Charly dio lo mejor de sí en Mar del Plata
MAR DEL PLATA.- Con tres horas de un magnífico recital en el Estadio Polideportivo, Charly García saldó cualquier deuda que pudo haber tenido pendiente desde años anteriores con escenarios marplatenses, donde muchas veces no logró completar presentaciones de más de 50 minutos.
El talento intacto y una variedad impresionante de temas hicieron que más de 3000 personas tuvieran su momento de gloria frente al gran ídolo de la música nacional.
Habían soportado una hora y media de demora -estaba previsto para las 22.30 y empezó con los primeros minutos del nuevo día-, pero la espera valió la pena.
Este Charly auténtico también dejó su sello con algunas de sus excentricidades: le pegó una cachetada a un fanático que subió al escenario para saludarlo y una patada a uno de sus técnicos, contó chistes inentendibles cuando algunos problemas de sonido merituaron una pausa y se despidió con una guerra atroz contra los micrófonos, a los que pateó y revoleó, uno tras otro, y con la misma furia dio vuelta su piano de cola, hizo volar su guitarra y tiró abajo los teclados.
Y también hizo malabares por los límites del escenario, salteó las cajas de sonido y llegó hasta una de las más alejadas para darle un beso a un chico de no más de 10 años que seguía el recital desde una ubicación privilegiada.
"¡Ah! Van a ser 200.000..., los voy a matar a todos", bromeó acerca de la concurrencia que podría tener su posible presencia en el cierre del Festival Buenos Aires Vivo 3, el mes que viene, cuando con "El aguante" cerró este recital que, al decir de los memoriosos y fanáticos del músico, ha sido el mejor que haya brindado por estas playas.
Covers y homenajes
Charly García salió al escenario con sus ojos y muñecas maquilladas en color rojo, a tono con la pintura de sus uñas y la capa con la que, por momentos, cubrió la remera con la imagen de Marilyn Manson.
Dividió su recital en tres actos, cada uno con su cuota de temas de antología, mucho de "La hija de la lágrima", algo de "Cassandra Lange" y buena parte de "El aguante", su última producción discográfica.
Por momentos recurrió a su videofilmadora para registrar personalmente las imágenes de un show que pocos podrán olvidar por estas playas.
Su sociedad en el show con el bajo de María Gabriela Epumer y la batería de Mario Serra, ex Virus, fueron un cóctel de lujo para los fanáticos de Charly.
E incluso se despachó con un cover del grupo. Eligió "Wadu wadu" para rendir su particular homenaje a Federico Moura, acompañado por una espectacular ovación del público.
El otro cover celebrado fue "Con su blanca palidez", de Procol Harum, tema que no pudo incorporar a "El aguante".
Entonces sí, sus pies hicieron el show final: no quedó micrófono, piano ni teclado en pie. Se calzó la remera sobre los hombros y por detrás de la remera y así, con el torso desnudo, elevó su mano abierta. "Say no more", arengó a sus fans, y les dejó sólo el dedo mayor apuntando al cielo. El sello de Charly García y de un recital que será difícil de olvidar.
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