Anya Taylor Joy: "No busco los personajes oscuros, pero me encuentran"
La actriz criada en la Argentina regresó al país para Comic-Con con un premio como la revelación de la temporada; en gran demanda en Hollywood interpreta a una novia de Barack Obama en Barry y protagonizará el nuevo film de M. Night Shyamalan, Fragmentado
Los datos biográficos de Anya Taylor-Joy indican que nació en los Estados Unidos pero vivió hasta los seis años en la Argentina y aún después de que su familia se mudara a Londres siguieron volviendo dos veces por año, dado que su padre es argentino y tiene hermanos que viven acá. Pero la razón por la que hay que prestarle atención a esta actriz de 20 años no tiene que ver con su relación con nuestro país sino con el talento que demuestra en la pantalla. La asombrosa combinación de fragilidad y fortaleza en su interpretación de una adolescente tentada por la oscuridad en La bruja fue suficiente para despertar el interés por ver más de Taylor-Joy.
Eso no será difícil, porque la actriz no para de filmar. El viernes 16 Netflix estrenará Barry, en la que hace de la novia de Barack Obama en su época universitaria, y en febrero del año que viene llegará Fragmentado, la película de M. Night Shyamalan en la que actúa junto a James McAvoy.
"El año que viene creo que voy a estar trabajando mucho pero ahora voy a tener mis primeras vacaciones en dos años y estoy lista para eso”, dice Taylor-Joy, en una charla con La Nación durante su presentación en la Argentina Comic-con, que se realiza hasta el domingo en Costa Salguero. Aunque se está quedando sin voz, la actriz no abandona nunca la sonrisa y contesta con entusiasmo sobre su trabajo. Ya es una profesional también fuera de la pantalla.
Comenzó como modelo, después de que la descubrieran por la calle paseando a su perro, aunque sólo hizo dos sesiones de fotos. En una de ellas recitó un poema y un agente se encargó de ayudarla en el cambio de carrera. "Siempre quise ser actriz –dice Taylor-Joy–. Cuando era chica hacia algo acá que se llamaba Little Stars, en donde cantas y bailás. Ya sabía que me encantaba”.
Su desembarco en el cine fue con La bruja, de Robert Eggers, un trabajo para que el tuvo que pasar por el proceso de casting. "Cuando entré al cuarto donde se hacía el casting vi a una chica que se parecía mucho más al personaje tal como estaba descripto en el guión, así que pensé que no iba a ser mío. Pero lo fue”, cuenta la actriz.
El film, uno de los mejores que pasaron por la cartelera de 2016, es una historia de terror en la Nueva Inglaterra de 1630, donde la religión y la brujería cumplían un papel central en el sistema de creencias de los colonos. El director se ocupó de que cada detalle correspondiera a la época, creando un clima que lleva al espectador a involucrarse a nivel sensorial e intelectual en los temores de esa era. En el centro de todo está el personaje de Taylor-Joy, receptora y provocadora de los miedos de quienes la rodean.
"Fue un lujo tener un director que conoce muy bien el mundo de la película, que sabe cómo son los personajes de adentro para fuera; que te crea todo ese universo para que vos puedas entrar, que sea tu realidad y jugar con eso –dice Taylor-Joy–. Fue increíble. Robert es uno de mis mejores amigos del mundo y es un genio”.
Con su trabajo en Barry, de Vikram Gandhi, la actriz tuvo la oportunidad de probar un tipo de personaje distinto. Se trata de Charlotte, una chica universitaria que se enamora de un chico que está explorando su identidad y que algún día será el primer presidente afroamericano de los Estados Unidos.
"Obama tuvo tres novias blancas cuando estaba en la universidad –dice Taylor-Joy–. El director, Vikram, me dijo 'hay partecitas de esto que realmente pasaron pero vos tenés que crear a Charlotte y hacer a la persona con la que te imaginás que Obama estaría’. Me parece que funcionó. A mí me encanta Charlotte, es tan inteligente y cool. Además, hacer una película en Nueva York fue un sueño”.
El cine de género volvió a captarla con Fragmentado, la nueva película de M. Night Shyamalan. "No busqué lo oscuro, me encontró –dice la actriz, riéndose–. Me encantaron los personajes y las películas, por eso las hice. Depende totalmente del guión, el director y el personaje, podría hacer cualquier género pero eso es lo que importa”.
En el film del director de Sexto sentido, Taylor-Joy interpreta a una chica que es secuestrada junto con otras dos por un hombre que tiene múltiples personalidades. "Night es un genio y también es muy específico como Robert -explica-. Sabe lo que quiere y te lo pide. James es un capo y la rompe en esta película. Verlo trabajar todos los días fue un lujo total”.
La actriz, que fue reconocida en Nueva York con el premio Gotham como revelación de este año y cuyo nombre aparece en las listas de las intérpretes a seguir de cerca, sabe que ser una actriz joven en Hollywood tiene sus dificultades. "Tengo la suerte de que todos los papeles que me ofrecieron siempre fueron mujeres muy reales y fuertes -dice sobre la situación de las mujeres en la industria-. No son las ‘’novias’, son mujeres de sustancia. Pero eso no tendría que ser la excepción sino la regla”.
En apariencia muy centrada y enfocada en su trabajo, Taylor-Joy tiene dos actrices referentes que indican cuál es el rumbo al que apunta: Tilda Swinton y Cate Blanchett. "Son unas genias pero además muy valientes en sus papeles y tienen una vida privada excepcional. Yo quiero eso”.
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