Carolin Widmann regresa con el espíritu de la primavera

Resulta todo un privilegio poder conocer a una gran intérprete en todas sus diversas facetas. Para aquellos que hayan escuchado a Carolin Widmann durante sus dos anteriores visitas a Buenos Aires, será como cerrar un círculo. En la primera visita, en 2011, para el Ciclo de Música Contemporánea del San Martín, se presentó sola e interpretó obras de Wolfgang Rihm, Luciano Berio y Arnold Schönberg; luego, en 2014, volvió como solista invitada de la Orquesta Filarmónica de Dresde, tocando Beethoven y Mendelssohn. En esta oportunidad (hoy y el miércoles) retorna al Colón para hacer música de cámara con la chelista Marie Elisabeth Hecker y el pianista Martin Helmchen junto a quienes integra desde 2013 el Trío Osmanthys.

"La forma de tocar y los retos a los que te enfrentas son muy distintos dependiendo de lo que vayas a interpretar, cómo lo hagas y con quién, aunque al final es siempre música y mis metas e ideales son idénticos. Por esto, a pesar de ser siempre la misma, verán a una Carolin diferente. Una cosa es estar sola en el escenario, como la primera visita que realicé, donde puedes hacer lo que sientas y no existe la necesidad de comunicarte con nadie. En cambio, cuando tocas con orquesta hay una gran cantidad de gente detrás de ti, todos tratando de hacer algo juntos y tienes que adaptarte a eso. El pianissimo no lo puedes tocar con todos esos músicos, hay que empezarlo un poco más alto. Soy de las que creen que mientras menos personas se encuentren tocando en el escenario, mayores posibilidades habrá para interpretar de una manera más suave y con mayores contrastes", dice la violinista.

Enamorada confesa de la música de cámara, la considera una oportunidad para aprovechar algo que para los músicos es un verdadero lujo: el tiempo. "Aquí podemos hablar, repasar cada detalle, intentar maneras diferentes de abordar cada pieza. Un enorme contraste respecto de cuando te presentas con orquesta, allí es un solo ensayo, el general y ya el concierto. En este caso particular, además de compañeros, los integrantes de Osmanthys somos grandes amigos (Marie Elisabeth y Martin terminaron casados) y de esta amistad, al entendernos tan bien, resultó muy apropiado hacer este trío musical", dice Widmann.

Para la violinista, el programa que traen es al mismo tiempo muy hermoso y lleno de alegría. "Queríamos abrir con un mensaje positivo, una especie de saludo al espíritu de la primavera, que está próxima a comenzar en la Argentina. Por eso la introducción será D'un matin de printemps, breve pieza compuesta por Lilli Boulanger. Además, Nadia Boulanger, su hermana, fue una de las profesoras de composición más importantes del siglo XX en París, y yo me identifico con eso, teniendo también un hermano compositor. El Trío para piano y cuerdas N°2 en Do mayor, Op. 87, de Johannes Brahms, reconocido como uno de los más importantes compositores de música de cámara, es también un trabajo lleno de optimismo, algo no tan común dentro de la cantidad de obras trágicas que compuso. Y finalmente, el Trío para piano y cuerdas N° 4 en Mi menor, Op. 90, también conocido como el "Dumky Trío" de Antonin Dvorak, que es una de las composiciones más populares de este músico y que a través de su folklore está lleno de amor y entrega", explica.

Al repasar sus recientes presentaciones en diversos escenarios, entre los que se cuenta la inauguración de la fabulosa sala de conciertos de la Elbphilharmonie en Hamburgo y la nueva sala de cámara Pierre Boulez en Berlín, se comprueba que la violinista construye su carrera a través de una visión amplia, en la que no existen barreras para abordar ningún período musical. Considera que esta manera de entender la música tiene que ver con el hecho de haberse acercado a ella a través de su hermano, el compositor y clarinetista Jörg Widmann. "Nuestros padres no eran músicos, pero mi hermano tocaba el clarinete desde muy chico y comenzó a componer con apenas 11 años. Para mí, siendo la pequeña, fue completamente normal seguirlo, así que la música fue algo a lo que me acerqué de una manera muy libre. Eso todavía se nota cuando tocamos juntos, es algo que nos divierte hacer y cuando estamos en el escenario no necesitamos ni siquiera mirarnos. Por este hecho de haber crecido junto a un compositor siento que esa música que ellos hacen tiene que ser interpretada. Es normal y necesario tocar música contemporánea. La historia de la música no comienza con Bach, hay cosas maravillosas, antes, durante y después. Por eso quiero darle relevancia a esta música que quizás no sea tan conocida para que en mí tenga una voz y sea escuchada, es una música que me necesita como intérprete," afirma.

Trío Osmanthys

Teatro Colón, Libertad 621.

Funciones, hoy y el miércoles, a las 20.

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