10 cosas que no sabías de Los juegos del hambre
Tras el estreno de la última entrega de la saga protagonizada por Jennifer Lawrence, hacemos un repaso por algunas verdades que probablemente desconocías...
1. Una idea que nació haciendo zapping. Más allá de encontrar inspiración en la mitología griega -puntualmente en la leyenda de Teseo y el Minotauro-, la autora Suzanne Collins comenzó a construir la historia de Katniss Everdeen mirando la televisión. Según contó, una noche se mantuvo viendo distintos realities shows y, al cambiar de canal y llegar a las señales de noticias, fueron imágenes de la guerra de Irak las que coparon la pantalla; los recuerdos de su padre yendo a combatir en Vietnam, cuando ella tenía 6 años, también surgieron en ese momento. Esa mixtura comenzó a configurar la exitosa saga que hoy conocemos como Los juegos del hambre, cuya primera entrega fue editada en 2008.
2. ¿Por qué Panem? El nombre del imaginario país en el que transcurre la historia, fue tomado de la frase en latín "panem et circenses", más comúnmente utilizada por nosotros como "pan y circo". La frase nació en la antigua Roma, donde los emperadores concentraban sus esfuerzos por mantener entretenido a su pueblo antes que preocuparse por brindarle beneficios reales.
3. Otros rostros para Katniss Everdeen. Antes de decidirse por Jennifer Lawrence para interpretar el rol principal, los productores de la saga barajaron otras opciones: Abigail Breslin, Chloe Grace Moretz, Shailene Woodley, la cantante y actriz Hailee Steinfeld y Lyndsy Fonseca, protagonista de la renovada versión de la serie Nikita. ¿Qué hubiese pasado si la protagonista hubiese tenido otra cara? Quizás nada hubiese cambiado en las boleterías, aunque Lawrence sí se hubiese lamentado por haber perdido la chance de personificar a la heroína. "No ve cómo no podría haberme inspirado hacer este personaje. Ya lo había hecho cuando leí los libros, y por eso quería tanto interpretar a Katniss", explicó recientemente.
4. Accidentados. Lawrence ya ha dado numerosas muestras de que cierta torpeza prevalece en sus movimientos... Sin embargo, los productores de la saga entraron en pánico cuando supieron que, en el último día de entrenamiento antes de comenzar a rodar la primera parte de la serie, la actriz se golpeó la cabeza contra una pared mientras corría. Luego de descartar lesiones a través de una tomografía computada, suspiraron aliviados. La misma suerte corrió Josh Hutcherson cuando, mientras apostaba con Lawrence que ella no tenía suficiente flexibilidad como para patear por encima de su cabeza, recibió un golpe en su rostro que lo dejó al borde del desmayo.
5. El temita del pelo. Más allá de que todos los protagonistas consiguieron apoderarse de sus respectivos personajes, los encargados de peluquería se encontraron en un dilema capilar: Lawrence y Liam Hemsworth debían oscurecer sus rubias cabelleras antes de cada rodaje, mientras que Hutcherson debía decolorarse para ponerse en la piel de Peeta. Al enterarse, Jennifer se mostró algo preocupada por tener que someterse a una "prueba de color" hasta que los estilistas dieran con el tono perfecto que usaría Katniss. ¿Qué decidió la producción? Gastar 6 mil dólares en pelucas con distintos castaños hasta encontrar el punto justo; una vez que estuviera decidido el color, se pondrían manos a la obra con la tintura. De todos modos, el cabello de Lawrence terminó tan dañado que terminó por cortárselo tras el fin de filmación de la segunda película. Ese fue el motivo por el que la vimos con peinado a lo garçon durante la entrega de los Globos de Oro de 2014.
6. Sutherland, un entusiasta. Nadie tuvo que insistirle demasiado: luego de leer la trilogía completa, Donald Sutherland le envió un email de tres páginas al director Gary Ross sobre su percepción del Presidente Snow, el papel que le ofrecieron y que quería interpretar en la saga. Según el actor, los elementos más vitales para componer al personaje estaban en "su sonrisa, sus ojos y sus rosas".
7. Los problemas íntimos de Elizabeth Banks. La actriz que compone a la extravagante Effie Trinket asegura que disfrutó mucho del vestuario y todo el trabajo de maquillaje que implicaba cada jornada de rodaje, aunque siempre había un inconveniente que sortear: cada vez que necesitaba ir al baño, las uñas postizas se convertían en sus peores enemigas. Por eso, necesitaba que alguien la auxiliara al momento de bajar el cierre de su vestido y de cortar el papel higiénico que iba a utilizar.
8. ¡A comer! El desgaste físico que implicaba cada jornada de rodaje para algunos actores se veía reflejado en el catering. Así, los protagonistas debían llevar una dieta de alto valor proteico y ejercitar todas las mañanas; el helado de vainilla a cualquier hora del día se convirtió en un aliado infaltable para ellos.
9. Ardua labor de transformación. Los diseñadores de vestuario de Los juegos del hambre crearon al menos unos 1800 trajes para caracterizar a los habitantes del Capitolio y ponerlos a tono con la estética de la saga. Además, se necesitaron unos 35 maquilladores trabajando full time con los protagonistas y los 500 extras que aparecieron en las cuatro películas.
10. El salario, en aumento. A Lawrence se le pagó 500 mil dólares por protagonizar la primera película, además de varios porcentajes que terminaron por redondear la cifra en un millón de verdes billetes. El éxito de la saga y su crecimiento como actriz elevaron notablemente el cachet de Jennifer en las siguientes entregas: para la segunda parte -Los juegos del hambre: en llamas- ese número se elevó a 10 millones, mientras que por las dos últimas películas recibió nada menos que 15 millones.
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