"Cabaret" llega a Buenos Aires
Es la misma puesta que Sam Mendes, director de "Belleza americana", estrenó en Nueva York; subirá a escena en mayo
Como otras tantas salas de la avenida Corrientes, el teatro Opera está cerrado. Sin embargo, hasta la semana pasada las casi 2000 butacas se convirtieron en cómplices de un montaje que, todo indica, será uno de los más importantes de este año tan particular, cuyo estreno está previsto para fines de mayo. De "Cabaret" se trata, la puesta teatral que en 1998 estrenó en Nueva York Sam Mendes (el director de "Belleza americana"). La misma historia que en 1972 protagonizaron Liza Minelli, como Sally Bowles, junto a Joel Gray, como el maestro de ceremonia. Tanto una como otra obtuvieron varios Tony y Oscar y arrasaron con la crítica.
Sin embargo, este emprendimiento nació aquí silbando bajito. A lo sumo, con un casting cerrado convocado por DG Productora, al cual asistieron unos 170 actores, músicos, bailarines y cantantes, los que -casi como un mal chiste- tienen que saber actuar, tocar instrumentos, bailar y cantar. O sea que eso de que "la fama cuesta y aquí es donde empezarán a pagarla, con sudor" parece seguir vigente.
Como ya ocurrió con "La Bella y la Bestia", "Los miserables" y la magnífica "Chicago", esta vez también vino un enviado de las tierras de Broadway. En esta oportunidad, la responsabilidad cayó en BT McNicholl, un norteamericano amable que comenzó a juntar las piezas de esta historia que transcurre en medio de un cabaret berlinés que se transforma en testigo del crecimiento del nazismo. Una realidad histórica turbulenta y conflictiva que por primera vez se montará en el hemisferio sur. Para ser más preciso, en un país -el nuestro- de aguas turbulentas y conflictivas.
En pleno mes de enero, en medio de un contexto de presidentes con fechas de vencimiento, BT tomó aire y un avión. "Llegar a Buenos Aires fue iluminador, porque la televisión norteamericana lleva a creer que la Argentina es una zona de guerra. Cuando decía que venía para acá pensaban que estaba loco. Yo les decía que volvía muerto o siendo presidente", ironiza en un alto de su trabajo con un gato que se mueve entre papeles, currículum y notas.
Por lo pronto, BT ya volvió a Nueva York sin banda presidencial (ni mortuoria). A lo sumo, retornó con la buena nueva de haber completado el elenco que se dio a conocer anteayer: Elena Roger como Sally Bowles; Guillermo Angelelli, como Emcee, el maestro de ceremonias; Luz Kerz, como Fraulein Schneider; Salo Pasik, como Herr Schulz, más un ensamble compuesto por 13 intérpretes.
Ahora bien, ¿"Cabaret" en medio de este país acorralado? "Sí", saca pecho Mariano Pagani, supervisor de teatro de DG Producciones, mientras los actores esperan su turno en el hall de este bellísima sala. Su radiografía es contundente: "Veremos un "Cabaret" pesificado sin que esto implique ningún rasgo desvalorizante. La corporación CIE, con sede en México, compró el proyecto cuando le presentamos un presupuesto en pesos. Si la obra hubiera tenido un 80 por ciento en dólares no hubiéramos podido montarla, ésa es la realidad. Porque estaríamos pagando un millón de dólares y recaudando en pesos acorralados. La realidad es que no podemos tener el teatro vacío y que, aun en años como el actual, la gente necesita de buenos espectáculos".
Y si en los montajes anteriores que produjo CIE venían una cantidad importante de extranjeros y una compleja carga de escenografía y equipo escenotécnico importado, éste será un caso distinto. Por empezar, sólo habrá que pagar dos salarios en dólares (el de BT, director general, y el de Susan Taylor, la coreógrafa), y el resto se hace íntegramente con gente de acá. O sea: el famoso "compre argentino".
Más allá de toda pesificación, algunos números dan chucho. Por ejemplo, la inversión hasta la noche del estreno, prevista para fines de mayo, será de un millón y medio de pesos. Mantenerla en cartel saldrá unos 60 mil pesos semanales.
"Este casting no me lo quería perder porque me parece que es la última gran comedia musical en Buenos Aires...", confiesa uno de los actores mientras espera su turno. Debe de tener razón, porque justamente para esta época del año pasado la cartelera porteña tenía una excelente oferta de espectáculos musicales ("Chicago", "Fiebre de sábado por la noche", "La tiendita del terror" y "Grease"). Se habló de boom, se comparó la avenida Corrientes con la zigzagueante Broadway... pero era otro país.
"«Cabaret» pesificada", como le gusta decir a Pagani, un productor de larga data en el oficio que se asomó al mundillo del espectáculo desde purrete y de la mano de su abuelo Dringue Farías (un grande). Despejando toda duda de malas imitaciones, de versiones truchas o lo que venga, BT McNicholl insiste: "Para instalar el cabaret, todas las butacas de la platea van a volar, pondremos sillas alrededor de mesitas con veladores y construiremos todo un piso de madera que irá hasta el escenario actual. Hasta habrá una gran barra para tragos..."
-¿Se podrá fumar?
-No.
-Entonces no es un cabaret...
-Pero te vas a poder emborrachar a gusto... (se ríe).
