Paul McCartney
El caos creativo
Con Godrich de productor, Paul conjuga delicadeza y desequilibrio.
Está claro que la obra de Paul McCartney lo ubica como uno de los compositores más importantes de la música popular occidental del siglo XX. Ahora, a los 63 años, disfruta de un pequeño renacimiento que comenzó en 2001 con Driving Rain –un buen disco de perenne sabor beatle– y que terminó de confirmarse con un celebrado show de cierre en Glastonbury 2004. Con ese impulso creativo-emotivo es que inició el trabajo de composición y grabación de Chaos and Creation in the Back Yard, el vigésimo álbum de su carrera solista DB (Después de los Beatles). La apuesta fuerte, junto con las nuevas canciones, resultó ser el productor Nigel Godrich, responsable de la tarea en celebrados discos de Beck y Travis, además del capital OK Computer de Radiohead. El resultado de esta, en principio, extraña pareja (músico clásico + productor moderno aunque cancionero) condujo a la concreción de un álbum vital, puro en su sentido sonoro, poblado de delicadas melodías para piano, guitarra y una instrumentación justa y necesaria (casi siempre, todo a cargo del mismísimo Macca). De trece canciones, cinco de ellas apenas superan los dos minutos y otras seis apenas pasan de los tres. La brevedad y la economía de arreglos, potenciando esa voz inconfundible, conforman un disco de impecable resolución.
El single “Fine Line” resume el espíritu del disco: puro McCartney, en piano y voz, tanto como ocurre en “Promise to You Girl” y sus delicados arreglos corales, “Friends to Go” (según el protagonista, influida por una energía inasible pero bien conocida, la de George Harrison) y “Follow Me”. Es, sin embargo, en los momentos más oscuros cuando la obra cobra vuelo alto. No es fácil, pensando en el productor, dotar de dignos arreglos de cuerdas algunas canciones de McCartney, sobre todo con el pesado antecedente de George Martin. Sin embargo, ese tono sombrío, algo retorcido, juega a favor de otras gemas ocultas detrás del festival melódico. Canciones como “At the Mercy”, “Too Much Rain” y especialmente, la inquietante “Riding to Vanity Fair”, provocan un saludable efecto desestabilizador. Es McCartney, es un beatle, son sus canciones de siempre… aunque no todas suenen a mañanas soleadas.
Más leídas de Espectáculos
Expectativa. La incógnita que dejó un video sobre la posible vuelta de Rebelde Way: "Continúa"
"Estaba enamoradísimo". Las confesiones de Casán y Alfano en La divina noche de Dante: de Pablo Escobar a sus romances con presidentes
El adiós a Roberto Giordano. Muestras de dolor y palabras de admiración en la despedida al estilista