‘A Star Is Born’
Lady Gaga, Bradley Cooper. Dirigida por Bradley Cooper - 4 estrellas y media
Una estrella sube, la otra se choca y se quema. Es un cuento viejo como el tiempo, aplanado y agotado por repeticiones constantes. ¿Entonces por qué demonios Bradley Cooper eligió hacer su debut como director con la tercera remake de A Star Is Born? ¿Qué podía aportarle él al papel del músico autodestructivo que vive a la sombra de su protegida, a la que ama? ¿Y por qué puso a Lady Gaga , jugándosela en su primer rol protagónico, a seguir las huellas de las leyendas que brillaron anteriormente en el papel de la novata: Barbra Streisand (1976), Judy Garland (1954), y Janet Gaynor (1937)? Era como caminar por la cuerda floja.
La película empieza, y pensás: "Oh no, otra vez no". Y después, boom: Cooper sigilosamente atrapa tu atención. Aunque no hay dudas del origen fechado de la película, el abordaje desafiantemente fresco del actor devenido director le permite a A Star Is Born emerger como un cohete de música emocionante, drama y desamor. Al cambiar la basura típica de Hollywood por algo que parece crudo, incompleto y habitado, Cooper y Gaga la rompen. Integrando perfectamente canciones originales fantásticas con un guión que escribió él con Eric Roth y Will Fetters, Cooper reformula su Star para una generación del ahora, cansada de ver las verdades difíciles perder terreno ante la fantasía facilista. Empezó oficialmente la carrera de los Oscar.
Su personaje, Jackson Maine, es un músico de country-rock terminado, con una pasión por el alcohol y las líneas de cocaína. El estado depresivo del músico tiene sus raíces en una infancia turbulenta reflejada en su contenciosa relación con su hermano mayor Bobby (Sam Elliott), quien tiene resentimientos por Jackson por haber cooptado su voz. Y Dave Chappelle hace de Noodles, un amigo preocupado de que ni siquiera el amor salve el alma del músico de vida difícil. La interpretación de Cooper se refuerza con su sorprendentemente creíble talento para el canto. Hay veces en las que las letras de Jackson lo hacen entender cosas como cuando dice: "Quizás sea hora de dejar morir los viejos modos".
O quizás sea hora de que encuentre su propósito ayudando a Ally, una camarera que no está llegando a ninguna parte como cantautora. El papel en general ha sido representado como el de una ingenua que busca que la guíen en un mundo de hombres depredadores. Por suerte para nosotros -y para la película- Gaga no hace de ingenua. Su futura estrella, nacida en una familia italiana bulliciosa (Andrew Dice Clay hace el papel de su papá cantante pendenciero estilo Sinatra), fue expulsada por una industria a la que le gusta su sonido pero no su aspecto. Es una luchadora callejera que sabe que es buena. Aún así, Ally se resiste cuando este cantante famoso la invita al escenario.
Por supuesto, el público se vuelve loco. Gaga es un torbellino de emociones -y una actriz infernal-. Nacida como Stefani Germanotta, Gaga se construyó como un espectáculo visual de una sola mujer (¿se acuerdan del vestido de carne?). Pero en esta película no. Para hacer de Ally, se despoja de todo artificio. No hay nada detrás de lo cual esconderse. Y mientras Jackson se aparta del foco, ella lo inhala como si fuera oxígeno. El guión sugiere una idea aguda, que Ally puede perderse como su padre. Su nuevo manager, Rez (Rafi Gavron), quiere que Ally agregue pompa y bailarinas a su show. ¿Se podrá resistir?
Cooper eleva un género deteriorado integrando por completo historia y canciones. Y el film gana en autenticidad grabando las canciones en vivo, solos y duetos, en varios festivales musicales, incluyendo Coachella y Glastonbury. Jackson y Ally son cantautores que componen lo que viven. Al principio, están sentados afuera de un supermercado de noche, armando un himno sobre la euforia y el terror de lo que se viene. Se llama "Shallow", y es, fácilmente, la mejor canción en una película en años.
El compromiso absoluto del director con el material se transmite, aunque el film se acerque peligrosamente a sentimientos superficiales. Ayuda inconmensurablemente que las canciones que compusieron en tándem Cooper y Gaga con otros músicos, entre ellos Mark Ronson, Jason Isbell y Lukas Nelson (el hijo talentoso de Willie), le den una urgencia muy real a esta trágica historia de amor. La película te absorbe y te lleva a un campo de fuerzas, gracias a la habilidad detrás de cámara de Cooper y al sonido y la furia de Gaga. Para cuando llegan los créditos, te das cuenta de que, en realidad, han nacido dos estrellas.
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