Brenda Asnicar: "A Gilda también la molestaban porque decían que era muy flaca"
Brenda Asnicar tiene un vestido blanco, romántico y escotado, sonríe y responde pregunta a pregunta desbordada de emoción. Voló desde Colombia, donde vive junto a su esposo -como le gusta referirse a Alejandro De Angulo, el empresario con el que contrajo matrimonio en 2017-, para la presentación de la serie inspirada en la vida de Gilda, que produce Netflix y Telefé. Después del éxito de la biopic Gilda, no me arrepiento de este amor, los productores llegaron un poco por casualidad a Asnicar. Sin embargo, para ella no fue una sorpresa. Sí el llamado, no la propuesta. Sabía que algún día le iba a tocar interpretar este papel; lo había deseado y se había visualizado en los pies de la mítica cantante de cumbia.
"Gilda fue algo que soñé hacer desde que soy adolescente. Tengo 27 años, pero hace más de 12 que quiero hacer esto", dice la ex Patito Feo, que vive en el exterior desde hace varios años. Y agrega: "Estuve pidiéndole al universo que pasara y está pasando. Miraba el cielo y de repente se abrían las nubes y salía el sol y yo sentía 'estoy alineada con el universo, el sol me está iluminado ahora' y pedía deseos. Me volví fanática de las plantas y les hablaba y abrazaba a mis árboles, y empecé a gestar algo energéticamente hermoso. Así pasó".
El proyecto está recién arrancando: están en busca del resto del elenco. Brenda estaba en su casa en Cali -donde se jacta de haber plantado 60 árboles-, cuando tuvo la primera conversación por Skype con Benjamín Ávila, el director de la serie. Hablaron durante dos horas y ella, apenas cortaron la charla, se grabó cantando uno de los temas de la reina de la cumbia. No hubo dudas: era ella. "Al poco tiempo, