Almodóvar regresa al mundo femenino con Julieta
Inspirada en tres cuentos de Alice Munro, la nueva película del director español, que se estrena mañana es, según sus propias palabras, "un drama sobrio y contenido" sobre una trágica relación madre-hija a lo largo de tres décadas
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Está por cumplir 67 años y acaba de estrenar su vigésima película. Pedro Almodóvar ya es un clásico, un director que ha marcado al cine español (y mundial) de las últimas cuatro décadas. Podría decirse que un realizador se consagra cuando gana un Oscar o un premio en Cannes (él ha conseguido ambas cosas), pero cuando su apellido deriva en un adjetivo alcanza un estatus superior en el imaginario colectivo. En ese sentido, basta decir "almodovariano" para que millones de personas en todo el mundo piensen en algo colorido, exuberante, tragicómico, visceral, desatado, sin pudor y pletórico de sentimientos y creatividad.
Sin embargo, también podría decirse que Julieta, su más reciente trabajo que el próximo jueves se estrenará en los cines argentinos, es el menos almodovariano de los films de Almodóvar. Una película que -más allá de sus marcas y de su sello indeleble- apuesta a la introspección y a la contención.
En su regreso al universo femenino, el director de Átame, Todo sobre mi madre y Hable con ella narra durante tres décadas una trágica historia madre-hija en la que aborda el dolor de la protagonista del título cuando su hija la abandona con apenas 18 años y luego no sabe nada más de ella. El personaje principal -una profesora de filología clásica- es interpretado por dos actrices: la joven Adriana Ugarte entre los 25 y los 40, y la ya madura Emma Suárez de los 40 en adelante.
Ensayo sobre la ausencia, la culpa y la búsqueda de la redención, Julieta es un drama con varias muertes (por enfermedades, accidentes o suicidios), cartas desgarradoras, viajes en tren que remiten al cine de Alfred Hitchcock, varias escenas de sexo apasionado y un único tema musical que acompañan los títulos finales (de Chavela Vargas, por supuesto).
Almodóvar filmó Julieta luego de una complicada intervención en la espalda que le demandó un largo posoperatorio y le dejó varias secuelas físicas. En su encuentro con la prensa internacional en el reciente Festival de Cannes no esquivó el tema de su salud, del paso del tiempo, de la vejez ni tampoco la polémica por los Panamá Papers (ya descripta en este espacio durante la cobertura de la muestras francesa). Por suerte, el siempre locuaz realizador manchego también tuvo tiempo de recorrer no sólo los interesante pormenores de la producción de su nueva película sino también de repasar varios aspectos esenciales de su vida y su carrera.
Alice Munro
Julieta está inspirada en tres relatos ("Destino", "Pronto" y "Silencio") que la célebre escritora canadiense publicó en el libro Escapada (2004). En principio, el guión –ajeno- era en inglés para que Almodóvar dirigiera a Meryl Streep, pero Pedro finalmente decidió escribir él otra transposición para adaptarla a la idiosincracia española. "Las historias de Munro me fascinaron, sobre todo una de ellas. Decidí unificarlas porque tenían una misma protagonista que era Julieta, pero cuando decidí hacerla en España me olvidé de la autora y llevé el guión a mi propio terreno. Soy muy poco fiel a los textos que adapto. La inspiración me llega del exterior, de todas las formas posibles: una película, un libro, una noticia en el diario, una conversación casual en la calle, una pesadilla o un miedo propio. Admiro mucho a Munro, una ama de casa, que es básicamente lo que yo también soy (se ríe con complicidad). Hay un enorme misterio en sus relatos y cuando llego al final siento que sé menos que antes, lo cual es algo muy estimulante".
Dos actrices, un papel
El guión original transcurría en Nueva York e iba a tener una sola actriz principal. Almodóvar decidió en la versión española desdoblar el personaje protagónico en dos intérpretes. "No me sentía seguro para filmar en inglés. Somos muy distintos. Los norteamericanos saben que cuando sus hijos se van a la universidad se independizan y ya los van a ver muy poco. En España nunca rompemos los vínculos familiares. No soy el primero que opta por utilizar dos actrices para un mismo personaje. De hecho, Luis Buñuel en Ese oscuro objeto del deseo eligió a Ángela Molina y Carole Bouquet para hacer la misma mujer y, en una decisión muy radical, de la misma edad. Adriana (Ugarte) tenía que hacer de una joven de la década de 1980, muy libre, abierta a la aventura, sin prejuicios, mientras que Emma (Suárez) debía encarnar a una mujer que carga un dolor que no se puede caracterizar, que está metido en la mirada. No es una mujer que haya cometido grandes errores, y no me gusta eso de causa-efecto y error-castigo, pero la vida la castiga de un modo feroz. Estoy muy contento de que hayan sido dos actrices, y más puntualmente Adriana y Emma, porque han enriquecido la película", aseguró.
