Carolina Herrera (h.): fina estampa

Este domingo, en el Extra Lujo que LNR dedica al mundo de la sofisticación, la cara visible de una dinastía de mujeres que pisa fuerte en el mundo de la moda asegura: "Tomo de mi madre lo fundamental, que son los valores, porque creo que hizo un buen trabajo y les exijo a mis hijos que se esfuercen en cualquier actividad que hagan. En mi familia siempre se valoró la tenacidad y creo que eso es una buena enseñanza".

A los 42 años, convertida en embajadora y responsable desde hace una década de los perfumes de la marca que creó su madre, Carolina Herrera (h.) no duda a la hora de dar consejos: "Hago un llamado a las mujeres a que nos e gasten todo el dinero en prendas de marca. Hay que comprar clásicos de esos que duran 15 años en el armario y continúan siendo útiles".

A poco de presentar en Santiago de Chile su última creación, 212 Vip Men, un perfume inspirado en las fiestas neoyorquinas, la empresaria charló con LNR sobre los tres pilares que articulan su vida: el trabajo, la maternidad y la moda."Mi madre era muy rígida –reconoce–. Venía de una generación en la que no se hablaba tanto. A mí me gusta charlar con los chicos y que sientan que me pueden contar todo. Necesito el respeto de mis hijos, pero sobre todo que me tengan confianza".

Asegura que lo máximo que estuvo separada de sus chicos fueron diez días, el año último. "Lo habitual es que mis viajes de trabajo me lleven una semana. Y créeme que se me hace mucho", confiesa.

Frente a los rumores de que estaría al frente de CH (la línea más urbana de Carolina Herrera), es categórica: "¡Noooo! Yo lo único que hago es la ropa para los niños y colaboro con el equipo de diseño, pero nada más". Y se suma a la tendencia mundial de compromiso con el medio ambiente: "Es un nuevo paradigma que va a modificar la vida cotidiana. Las marcas de lujo tendrán que sumarse a este estilo, pero hay que encontrar la manera de que el negocio y la responsabilidad social crezcan en paralelo".

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