Pasó poco más de un año desde de la explosión de "Loca", el hit de Khea, Cazzu y Duki que instaló al trap en Argentina a fuerza de reproducciones de YouTube (y luego cruzó fronteras gracias al remix de Bad Bunny ), pero esta noche, durante el primer festival masivo del género en el Hipódromo de Palermo, ni Khea, ni Cazzu, ni Duki ni Bad Bunny decidieron incluirlo en sus sets. El mensaje parece claro: a las nuevas figuras de la música en español no les hablen de modas. Para ellos, la explosión del trap argentino trasciende el hit.
"Gracias por quedarse a ver a todos los artistas", dijo Duki sobre el final de su show, lejos del divismo que se le suele endilgar al género. "Acá somos todos uno." En ese momento, en el escenario lo acompañaban Ysy A y Neo Pistea, sus compañeros de Modo Diablo, que ya habían dado sus propios shows más temprano, y junto a quienes Duki acababa de cerrar su presentación con "Trap N Export" -el último single del grupo- en el que dice: "Somos artistas, empresarios, productores/La evolución de todas las décadas anteriores".
Para los Modo Diablo, este probablemente haya sido el show más importante de su carrera, una noche de consagración ante 20.000 personas que los habían ido a ver principalmente a ellos, o al menos en igual medida que a Bad Bunny, el campeón vigente del trap latino. Era un evento que exigía un esfuerzo extra, y una ocasión ideal para medirse contra la primera línea del género.
Desde lo técnico, estuvieron a la altura. Tocaron con el mejor sonido de su corta historia, y por momentos, como en "Quavo", lo aprovecharon para prescindir de las voces de apoyo en las pistas que disparaba el DJ y productor Orodembow. En "Vampiros", la voz de C.R.O. (quizás el mejor de los traperos locales a nivel estrictamente vocal) sonaba tan bien que podía ser procesada en vivo con delay al estilo del dub de Jamaica. En menos de una hora de show, Duki también se dio el gusto de invitar al dominicano-estadounidense Fuego, una de las primeras grandes figuras del reggaetón en hacer la transición hacia el trap (sin Fuego, no habría J Balvin), en "Sigo fresh", el tema que grabaron juntos en Miami y estrenaron a principios de mes.
Artísticamente, Bad Bunny volvió a demostrar que está un escalón arriba del resto, incluso en un show corto que, en su caso, puede considerarse "menor" en relación a los que viene dando alrededor del mundo (acaba de agotar tres funciones en el Coliseo de Puerto Rico), o incluso a sus tres presentaciones del año pasado en el Luna Park. El puertorriqueño está tan en control de su voz que puede hacer el recital completo sin dar una sola muestra de agotamiento (terminó casi literalmente sin transpirar, a pesar de tener puestas una polera y una campera de jean), y, al mismo tiempo, sin que esto signifique que no se está esforzando lo suficiente.
Por más corto que haya sido el show, al Conejo le sobró para exhibir su versatilidad, especialmente en los temas de X 100pre, su disco nuevo, desde el pop-punk de "Tenemos que hablar" hasta el synth-pop de "Otra noche en Miami", pasando por el tropical-house de "Solo de mí". Si bien sobre el final el público se quedó pidiendo que tocara "Loca" (y "Diles", el otro gran éxito ausente), es difícil pedirle más hits a un artista que hizo "I Like It" (su feat con Cardi B y J Balvin), "Mía" (su feat con Drake), "Te boté" (su feat con Ozuna) y "Amorfoda" (su balada de piano y voz). Al mismo tiempo, en frente, en el Campo Argentino de Polo, Ed Sheeran tenía menos hits, y nadie se quejó.
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