A escondidas, con el repudio de todo Hollywood, se anuncian este domingo los ganadores del Globo de Oro
Por el boicot a la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood, denunciada por corrupción y poca apertura a la diversidad, la ceremonia se hará sin invitados, sin alfombra roja y sin transmisión por TV; los ganadores se conocerían por redes sociales
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Hasta el año pasado, la entrega de los Globo de Oro era la única ceremonia de la gran temporada alta de premios a la que ninguna estrella quería faltar. Hoy es al revés: toda la comunidad de Hollywood, sin excepción, hace lo imposible por mantenerse bien lejos de ella. Se convirtió en un activo tóxico, más contagioso que el Covid.
El resultado de esa vuelta de campana lo tendremos este fin de semana: lo que siempre fue la primera gran fiesta de la temporada de premios, y sobre todo la más colorida, bulliciosa y burbujeante de todas, se hará este domingo 9 de enero en el lugar de siempre (el salón principal del hotel Beverly Hilton, de Los Angeles), pero sin una sola cara famosa entre los convocados, sin alfombra roja, sin transmisión televisiva y sin presencia mediática.
Los ganadores de la edición número 78 de los Globo de Oro se anunciarán en el más ruidoso de los silencios, muy lejos de lo ocurrido hace un año, cuando la pandemia forzó el armado de una ceremonia con dos conductoras (Tina Fey y Amy Poehler), instaladas en Nueva York y Los Angeles, respectivamente, y los nominados aguardando vía Zoom desde sus casas el momento del anuncio del triunfo o la derrota.
¿Qué pasó en el medio? La caída en desgracia de la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood (HFPA, por sus siglas en inglés), la entidad organizadora de una histórica ceremonia que marca a fuego el calendario de la capital mundial de la industria del cine desde 1944. Una avalancha de cuestionamientos que van desde actos lisos y llanos de corrupción hasta el escaso interés de sus miembros en impulsar acciones destinadas a fortalecer la diversidad destruyeron en tiempo récord el lugar que el premio se había ganado en el imaginario colectivo.
El escándalo surgido a partir de estas revelaciones periodísticas dejó a la HFPA con las manos completamente vacías. Hasta ahora, los organizadores de los Globo de Oro se las habían ingeniado para venderle al mundo una ceremonia presentada como “la antesala del Oscar”, un gigantesco equívoco que con el tiempo y el aporte de los observadores más exigentes de la vida de Hollywood pudo corregirse. Hoy casi todos saben que los Globo de Oro no ofrecen en su veredicto el rigor que se espera de un legítimo adelanto de lo que podría ocurrir en el Oscar. Hay otras distinciones (los premios de los sindicatos de actores, productores, guionistas y directores) que funcionan como predictores mucho más certeros.
Pero lo que nadie pudo negarle jamás a los Globo de Oro son su carácter festivo. En este terreno, los Globo de Oro se hicieron insuperables. Ninguna otra logró igualar el espíritu de celebración que contagiaba casi de inmediato a decenas de invitados famosos sentados unos bien cerca de otros en mesas muy bien regadas con las mejores bebidas alcohólicas del mundo.
Le debemos a esos estímulos algunos de los momentos más memorables de la historia de la temporada de premios de Hollywood, como el que Emma Thompson protagonizó en 2014 cuando subió a recibir su premio con los zapatos en una mano y una copa de Martini en la otra. No fue la única estrella, por supuesto, que lucía un brillo especialmente chispeante en su rostro y en su voz al llegar al escenario. Nadie olvida, al mismo tiempo, las colosales burlas de Ricky Gervais hacia la comunidad de Hollywood cada vez que fue convocado como anfitrión de la ceremonia. Verdaderas delicias de la incorrección política.
Todos lo negarán hoy, pero hasta hace muy poco se aceptaba en Hollywood como verdad absoluta que no había mejores anfitriones en la temporada de premios que los representantes de la prensa extranjera en Hollywood. Ese mismo centenar de personas (la HFPA apenas supera esa cifra en su padrón) que hoy nadie quiere ver, mencionar o tener cerca.
Fiel a su espíritu autoindulgente, como si creyeran que alcanza con la ausencia de los famosos que tanto se esforzaron cada año en invitar para ser perdonados por sus pecados, los organizadores anticiparon que la entrega de los Globo de Oro 2022 tendrán otro espíritu celebratorio. Prometen una extraña ceremonia de 90 minutos, a puertas cerradas, cuyo propósito principal será reconocer a distintas entidades benéficas que fueron apoyadas durante el último año por la HFPA a través de apoyos económicos, subvenciones y donaciones por un total de 50 millones de dólares. Una cifra menor a los 60 millones que hasta el año pasado la HFPA pagó a la cadena NBC para asegurarse la transmisión televisiva del encuentro.
Esta vez, la NBC no quiso saber nada con los Globo de Oro. Decidió quedar al margen y sumarse al virtual boicot contra la entrega de los premios cuando quedó a la vista el escaso interés de la HFPA en alentar la diversidad entre sus miembros. Solo después de duros reclamos y sonoras protestas, la entidad aceptó sumar a 21 nuevos integrantes, seis de ellos afroamericanos. Pero no sirvió ni alcanzó para frenar una ola incontenible.
Sin el apoyo de la poderosa NBC, ¿podrá entonces seguirse en vivo la ceremonia de este domingo a través de alguna pantalla? “Eso no va a ocurrir. Será una reunión privada, con actualizaciones permanentes del anuncio de los distintos ganadores a través del sitio web del premio y de nuestras redes sociales”, dijo un vocero de la HFPA al sitio de Hollywood Deadline en las últimas horas. La difusión de todo lo que se diga y se haga en los Globo de Oro 2022 quedará a discreción de los escasos participantes del encuentro.
El reparto de premios sigue la lógica histórica. Los Globo de Oro se distinguieron siempre de los demás premios de la temporada alta de Hollywood por duplicar los reconocimientos en las distintas categorías de cine y TV. Dramas por un lado y comedias y musicales por el otro. Una razón más para asegurarse la mayor cantidad de invitados posibles.
Esta vez las mesas estarán vacías, pero al mismo tiempo este domingo habrá ganadores y se conocerán públicamente. ¿Estarán dispuestos los futuros premiados con el Globo de Oro 2022 a aceptar el galardón, recibirlo en algún momento, agradecerlo por algún medio o sumarlo a su trayectoria personal? Todo indica que el silencio unánime será la respuesta a los anuncios.
La única semejanza entre esta extraña ceremonia y lo que se espera para esta temporada de premios será el protagonismo del Covid. Se hablará mucho de la pandemia en este momento expansivo de la variante Ómicron, según anticiparon desde la HFPA, y se exigirá de los asistentes una prueba de vacunación completa (con tercera dosis de refuerzo incluido) o un PCR negativo, además de la previsible distancia social durante la atípica ceremonia.
Los nominados de este año a mejor película son Cyrano, No mires arriba, Licorice Pizza, Tick, tick... ¡Boom! y Amor sin barreras (comedia o musical), y Belfast, CODA: señales del corazón, Duna, Rey Richard: una familia ganadora y El poder del perro (drama). Por el lado de la TV y el streaming las nominadas a mejor comedia o musical son Hacks, The Great, Only Murders in the Building, Ted Lasso y Reservation Dogs, y como mejor drama aparecen Lupin, The Morning Show, Pose, El juego del calamar y Succession.
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