Periodista y escritora, Catalina De Elía tiene la particularidad de poder atravesar la grieta: trabaja en A24 y en la TV Pública a la vez y fue entrevistada y elogiada por un arco que va de Jorge Lanata a Horacio Verbitsky a raíz del lanzamiento del libro Maten a Duarte. En su investigación, se mete con un tema tabú para la liturgia peronista: la muerte del hermano de Eva Perón. Pese a sus temores por la reacción militante, le arrancó un elogio al presidente Alberto Fernández, quien le regaló el libro al ministro del Interior Eduardo "Wado" de Pedro. En conversación con Pablo Sirvén para Hablemos de otra cosa , De Elía repasa el derrotero de su investigación.
La mañana del día en que apareció muerto con un disparo en la cabeza, Juan Duarte tenía que ir a declarar por acusaciones de corrupción en su contra. Para De Elía, cualquier similitud con casos cercanos en el tiempo no es mera coincidencia: "Juan Duarte y Nisman fueron dos personajes que estuvieron muy cerca del poder de turno, Duarte del peronismo y Nisman del kirchnerismo. En un momento hay un quiebre y aparecen muertos en condiciones dudosas, con escenas del crimen contaminadas y con una Justicia que cambia la hipótesis según el poder de turno. Nisman también pasó de suicidio a homicidio y todavía esa causa sigue ahí parada".
Según la periodista, con el caso Duarte la Justicia renunció conscientemente a conocer la verdad. Una de las claves de su trabajo fue haber encontrado arrumbados y mal rotulados los discos de pasta originales con los interrogatorios que fueron parte de la causa. Entre otras irregularidades, no hubo autopsia ni pericias caligráficas a la única carta que se encontró al lado del cuerpo de "Juancito": "La escena del crimen hace agua y es lo que permite dudar siempre sobre qué pasó de verdad con el hermano de Eva. Hay una continuidad histórica con cualquier caso que roce al poder. A la escena llega primero la policía, lo encuentran en paños menores, con un disparo en la cabeza, arrodillado, con una supuesta carta que le dirige a Perón. Ni a su familia, ni a sus amigos, ni a sus amores, la única carta que hay es de idolatría a Perón", afirma De Elía.
El 9 de abril de 1953, con el hallazgo del cuerpo del secretario privado de Perón en su departamento de Barrio Norte, empezó una historia que fue intencionalmente olvidada. Una historia que retoma De Elía para preguntar una vez más: ¿se mató o lo mandaron a matar?
Hablemos de otra cosa se emite los viernes a las 22 por LN+ .
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