Castellucci, el provocador
"Orestíada": el director italiano presentará pasado mañana una obra que busca golpear fuerte la sensibilidad del público.
"El público estaba verdaderamente aturdido, aporreado, por la "Orestíada", de Romeo Castellucci. Sin dudas, estos italianos, removiendo, sacudiendo, provocando, hicieron impacto en la sensibilidad del público". Esta es la reseña de un diario francés al referirse a la actuación de la compañía Societas Raffaello Sanzio, que pasado mañana se presentará en el Teatro San Martín, dentro del Festival Internacional de Buenos Aires.
Romeo Castellucci, un enfant terrible del teatro italiano, llega por primera vez a Buenos Aires con una propuesta provocativa basada en la trilogía de Esquilo. Se anticipa que el espectáculo es muy visual, del cual no se sale indemne. Hay exposición de cuerpos desnudos, obesos o esqueléticos. Reducidos a la animalidad por su locura, estos cuerpos se bañan en sangre.
Esta presentación habla de la estética provocativa que genera Castellucci, quien encontró inspiración sobre todo en los pintores y los escultores; opinión confirmada en su diálogo con La Nación , donde anticipó que su teatro está fuertemente influenciado por una perspectiva que pone en primer lugar los sentidos del espectador: la vista, el oído e incluso el olfato.
"Es una etapa de la representación donde la emoción debe alcanzarse en primer lugar y luego sucesivamente se llegará a la fase donde se razona y se discute. Del punto de vista teatral esta preocupación ya existía, históricamente, en el teatro italiano del Cinquecento y en todo el Barroco, pero en los siglos posteriores hubo una reducción general de este interés en favor del contenido literario".
La intención del director, según aclara, es la de transfigurar la literatura, restituirle el cuerpo vivo por medio de una puesta del contenido emotivo, donde está presente la música. "No hay jerarquías -dice-, todo debe funcionar junto y simultáneamente como un organismo. El texto y también la interpretación del actor no son a priori más importantes que un objeto en escena o un sonido. Nada es usado como decoración, pero cada cosa existe con su esencia comunicativa."
El transporte del pasado
La materia prima que lo atrae es lo que ahora no conoce y, entre aquello que conoce, un teatro que sabe inventar el tiempo de la maravilla. En esta versión de la trilogía de Esquilo, el director incluye las tres partes: Agamenón (el protagonista es un actor con síndrome de Down), Las Coéforas y Las Euménides.
"La tragedia griega -continúa- nos devuelve, después de siglos de sedimentación, la misma sustancia que nos forma y nos caracteriza como hombres de hoy. Es el impresionante transporte que nos pone en directa comunicación con el pasado".
Los textos clásicos en general ofrecen a Castellucci la distancia temporal necesaria para afrontar el espíritu humano con la libertad que existe cuando un artista se enfrenta con la materia todavía no formada, con un material esencial.
"Esto permite ser contemporáneo mucho más de lo que sería afrontando un texto actual -explica-,ya que éste estaría demasiado compenetrado del mundo nuestro; es decir, demasiada materia ya formada, ya elaborada.La condición del artista debe ser la de una libertad que parte siempre de un vacío; es decir de un lugar privado con dudas y confirmaciones y de allí partir con la obra que se quiere poner en escena."