China Suárez: "Nunca tuve un amor enfermizo"
La actriz, protagonista de la película Abzurdah, habló con Personajes.tv sobre cómo fue interpretar a Cielo Latini en la pantalla grande
Fue en 2006 cuando una chica morocha y de mirada fuerte abandonó el anonimato bloguero para saltar a la fama rodeada de una fuerte polémica. Cielo Latini tenía 22 años cuando se publicó Abzurdah, una autobiografía devenida en best seller que tenía como eje un amor enfermizo y sus dolorosos efectos colaterales, que iban desde la obsesión hasta la bulimia, la anorexia, la autoflagelación y el suicidio.
Mientras los programas de televisión debatían acerca de las complicadas experiencias adolescentes, una chica rubia y de mirada fuerte se encontraba en un plan completamente distinto y, probablemente, ajeno a esa controversia . María Eugenia Suárez tenía por entonces 14, venía de componer a una de las "chiquititas" que habitaban el hogar Rincón de Luz y se entregaba a los planes que Cris Morena tenía para ella: unirse como protagonista al elenco de Casi ángeles, su nueva gran apuesta para el año 2007. Quiso el destino -y los productores- que, 9 años más tarde, la China asumiera el desafío de personificar a Latini en Abzurdah, la adaptación para la pantalla grande de aquél exitoso y controvertido debut literario.
Cae la tarde en Buenos Aires y la "China" lleva largas horas brindando entrevistas para hablar de la película que la tiene como protagonista. Sin embargo, el tiempo y el cansancio no parecen afectarla en lo más mínimo: con una enorme sonrisa -y su belleza intacta- se sienta a conversar con Personajes.tv acerca de su trabajo, las relaciones filiales y los vínculos enfermizos.
-¿Cuál creés que fue el desafío más grande que asumiste en esta película?
-El personaje en sí era un desafío porque se trata de una historia un poco "dark adolescente" y, sobre todo, porque se trata de una historia real. Por eso me lo tomé con mucha seriedad y mucho respeto. Esta película toca también temas muy actuales, y sentía que teníamos que hacer una buena película de verdad, con un buen mensaje... Cuando el libro es bueno y te presentan a la directora y te parece genial, todo se va dando solo, todo cierra.
-¿Cómo fue trabajar el personaje? ¿Lo elaboraste con Cielo Latini?
-No, Cielo no tuvo nada que ver porque, como hacíamos una película basada en su libro, yo no quería imitarla. Lo trabajamos mucho con la directora y con una coach, Andrea Garrote; con ella hice toda la previa de la película y me ayudó muchísimo a empezar a entender a este personaje, desde dónde abordarlo... Este rol era muy distinto a lo que estaba acostumbrada a hacer. Lo creamos juntas, de algún modo.
-¿Cuánto tiempo de preparación tuviste?
-Estuvimos un mes ensayando.
-También tuviste que someterte a cambios físicos... ¿Cuántos kilos bajaste?
-Bajé seis kilos, pero creo que eso no es lo más importante de la película. No queríamos hacer un documental sobre la anorexia, sino contar una historia de amor enferma que lleva a una chica a lastimarse como puede. Y, lamentablemente, cae en esta enfermedad, que la encierra y que no la deja salir, y eso se suma al sufrimiento por amor. Más allá de que la ayuden y de que hagan todo por ayudarla, está tan pasada que le resulta muy difícil volver. Bajar de peso fue un esfuerzo y a la vez no, porque sabía que era sólo para la película; sabía que se terminaba el rodaje y se terminaba la dieta.
-¿Fue muy estricta?
-Sí, fue bastante restringida, sobre todo para mí que estoy acostumbrada a comer lo que quiero. Siempre estuve acompañada por médicos y todo fue muy prolijo.
-¿Cuánto tiempo duró el rodaje?
-Tres meses en total. En el medio tuve vacaciones, y eso fue lo más terrible de todo... También pasó Navidad, el pan dulce, golosinas y champagne. Tuve una Navidad distinta. [Risas].
-¿En qué puntos del personaje te viste reflejada?
-En que ella era muy disciplinada con lo que quería, en ese sentido soy igual, me pongo objetivos y trato de cumplirlos rigurosamente. En todo lo demás, no me vi reflejada para nada...
-¿Nunca tuviste un amor obsesivo?
-Nunca, ni tampoco un vínculo enfermizo, ni, por suerte, tampoco padecí de trastornos alimenticios.
"Esta película no alienta a las chicas a que se vuelvan anoréxicas, sino todo lo contrario, deja un buen mensaje"
-¿Estás preparada para las críticas que puede despertar la película como alguna vez lo hizo el libro?
