Estrella en frasco chico: Anna Kendrick encabeza Noelle, la comedia navideña de Disney+
En Hollywood, donde las apariencias y los arquetipos influyen en casi todas las decisiones, contar con Anna Kendrick como la protagonista de una película navideña que transcurre en el pueblo de Papá Noel en el Polo Norte –humanos y elfos conviven allí con el objetivo común de repartir regalos al mundo entero– supondría que la actriz debería interpretar a uno de esos diminutos seres de orejas puntiagudas y vestimenta invariablemente verde y roja. Pero en este caso la regla no se cumple. En Noelle, el film que está disponible desde hoy en Disney+, Kendrick interpreta a Noelle Kringle, la hija menor de Santa Claus, una mimada princesa algo aburrida que adora la Navidad, aunque tenga muy poca injerencia en ella.
Optimista, ingenua y con una inagotable capacidad para el asombro, el personaje le calza como un abrigado guante a Kendrick, que lleva años probando que su cuerpo menudo contiene un talento enorme. Algo que decidió demostrar ya de niña, cuando a los seis años empezó a trabajar en el teatro comunitario y con más fuerza a los 12, al debutar en Broadway en la obra musical Alta sociedad, rol por el que fue nominada a un premio Tony.
"Siempre me pregunto si desarrollé mi voz fuerte a modo de hacerme un lugar en el mundo más allá de mi aspecto", contaba hace un tiempo Kendrick en una entrevista a propósito del libro de ensayos cómicos que publicó en 2016, Scrappy Little Nobody ( algo así como "Pequeña y peleadora señorita nadie", una confesión de partes en la que dio rienda suelta a su humor ácido). Esa autoconciencia de la actriz es precisamente de lo que carece su personaje Noelle, para fastidio de Polly, su niñera duende interpretada por Shirley MacLaine. Claro que cuando su hermano mayor Nick (Bill Hader), se resiste a hacerse cargo del negocio familiar (ser Papá Noel) y se escapa a Arizona, la chica decide asumir la misión de traerlo de vuelta y así salvar la Navidad.
De aquella niña que quería hacerse notar en las reuniones familiares a la actriz nominada al Oscar por su papel en Amor sin escalas, la carrera de Kendrick avanzó a paso lento pero seguro: la llevó de papeles secundarios en películas destacadas al protagonismo en la exitosa trilogía universitaria Ritmo perfecto, donde su personaje reflejaba tanto su estilo de humor como su habilidad musical, hasta el punto de de que la canción "Cups" que interpretaba acompañada por la percusión de unos vasos de plástico descartable, ingresó en los rankings musicales de los Estados Unidos.
"Recuerdo que estaba filmando una película independiente cuando me avisaron que la canción crecía en los rankings. Ahí estaba yo descansando entre tomas tirada en el piso de una iglesia en Harlem durante el rodaje y mi agente me mandaba mails para decirme que estaba en el Top 10 del ranking de Billboard. Creo que lo que pasó con "Cups" será por siempre uno de las mayores sorpresas de mi trayectoria. Fue tan lindo y encantador lo que sucedió porque no lo planeamos, fue totalmente natural", contaba la actriz en una entrevista para Fresh Air, un legendario programa de la radio pública de los Estados Unidos.
Antes de ser cabeza de elenco, Kendrick pagó el derecho de piso con papeles secundarios y audiciones en las que siempre estaba segura de haber hecho lo posible para que no la contrataran. Así sucedió cuando se probó para Crepúsculo, la adaptación de las novelas juveniles de Stephenie Meyer que dirigió Catherine Hardwicke. Aunque la actriz no lo pudiera creer, el estudio no solo la contrató para interpretar a la chica popular del colegio al que asisten Bella y Edward (Kristen Stewart y Robert Pattinson), sino que con el pasar de los años y las secuelas la mantuvieron en el elenco, incluso cuando hubo que acomodar sus escenas porque Kendrick ya había conseguido el papel de antagonista de George Clooney en Amor sin escalas. Para ese papel también tuvo que audicionar aunque el guionista y director Jason Reitman había escrito el papel de la envarada Natalie con ella en mente, luego de verla en la película independiente Rocket Science, su segundo trabajo en cine.
"Luego de la audición estaba convencida de que no había impresionado a nadie. Y, de hecho, me pasé las primeras semanas del rodaje pensando: "voy a disfrutar esto hasta que pase algo y me transforme en otro Eric Stoltz en Volver al futuro". Estaba segura de que todo terminaría con otra actriz haciendo mi personaje", recordaba Kendrick a Vanity Fair. Sin embargo, lejos de ser una nueva versión de Stoltz, la actriz consiguió una aprobación general a la altura del Marty McFly de Michael J. Fox, con Clooney como el guía ideal para transitar la filmación y una nominación al Oscar como mejor actriz de reparto. "Clooney es un caballero, ya sé que todo el mundo lo describe así pero en mi experiencia su modo de ser fue esencial. El primer día de rodaje me preguntó si estaba nerviosa, porque él sí que lo estaba. En retrospectiva, me doy cuenta de que fue una mentira piadosa y algo muy generoso de su parte. Porque lo que me estaba diciendo es que estábamos en la misma situación. Eso es lo que él hace mejor: te desarma hasta el punto de de que te olvidas que es George Clooney, estrella de cine internacional", contó la actriz.
Con el espaldarazo de la nominación al Oscar, Kendrick empezó a recibir ofertas como protagonista y a poder elegir papeles que le interesaban particularmente, algo que empezó a suceder cada vez más seguido luego del éxito de Ritmo perfecto. La película, además, le permitió completar el círculo que había comenzado a los doce años en Broadway. Gracias a la demostración de su talento musical que hizo en esa película consiguió su papel soñado: "En el bosque fue la única película por la que lloré cuando supe que me habían contratado. Es que es una obra icónica y significa mucho para mí. Además nunca se me ocurrió que me iban a proponer interpretar a Cenicienta. Cuando me llamaron para audicionar pensé que era para el papel de Caperucita Roja. La idea de interpretar a la suave, vulnerable y optimista Cenicienta me parecía increíble", contó la actriz, que al asombro de su papel le sumó el hecho de compartir el rodaje con Meryl Streep, la bruja del bosque en el film dirigido por Rob Marshall.
Luego llegarían las dos secuelas de Ritmo perfecto, el papel de la entusiasta Poppy en la versión original del film animados Trolls –y su continuación Trolls: World Tour–, la comedia negra Un pequeño favor junto a Blake Lively y la serie Love Life, estrenada este año en HBO Max. Un recorrido largo y variado que ahora la llevó a Noelle y hasta el Polo Norte como la candidata ideal para salvar a la Navidad.
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