La estrella de Hollywood se crio en la Habana y le costó adaptarse al idioma inglés para sus primeras películas
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“Fue una montaña rusa tal que por momentos pensé que ‘Rubia’ no saldría adelante”.
Eso le confesó Ana de Armas a la revista Variety en septiembre sobre su experiencia en la película en la que interpreta a Marilyn Monroe.
Pero este biopic poco convenional escrito y dirigido por Andrew Dominik le ha valido a la actriz cubana de 34 años su primera nominación a los Oscar, una hazaña que no había logrado antes una actriz de la isla caribeña.
De Armas también estuvo nominada por este filme a los Globos de Oro (como en 2019 por su papel de Marta Cabrera en Knives Out).
Es algo extraordinario para una artista de la que, aunque ya era conocida en España, pocos habían oído hablar en Hollywood hasta 2016.
Aquí te contamos varios aspectos que tal vez no conocías sobre sus orígenes y su meteórica carrera.
1. Se crió en La Habana
Nacida en Santa Cruz del Norte, Cuba, el 30 de abril de 1988, Ana de Armas se crió en La Habana.
A los 12 años decidió que quería ser actriz, inspirada, según ha contado en varias entrevistas, por la película “Matilda”.
Su sueño empezó a tomar forma cuando fue seleccionada para asistir a la Escuela Nacional de Arte de Cuba, donde estudió durante varios años.
Su debut cinematográfico se produjo en 2006, con la película “Una rosa de Francia”.
Supuso su primer éxito y dio paso a otros trabajos como la película “Madrigal” y la telenovela “El edén perdido”.
2. En España su carrera despegó con la serie “El internado”
Al cumplir 18 años, De Armas dejó Cuba para trasladarse a España, país del que tiene la nacionalidad porque sus abuelos por lado materno son españoles.
Cuenta que llegó a Madrid confiada en poder vivir de unos ahorros (unos US$220) que le duraron mucho menos de lo que pensaba. Pero el éxito esperaba ahí mismo.
Recién llegada a la capital española, De Armas se presentó a una audición y fue contratada para la serie “El internado”, su trampolín a la fama.
Trabajó en la exitosa serie de Antena 3 durante tres temporadas (2007-2009), hasta que ella misma les pidió a los productores que mataran a su personaje, Carolina Leal, para poder centrarse en su carrera cinematográfica.
Aunque no le faltaron proyectos -en los años siguientes participó en “Mentiras y gordas”, “El Callejón” y “Por un puñado de besos”-, la joven aspiraba a interpretar otro tipo de papeles y comenzó a considerar otro cambio de vida.
3. Dio el salto a Hollywood y su carrera se disparó
Tras divorciarse del actor catalán Marc Clotet, con el que se había casado apenas dos años antes, en 2014, De Armas vendió lo que tenía en Madrid y se trasladó Estados Unidos.
Instalada en Los Ángeles, California, pronto le empezarían a llover importantes ofertas de trabajo.
Impresionado por la actuación de la actriz en un capítulo de “El internado”, el director venezolano Jonathan Jakubowicz la buscó para darle el papel de esposa del boxeador panameño Roberto Durán en “Manos de piedra”, junto a Edgar Ramírez y Robert De Niro.
No había terminado ese trabajo cuando el director Eli Roth le dio un papel en el thriller Knock Knock junto al actor Keanu Reeves, con quien trabajó también en su siguiente película, “La hija de Dios” (2016).
A partir de ese momento, y tras ser fichada por la agencia de representantes más importante de Hollywood (Creative Artists Agency), su carrera en Hollywood se disparó.
En 2017 logró el papel que terminaría de catapultar su carrera: Joi, un holograma creado por inteligencia artificial que era la novia virtual de Ryan Gosling en Blade Runner 2049.
Poco después se confirmó otro de sus hitos: la joven cubana se convertía en la nueva chica Bond en la película No Time to Die (“Sin tiempo de morir”), que se estrenó en abril de 2020.
Y ese año su interpretación en Knives Out (traducido como “Entre navajas y secretos” o “Puñales por la espalda”), su primer papel cómico desde que aterrizó en EE.UU., le hizo merecedora de una nominación a los Globos de Oro.
Este año volvió a competir por un galardón a lo mejor del cine y la TV otorgado por la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood, esta vez por encarnar a la “tentación rubia” en Blonde, papel por el que ahora opta al Oscar a la mejor actriz.
4. Le costó aprender inglés (y las críticas por cómo lo habla)
En realidad, uno de los motivos por los que De Armas cambió Madrid por Los Ángeles fue, según ha dicho, aprender inglés.
Así, nada más llegar a la ciudad californiana, se volcó en las clases del idioma, a las que dedicaba seis horas diarias.
Tras varios meses a ese ritmo, empezó a acudir a audiciones en inglés y a aprender los diálogos fonéticamente, lo que le dejó un buen catálogo de anécdotas.
En varias entrevistas ha contado, por ejemplo, cuán abrumada se sintió al rodar “Juego de armas” (War Dogs) de Tom Phillips.
“Estaba haciendo una escena con Miles Teller y me cambió las líneas, y yo no podía. Tuvimos que poner las líneas de antes, porque no había manera de que yo dijera aquello”, confesó en una entrevista con el programa español El Hormiguero.
“Ha sido un proceso largo, de muchos años. Pero hacer un personaje como el de Marilyn Monroe (…), una persona real a la que todos hemos escuchado, un ícono, con una voz muy específica… fue otro nivel de trabajo”.
En una entrevista con Variety en septiembre explicó cómo, aunque ya era la favorita del director Andrew Dominik para el papel de Marilyn, tuvo que convencer de ello a Netflix, la distribuidora de la cinta, durante una prueba de pantalla.
A la cita acudió con su profesora de dicción, quien le dictó la pronunciación correcta de las líneas mientras hacía la prueba. La escena elegida era una en la que Monroe le pide a su marido Joe DiMaggio que la deje mudarse a Nueva York para “empezar de cero, lejos de Hollywood”.
“Sabía que todo lo que hiciera ese día iba a ser determinante para que la película tuviera luz verde”, le contó a la revista especializada. “Pero lo estaba haciendo cada vez peor, lo que fue un recordatorio de que no era lo suficientemente buena”.
Lo que hizo fue sacar provecho de esa inseguridad y usarla para el personaje. “Abracé mis miedos y mi vulnerabilidad, el sentirme incómoda y mis inseguridades”, explicó.
“Abordé toda la película usando esas emociones, la manera en la que me sentía interpretando el papel”.
Pero su interpretación, aunque destacada por los expertos en la temporada de premios, también le ha valido críticas.
Cuando el tráiler salió a la luz en agosto pasado, algunas voces en redes sociales arremetieron contra la pronunciación de De Armas, por considerarla poco apropiada.
Otros usuarios salieron en su defensa y acusaron a los haters de intolerancia y xenofobia, y también la defendieron desde la firma Authentic Brands Group (ABG), propietaria de los derechos de imagen de “la bomba rubia”, y Brad Pitt, cuya compañía Plan B ha coproducido el filme.
“Fue más captar su esencia, su espíritu, y entender por qué hablaba así, más que intentar copiarla”, explicó De Armas en su momento.
El 12 de marzo se sabrá si todo ese trabajo será suficiente para ganar el Oscar a la mejor actriz.
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