De trago en trago
Claro que aquellos que quieran gozar de esas comodidades deberán pagar unos 50 pesos (sin contar el trago). Más acorde con nuestros tiempos, arriba (donde también se instalarán algunas mesas y para apreciar lo que ocurra abajo se elevará en 30 centímetros la inclinación) el ticket más barato será de 15 pesos. En definitiva, los mismos precios que 130 mil personas pagaron para ver "Chicago" el año pasado.
"Nuestra intención es quedarnos hasta diciembre, pero dependerá del país y del espectáculo. Yo tengo mucha fe. La realidad es que el mercado se está achicando, pero "Cabaret" no es una típica comedia musical. Acá hay una historia con trasfondo", apunta Pagani mientras, dentro de la sala, Salo Pasik realiza el casting que lo devolverá al escenario donde tanto se lució con "Chicago".
"Hubo una guerra, y yo sobreviví. Hubo una revolución, y yo sobreviví. Hubo inflación, billones de marcos por una rodaja de pan, ¡pero sobreviví! Y si llegan los nazis, yo sobreviviré. Y si llegan los comunistas, yo todavía estaré aquí, alquilando estos cuartos. Porque al final, ¿qué otra elección tengo? ¡Este es mi mundo!", dice en un momento el personaje de Fraulein Schneider.
La vez que Luz Kerz dijo por primera vez este monólogo su tono ganó una emotividad muy especial. El silencio en el que se quedaron BT McNicholl, el director de este rompecabezas; Gustavo Zajac, director residente, y Alberto Favero, director musical, daba cuenta de que algo más estaba pasando. Ese trío, junto al resto del experimentado equipo de producción, fue el que durante dos semanas no se perdió gesto de todo lo que ocurría en el gran escenario que se convertirá en un gran cabaret.
En la puesta neoyorquina, la obra se ofrece en el mítico Studio 54, la disco inaugurada en 1976 que fue poblada por lo más "in" de Nueva York. Un grupete de modernos que daba el oro y el moro por entrar allí y dejarse llevar por la música de Diana Ross, Gloria Gaynor o Donna Summer.
A falta de Mao Mao, el Sky Opera se convertirá en el Kit Kat Klub gracias a las manos de Alberto Negrín. Luego del último día de casting, el escenógrafo llega al Opera con una gran maqueta. Las partes de este montaje continúan su movimiento.
Del Opera al Kit Kat Klub
"Entrar en el Opera será como ingresar en un gran club un tanto cutre , de alfombras gastadas. Casi no habrá diferencia entre lo que pase en la escena y lo que ocurra en la platea. Y si bien es una comedia musical, es una obra muy teatral. Por eso se puede desarrollar en un escenario de pocas dimensiones", apunta Negrín. O no tanto, porque si bien del escenario actual se utilizará apenas la franja inicial de un metro y medio -más el agregado de un semicírculo de tres metros de radio-, el gran espacio escénico estará entre las mesas en un cara a cara con el público.
Desde octubre, Negrín está rodeado de maquetas y planos. Pagani intenta hacer pronósticos en medio de un país imprevisible. BT debe de estar preparando de nuevo sus valijas para volver a Buenos Aires. Por su parte, el Opera poco a poco se convierte en un cabaret.
Mientras todo esto sucede, los 20 actores elegidos comienzan a vivir un ritmo de adrenalina pura. Ellos serán los encargados de darle vida a este cabaret berlinés. Willkammen Damen und Herren: el mañana les pertenece.
Los protagonistas: Roger y Angelelli
- "Vi un video de la obra y me fascinó. A diferencia de la película, la obra tiene un lenguaje más brechtiano. Hasta le encuentro referencias musicales a Kurt Weill", apunta Guillermo Angelelli, talentosísimo actor del off que hará el papel del maestro de ceremonias. En su extensa carrera, su otro trabajo comercial fue en "Butterfly". "Mirá lo que son las cosas. Esa obra se estrenó en plena hiperinflación alfonsinista. Ahora vuelvo al teatro comercial en medio de todo esto. Por suerte, la obra retrata lo que estamos viviendo. No me voy a parar en el escenario para hablar de pajaritos de colores."
- "En las dos semanas de audiciones me vieron 5 veces. En la última, BT McNicholl me avisó que quedaba como Sally Bowles. Todavía no caí", confiesa Elena Roger. Dos años atrás, luego de su trabajo en "Los miserables", vio "Cabaret" en Nueva York. "La Sally de la obra es más contundente en la realidad. Espero que la gente no me compare con el trabajo de Liza Minnelli básicamente porque la propuesta es otra."
Según pasan los años
1934: Christopher Isherwood publica "Mr. Norris Changes Trains". En 1937, la saga continúa con 4 historias cortas, una de ellas llamada "Sally Bowles".
1952: se estrena"I am a camera", pieza de John van Druten basada en el texto de Isherwood. Julie Harris hacía de Sally.
1955: "I am a camera" pasa al cine con Harris junto a Laurence Harvey y Shelley Winters.
1966: "Cabaret, the musical" se estrena según puesta de Hal Prince. Joel Grey, como el maestro de ceremonia.
1972: estreno de "Cabaret, the movie", dirigida por Bob Fosse, con Liza Minnelli, como Sally, Joel Grey como el presentador y Michael York.
1987: "Cabaret is revived" vuelve a Broadway con puesta de Hal Prince. Duró muy poco en cartel.
1993: "Cabaret" en Londres, dirigida por Sam Mendes, con Alan Cumming y Jane Horrocks.
1998: "Cabaret" retorna a Broadway con puesta de Mendes y las actuaciones de Cumming, Natasha Richardson y Ron Rifkin. En noviembre se muda a Studio 54.
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