-Estoy re tranquila con eso. Creo que siempre van a criticar lo que uno haga, pero también va a haber gente a la que le guste y eso es lo mejor, esa dualidad. A mí me parece bien, las críticas constructivas las tomo. Esta película no alienta a las chicas a que se vuelvan anoréxicas, sino todo lo contrario, deja un buen mensaje. La película es dura, eso sí.
-¿Qué pasó cuando la viste terminada?
-Sufrí del mismo modo en que lo hice mientras filmábamos. Además, estaba descubriendo el trabajo que hicieron mis compañeros... La película me encanto. No tengo nada malo para decir, que es algo raro en mí porque soy muy estricta y exigente y siempre encuentro algo que no me termina de cerrar.
-¿Cómo está tu hija, Rufina?
-Bien, soñada... No puedo ser objetiva.
-La relación de Cielo con su madre está muy marcada en el libro y en el guión de Abzurdah. ¿Te imaginás cómo serás vos como madre de una adolescente?
-Es muy loco lo que me pasó... Mientras rodábamos, todo lo vi desde el lugar de Cielo, pero cuando miré la película terminada me encontré más en el lugar del personaje de Gloria (Carrá) que en el de Cielo, porque soy madre, porque mi hija en algún momento va a ser adolescente... Lo único que me dio tranquilidad fue eso, que soy una madre que le está muy encima de lo que necesita, de lo que le gusta o no le gusta, de cocinarle, de darle amor. No sé si esa es la clave, pero es algo muy importante para que tus hijos no descarrilen.
-¿Cómo fue trabajar con Gloria Carrá?
-Espectacular. Yo la admiraba mucho desde antes, porque venía viendo sus trabajos en los unitarios… Y lo que más me gustó de ella es que siendo tan prestigiosa y con tantos años de carrera, es muy simple y relajada, generosa. Generamos una onda muy linda dentro del set, estábamos todos en la misma sintonía.
-Cuando estás con Rufina, ¿te ves reflejada en tu mamá?
-No tengo tanto mambo con eso de "no quiero repetir esto que hicieron mal" porque me cuesta encontrar cosas que hayan hecho mal. Siempre entendí que hicieron todo con tanto amor que si se equivocaban era por error, no con intención. Me veo muy parecida porque inevitablemente uno toma la educación que te dieron tus padres como referencia. A Rufina trato de criarla con mucho amor y de enseñarle lo que es la alegría. Ella siempre está con música, bailando, rodeada de mis amigos... Trato de que sea feliz pero siempre poniéndole límites, que también es una forma de dar amor.
"A Rufina trato de criarla con mucho amor y de enseñarle lo que es la alegría. Ella siempre está con música, bailando, rodeada de mis amigos…"
-¿Le ves alguna veta artística?
-Es muy chiquita todavía, no lo sé... A mí me va a gustar que ella haga lo que tenga ganas.
-¿Cómo ves el recorrido que hiciste vos, que empezaste a trabajar desde tan chica?
-Lo que más me gusta es que voy cumpliendo las cosas que me propuse desde muy chica, que por ahí son cosas que uno piensa que tardan más en llegar. Por ejemplo, quise estar en Chiquititas y estuve, trabajé con Cris Morena, quise hacer teatro y lo hice, canté y bailé... Cumplí muchos sueños y siempre me consideré muy agradecida porque entendí que era una afortunada de poder estar haciendo lo que tenía ganas y de haber encontrado mi vocación. Miro para atrás y me siento muy conforme del recorrido que hice, pero también soy muy de mirar el presente.
-También te diste el gusto de cantar "Trátame suavemente", un clásico de Soda Stéreo, en la película y siempre grabás tus canciones y las subís a tu canal de Youtube, ¿eso va encaminado hacia un disco o lo hacés por hobbie?
-Me encantaría volver a la música, pero no es un proyecto a corto plazo. Pero sí es algo que vengo pensando porque me encanta cantar. Será cuando tenga que ser.
-Hace unos días, David Bisbal anunció que se tomará un tiempo fuera de los escenarios. ¿Esa decisión tiene que ver con este amor a distancia que mantienen?
-No, cada uno tiene su carrera. Los dos trabajamos mucho, él viaja, yo viajo y nos vamos acomodando cada uno a la vida del otro.
-¿Hay algún plan de convivencia?
-Es que en realidad convivimos, un poco acá y un poco allá. No es una convivencia convencional por ahora...
-¿Cuál es el proyecto inmediato que tenés en mente?
-Antes que nada, quiero saber cómo le va a ir a la película; eso es lo inmediato para mí. Y, después, tengo un proyecto de diseño de indumentaria, estamos con reuniones porque es algo que siempre quise hacer y que espero poder concretar.
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