Aliens para una alegoría
Sector 9 es una película de ciencia ficción llena de ideas y de audacia
Sector 9 (District 9, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Sudáfrica/ 2009). Dirección: Neill Blomkamp. Con Sharlto Copley, Jason Cope, Nathalie Boltt, Sylvaine Strike, John Summer y William Allen Young. Guión: Neill Blomkamp y Terri Tatchell. Fotografía: Trent Opaloch. Música: Clinton Shorter. Edición: Julian Clarke. Diseño de producción: Philip Ivey. Presentada por Sony Pictures. Duración: 112 minutos. Apta para mayores de 16 años.
Nuestra opinión: muy buena
La ciencia ficción ha sido uno de los géneros favoritos para concretar impiadosas miradas políticas. Este debut del joven guionista y director sudafricano Neill Blomkamp -un multipremiado realizador de cortometrajes y comerciales- se inscribe en esa tradición con una fantasía que promueve una inteligente alegoría respecto de los ghettos nazis, de la cárcel de Guantánamo, de los refugiados africanos que huyen de hambrunas y guerras civiles, y -claro- del apartheid que dominó la historia reciente de su país.
Trailer de Sector 9
Pero en Sector 9 -una de las películas más sorprendentes (y rentables) de la temporada 2009- las víctimas del fanatismo, de la intolerencia y de la injusticia no son negros, gitanos, judíos, árabes, africanos ni presos políticos sino? una comunidad de 1.800.000 de aliens enfermos y hambrientos que llegaron a la Tierra hace 20 años a bordo de una gigantesca nave que quedó varada en el cielo de Johannesburgo. Confinados en villas miserias dominadas por la contaminación y la violencia que se mantienen fuertemente custodiadas para que no se mezclen con los humanos, los "langostinos" (como se nombra de manera despectiva a estos extraterrestres) deben ser relocalizados "por razones humanitarias" y para tranquilidad de la población civil.
El problema surge cuando el líder del operativo de traslado, un patético burócrata de la Oficina de Asuntos Alienígenas llamado Wikus Van De Merwe (Sharlto Copley), se infecta de forma accidental con fluidos de los extraterrestes y se transforma en la gran amenaza y, claro, en una víctima más de la xenofobia, del racismo y de la represión imperantes.
El film arranca como si se tratara de un falso documental televisivo (lo mejor de todo el relato) y luego alterna escenas dotadas de un humor negro y de los excesos propios del cine gore con otras en las que predominan los efectos visuales para la construcción de espectaculares escenas de acción (lo más parecido a cualquier tanque de Hollywood).
Sector 9 tiene sus aristas controvertidas (como la descripción ¿racista? de los traficantes nigerianos que se aprovechan de los "langostinos") y algunas reiteraciones y lugares comunes que afloran durante su segunda mitad. Pero, aún con sus pequeños desniveles y concesiones, estamos ante una película llena de ideas (dramáticas y visuales), de audacia y de desprejuicio que no resigna nunca su misión de entretener ni de denunciar las miserias y sinsentidos de estos tiempos modernos.