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De madres y mujeres
"He vuelto a un lugar del que nunca me iré del todo, el universo femenino. He hecho muchas películas sobre madres, pero en comparación con las otras Julieta es la madre más vulnerable, más débil, con menos capacidad para luchar. Lo suyo es una desesperada resistencia pasiva, si es posible el concepto. Siempre filmé a mujeres todopoderosas con una capacidad de lucha sobrehumana. Julieta, en cambio, es víctima de pérdidas irreparables que la van minando como persona. Cuando aparece en escena Emma Suárez ya es una suerte de zombie", describió.
Fascinación por los trenes
"Quería hacer una película que transcurriera buena parte en un tren, lo cual resultó un infierno porque los compartimentos son minúsculos. Fui como un niño caprichoso. Los textos de Munro me ofrecían la posibilidad de ambientar allí varias escenas, un poco a la manera de Pacto siniestro, de Alfred de Hitchcock, y fueron el motor del proyecto", explicó.
El melodrama
"Se han hecho ensayos académicos sobre mi cine y lo definieron como «meta-melodrama», como algo más sofisticado. Mi amigo Caetano Veloso me dijo que soy un director brasileño por la exuberancia y barroquismo de mis melodramas, y a él siempre le doy la razón. Vicente Molina Foix habló de «almodrama». Mis películas están llenas de canciones, los colores son más chillones que nunca, los personajes son muy descarados y no ocultan nunca sus sentimientos, no existe el pudor en mí como escritor ni en los actores. Pero Julieta no es «almodrama» ni «meta-melodrama», sino un drama sobrio y contenido porque era lo que la historia me pedía. El dolor exige discreción. A las actrices les tenía prohibido llorar en cámara. Ellas tenían que llorar y muchísimo, pero en las elipsis. Y las elipsis aquí son mucho más largas que la propia narración. También he eliminado voluntariamente todo el humor que aparecía en los ensayos de las escenas. Depurar es algo que trato de hacer con cada una de mis películas", definió. Y agregó: "Voy por nuevos caminos, en contra de mucha gente. El equipo con el que trabajo es mucho más Almodóvar que yo. Y creo que muchos de los espectadores son más Almodóvar que yo. Por eso es tan difícil cambiar".
Personajes y autobiografía
"Me identifico para bien y para mal con todos los personajes de mis 20 películas. Es como una cadena de 20 eslabones que me representa. No he escrito una autobiografía, he prohibido a las editoriales que otra persona escriba algo biográfico sobre mí y espero que cuando muera no hagan una biopic. Mi vida está en distintos momentos de esas 20 películas. Mi corazón está, por ejemplo, en la época madura del personaje de Julieta. Nunca escribiría sobre mi. Estoy hambriento de futuro y de que sea lo más largo posible. No miro para atrás", confesó.
El paso del tiempo y la vejez
"Mi vida actual es lo opuesto a lo que hacía en los 80. Estoy bastante aislado. Elegí escribir y pensar en las próximas películas. Con lo de la espalda no estoy cómodo en ningún asiento. No oigo de un oído. Socialmente soy un desastre: no bebo, no fumo. Julieta es una película sobre la tragedia del paso del tiempo. Como dice Philip Roth, «la vejez no es una enfermedad sino una masacre». No me siento un viejo, pero estoy en ello. Tengo mucho miedo al deterioro físico, que ya empiezo a conocer, y sobre todo a la incapacidad", confesó.
La movida madrileña
"Yo no podría haber hecho esta película hasta la edad que tengo ahora. No soy nostálgico, pero extraño cosas de mi juventud. Hubo un momento en que tuver que decidirme por algo tan aburrido como la salud para poder seguir trabajando. Fue una decisión triste y esa sensación impregna las obras que estoy haciendo en esta década de mi vida. Participé en esa fiesta continúa que vivimos desde 1977 a 1983. Era un momento en el que día y noche se confundían, pero recuerdo que era siempre el primero que me iba porque ya tenía una fuerte vocación por el cine que ha fagocitado mi vida por completo. Me dio una dirección y fue lo que hizo que me contuviera en un momento en que teníamos todo por descubrir. No quiero decir que todo ha cambiado para mal en estos 30 años, pero para alguien de izquierda como yo ver cómo está Madrid y España no es algo lindo. Pero tampoco quise ser literal."
Éxito y fracaso
Julieta fue bien recibida por la crítica española, pero resultó un fracaso comercial. En Francia, en cambio, ya llevó más público que en su país. Al respecto, Almodóvar cree que "fuera de mi país me siento con menos compromisos, eres un visitante y como tal siempre te tratan mejor. En España soy un pesado al que ven de vez en cuando. No me siento maltratado en mi país. Cada día salgo a caminar al menos treinta minutos como ejercicio terapéutico y mi experiencia con la gente es positiva porque me tratan de una forma muy familiar. Pude haber seguido mi carrera en el exterior, pero decidí quedarme y filmar en España y en mi lengua. No me arrepiento".
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