre esas dos, a pesar de terminar con el conflicto abierto, hay una diferencia de base: la de Michael Fox cuenta una historia con continuará, mientras que la de Keanu Reeves cuenta la mitad de una sola historia. Y en Infinity War sucede lo mismo que en el segundo ejemplo, porque lo que se encuentran los espectadores es medio largometraje. Si bien el film cuenta cómo Thanos consigue las seis gemas y los mil intentos de Los vengadores por frustrar esa misión, el relato termina con un cliffhangers de lo más desolador. La tediosa sensación de salir de la película con mayor ansiedad de la que uno tenía cuando entró, aunque funciona en términos comerciales, no puede dejar de sentirse como una traición en términos narrativos. Y eso es una desventaja porque los hermanos Russo llegaron a asegurar que Los vengadores 3 y 4 serían dos films distintos, y si bien ambas se iban a concentrar en la lucha contra Thanos, se suponía que ambos capítulos serían claramente divisibles, algo que finalmente no sucedió. Por ese motivo es que más allá de sus muchísimos aciertos y de lograr ensamblar con éxito una película terriblemente ambiciosa, el alevoso sentimiento del continuará deja en su final un gusto muy amargo.
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