Ashton Kutcher: por qué Mila Kunis dice que “a veces, es bueno no escuchar a tu esposa”
Su esposa, la actriz Mila Kunis, dice que, por suerte, en muchos emprendimientos no siguió sus consejos; el actor se hizo multimillonario tanto en la pantalla como por inversiones en Uber, Skype o bitcoins
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Unas declaraciones realizadas el pasado jueves por la actriz Mila Kunis sobre su esposo, el también actor Ashton Kutcher, han devuelto a la actualidad a quien cada día está más alejado de Hollywood y más cerca de Silicon Valley.
Kutcher está prácticamente desaparecido de la gran pantalla y en los últimos años se le conocen principalmente dos papeles protagonistas en televisión, en concreto en las series Two and a Half Men y The Ranch, de Netflix, que finalizó en 2020 después de 80 episodios. Aun así su caché como actor le sigue reportando buenos beneficios. El medio Celebrity Net Worth publicaba recientemente que ganaba alrededor de 800.000 dólares por episodio y estimaba su fortuna en casi 200 millones de euros. Una cantidad que empezó a nutrirse de sus trabajos de interpretación, pero que se ha multiplicado gracias a su faceta como visionario en los negocios.
De esto habló Mila Kunis en la entrevista que mantuvo de manera virtual con Stephen Colbert en su espacio televisivo The Late Show. La actriz, de 37 años, le confesó al presentador que ella no ha sido muy buena consejera en asuntos de negocios y que intentó convencer a Kutcher de que no invirtiera en Uber o en bitcoins hace más de una década, cuando el actor, que en la actualidad tiene 43 años, vio posibilidades en esas ideas jóvenes que ahora son un éxito para quienes confiaron en ellas cuando echaron a andar. “Lo mejor de él -dijo Kunis refiriéndose a su marido- es que es muy inteligente por incluirme en todo y que está al tanto de todo lo que está sucediendo. Y también es muy inteligente al saber que, a veces, no debés escuchar a tu esposa”, afirmó sonriente en referencia a este asunto.
La pareja, que tiene dos hijos, Wyatt Isabelle, de 6 años, y Dimitri Portwood, de 4, comenzó a salir en 2012 y se casó en julio de 2015. “Al principio de nuestras citas surgieron dos cosas y él me dijo: “Existe una compañía que es como un servicio de taxis, pero tipo viaje compartido, en el que cualquiera puede hacer el servicio con su propio coche...” Y yo solo pensaba que era la peor idea que se le podía ocurrir a alguien. Estaba casi furiosa con él. Pensaba, ¿quién se va a meter en un coche con un desconocido?”. Esa compañía no era otra que Uber.
Kunis también hizo todo lo posible para que Kutcher no invirtiera en Bitcoin cuando le planteó la idea hace más de ocho años y se conocía poco más que el nombre de la compañía y que su invento era algo que llamaban criptomonedas. En ese momento a la actriz le preocupaba que la operación no estuviera asegurada por la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC) y Kutcher argumentaba que eso lo convertía en una idea aún mejor. Mila Kunis decía: ‘Me parece una idea horrible”. Y Ashton Kutcher le contestó: “Genial, pues estamos invirtiendo en eso”. “Esto pasa todo el tiempo”, explicó la actriz en el programa de televisión.
Dados los resultados de las decisiones de Kutcher, su esposa debe estar ahora más tranquila respecto al olfato inversor del actor, quien a través de sus firmas de capital de riesgo ha realizado inversiones en empresas emergentes como Uber, Airbnb, Spotify, Shazam, Soundcloud, Neighborly, Zenreach, ResearchGate, Kopari Beauty y el servicio Lemonade.
Kutcher está considerado como uno de los inversores de Hollywood más activos en Silicon Valley, y él y sus colaboradores, según fuentes del sector económico, han convertido un fondo de alrededor de 36 millones de dólares en más de 300 millones. Una lucrativa carrera inversora que ha explotado en la última década y que incluso ha convertido al actor en consejero para otros inversores. Entre sus recomendaciones destacan estas: “Invierta en lo que sabe, aprenda todo lo que pueda al respecto y haga un plan para hacer realidad lo que invirtió”. El polifacético actor ha sido también productor, emprendedor y filántropo. En su faceta de inversor, primero comenzó como lo que se conoce con el término de inversor ángel, es decir una especie de padrino adinerado que fía capital a una startup o empresa emergente normalmente a cambio de una participación en su accionariado. Después fundó dos fondos de capital de riesgo: A-Grade Investments y Sound Ventures. Y por el momento sus inversiones no han sufrido tropiezos, sino que han estado marcadas por el éxito.
La afición por los negocios le viene de niño, cuando comenzó a encadenar trabajos para conseguir algo de dinero, ya que proviene de una familia de clase media obrera. En aquellos tiempos cortaba el césped, realizaba trabajos de limpieza y lavaba platos. A los 13 años ahorró 1600 dólares trabajando después de salir del colegio y los fines de semana durante más de un año y medio para comprar una moto de nieve. Estudiaba ingeniería bioquímica en la universidad de Iowa cuando fue seleccionado como modelo, su primer paso para entrar en el mundo de la actuación.
Hace algo más de una década llegó su incursión en el mundo de los negocios. Kutcher afirma que se centra “en identificar emprendedores increíbles y ayudarles a crear un mañana mejor”. Y ha declarado que comenzó a invertir porque quería conectar nuevas empresas que “construyen soluciones a problemas cotidianos con las personas que las necesitan”. Y también ha explicado que pasa mucho tiempo pensando en formas nuevas y más simples de hacer las cosas, pero que como no tiene suficiente tiempo para ejecutar esas ideas, ha preferido encontrar personas que las estaban realizando e invertir en su idea.
En 2013, el actor manifestó en una entrevista con The Telegraph que se sentía particularmente atraído por las tecnologías de consumo. “Las empresas que finalmente lo harán bien son las empresas que persiguen la felicidad. Si encuentra una manera de ayudar a las personas a encontrar el amor, la salud o la amistad, el dinero las perseguirá”, dijo entonces. Su primer contacto con Silicon Valley partió de la productora que fundó en 2000, Katalyst, donde contrató como responsable del área digital a una persona relacionada con el sector que le presentó a algunos de los grandes nombres de las empresas tecnológicas. Primero pasó mucho tiempo escuchando, y más tarde, en 2009, invirtió un millón de dólares en Skype, 18 meses antes de que Microsoft comprara la empresa y cuadruplicara su valor.
Según el actor, su actividad como inversor dio un salto cuando contrató como asesor a Ron Conway, experto ángel inversor, al que considera su mentor. Y aunque por el camino ha habido algunos fracasos, la mayoría de las decisiones han sido un éxito, y entre ellas se cuentan 500.000 dólares en Uber, 2,5 millones en Airbnb, 3 millones en Spotify, 300.000 en Warby Parker y 1,5 millones en Houzz, entre muchos otros. Todas empresas multimillonarias en la actualidad.
En 2015, Kutcher cofundó junto a Guy Oseary el fondo de capital de riesgo Sound Ventures, con 100 millones de dólares, que además de su propio dinero manejaba el dinero de otros inversores, una decisión que les ha permitido llegar a objetivos más grandes. Tres años después, en 2018, Sound Ventures había realizado más de 50 inversiones y en su cartera incluye Neighborly, una startup de financiación colectiva de bonos municipales, y OpenGov, una empresa de tecnología financiera para gobiernos locales.
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