Cinco infidelidades de Hollywood que terminaron en divorcio
Todo parecía color de rosa para ellos hasta que un tercero entró en escena y... lo echó todo a perder
Alguna vez se juraron amor eterno, se prometieron la luna y dijeron que nunca iban a separarse... Pero a las palabras se las lleva el viento, especialmente cuando una de las partes se descubre traicionada. A continuación, cinco ejemplo de grandes amores que zozobraron a causa de un corazón infiel.
Jennifer Aniston y Brad Pitt
Todos apostábamos por esta pareja, pero... ¡Angelina Jolie entró en escena y la hizo pedazos! Cinco años estuvieron casados. Jennifer Aniston había ganado fama a través de Rachel Green, su adorable personaje en la serie Friends; Brad Pitt era uno de los solteros más codiciados de Hollywood, y ya toda una celebridad de la pantalla grande. Formalizaron su relación el 29 de julio de 2000, con una espléndida boda en Malibú, y muy pronto se convirtieron en las más buscados por los paparazzi. Pero, un día, las cosas dejaron de estar tan bien entre ellos. Y, para colmo, él empezó a rodar El señor y la señora Smith junto a Jolie... La separación se anunció en enero de 2005 , y nueve meses más tarde ya se encontraban formalmente divorciados. Brad rehízo su vida rápidamente, pero a Jen pareció costarle mucho más reponerse de la ruptura.
Mia Farrow y Woody Allen
Conformaban la dupla perfecta del director y su musa, tenían hijos propios y adoptados, y eran una de las parejas favorita de los círculos intelectuales neoyorkinos. Sin embargo, todo terminó mal cuando Mia Farrow descubrió una serie de fotos subidas de tono de Soon-Yi, una de sus hijas adoptivas, en la casa del cineasta y, luego, comprobó que ambos estaban manteniendo una relación amorosa. El golpe fue tremendo para la actriz, que llevó adelante una larga batalla por la custodia legal de sus hijos en común. Acusaciones de abuso - que aún hoy siguen vigentes - y un escándalo de proporciones que fue deliberadamente olvidado por muchos debido a la simpatía que despierta Woody Allen a través de su cine.
Eva Longoria y Tony Parker
La actriz de Amas de casa desesperadas y el basquetbolista de San Antonio Spurs tuvieron su fastuosa boda en un castillo francés en julio de 2007, se juraron amor eterno y la vida parecía color de rosa para ellos. De hecho, Eva Longoria estaba tan enamorada que se agregó el apellido Parker a su nombre, como para que todo el mundo supiera que estaba felizmente casada. Pero (siempre hay un pero), la cosa se puso espesa cuando la actriz leyó unos mensajes de texto que su marido había intercambiado con Erin, la mujer de un ex compañero de equipo, Brent Barry. No llegaron a cumplir cuatro años de casados cuando ella presentó los papeles de divorcio (y ordenó que dejaran de llamarla "la señora Parker", claro). El acuerdo prenupcial que habían firmado un mes antes de "dar el sí" hizo todo lo demás.
Sandra Bullock y Jesse James
¡Ay, Sandra! Era raro verlos en la alfombra roja: ella siempre impecable, él como recién salido de un episodio de American Chopper. Pero el amor es así, y suele encontrar en los contrastes sus mejores exponentes. Lo cierto es que fue la aparición de la modelo de tatuajes Michelle "Bombshell" McGee la que lo cambió todo, cuando contó muy suelta de cuerpo que había sido amante de Jesse James, un apasionado de las motocicletas devenido en conductor televisivo. Sandra Bullock estaba en un gran momento profesional, porque venía de ganar numerosos premios -entre ellos, un Oscar- por su trabajo en Un sueño posible, y de pronto todo se vino abajo. Consciente de que su marido la había engañado con McGee y con otras tantas mujeres, la actriz se separó y solicitó el divorcio. "Estoy justo donde quiero estar ahora. No podés volver sobre tus pasos, no voy a volver sobre mis pasos. Estoy agradecida de estar acá, me siento bendecida por lo que tengo. Nadie puede estar preparado para nada de lo que pueda sucederle", reflexionó ella tiempo después.
Arnold Schwarzenegger y Maria Shriver
Este triángulo es, probablemente, uno de los más escandalosos que se recuerde. El tema fue así: a mediados de los 90, Arnold Schwarzenegger inició una relación clandestina con su empleada doméstica Patricia Baena. Ese affaire tuvo como resultado un niño, Joseph, que nació el 2 de octubre de 1997, apenas unos días después de que Maria Shriver -la esposa legal del actor- diera a luz al cuarto hijo del matrimonio, Patrick. La paternidad del protagonista de Terminator se mantuvo en absoluto secreto hasta 2011, cuando el escándalo estalló en los medios. Shriver tomó distancia inmediatamente del musculoso actor y dio por iniciado un millonario proceso de divorcio. Habían estado casados durante 25 años.
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