Adiós a una actriz multifacética
Brilló en el cine de los años 50 y 60
De rostro bello y sugestivo, cabello rubio y sonrisa entre ingenua y pícara, Nelly Meden, que falleció anteayer, a los 76 años, tras una cruel enfermedad, representó al cine, al teatro y a la televisión argentinas a través de los más disímiles personajes que abarcaron las comedias más disparatadas y los dramas más intensos.
Había nacido en Rosario, provincia de Santa Fe, en 1928, como Nélida Mabel Medina. Desde muy joven se sintió tentada por la actuación e integró el elenco de una radioemisora de su localidad natal, en la que permaneció dos años. En el transcurso de una gira, la actriz Aída Luz la alentó para que se trasladase a Buenos Aires. En 1947, y ya instalada en la Capital Federal, se presentó en un concurso organizado por el crítico Chas de Cruz para cubrir uno de los personajes del film "Los secretos del buzón", de Catrano Catrani. Ella y otras veinte aspirantes fueron seleccionadas y así comenzó su trayectoria actoral.
Ese mismo año se produjo su debut teatral en el Presidente Alvear, con la dirección de Narciso Ibáñez Menta, en "Luna de miel para tres", que protagonizaban Gloria Marín, Jorge Negrete y Blanquita Amaro, y tras aparecer en un par de films en los que se desempeñó en pequeños papeles llegaron sus oportunidades de lucimiento en "Nacha Regules", de Luis César Amadori (1950), y "La indeseable", de Mario Soffici (1951).
Su belleza, su distinción y una voz inconfundible, sumadas a sus cualidades interpretativas, permitieron su ascenso en los años cincuenta, hasta llegar a consagrarse como primera figura. Sus actuaciones en films tan entrañables como "La melodía perdida", "El conde de Montecristo", "Del otro lado del puente", "El cura Lorenzo" y "En carne viva", entre otros, la convirtieron en una de las figuras más mimadas y respetadas. Su papel consagratorio se dio con "El último perro", superproducción en colores dirigida en 1956 por Lucas Demare, y con el mismo realizador cumplió otra de sus máximas actuaciones en el drama rural "Plaza Huincul" (1960).
En 1965 Nelly Meden volvió a poner de manifiesto su gran encarnadura dramática en "Orden de matar", de Román Viñoly Barreto, trabajo por el que fue premiada por el Instituto Nacional de Cinematografía. Su calidad vocal le permitió desarrollar una extensa trayectoria radial: intervino en el ciclo "Radio-Cine Lux" (El Mundo), formó pareja con Carlos Estrada y Jorge Salcedo en numerosos radioteatros, y protagonizó, durante años, el ciclo "Son cosas de esta vida", con Raúl Rossi y Amalia Sánchez Ariño, cuya repercusión radial permitió su traslado a la TV. En este medio actuó, entre otros, en los programas "Los solteros del 10º C", "Desesperadamente vivir" y "Su comedia favorita".
Su carrera teatral estuvo jalonada de títulos, autores y directores de primer nivel: "Mesas separadas", junto a Francisco Petrone; "Petit Café", con dirección de Juan Carlos Thorry; "Historia de una escalera", bajo las órdenes de Antonio Cunill Cabanellas, y "Los árboles mueren de pie", "La casa de Bernarda Alba", "Cyrano de Bergerac", "Marat-Sade" y "Una muchachita de Valladolid", junto a Alberto Closas y José Luis López Vázquez, entre otras. A fines de los años setenta decidió probar suerte en México, país que no tardó en brindarle, a lo largo de dieciséis años, grandes éxitos teatrales.
A comienzos de los ochenta volvió al país. Trabajó con algunas intermitencias y en 1997 reapareció como protagonista de "Telón de sombras" en el Teatro del Globo. Pero su estado depresivo y algunos deterioros en su salud física la obligaron a espaciar sus actuaciones, aunque ella, una de las actrices galardonadas en la sección El Cine y la Mujer del Festival Cinematográfico de Mar del Plata de 2001, continuaba asistiendo, con ese rostro de porcelana y su voz nunca quebrada, a estrenos y fiestas del ámbito artístico y cultural.
Los restos de Nelly Meden recibieron sepultura ayer en el panteón de la Asociación Argentina de Actores, en el Cementerio de la Chacarita.
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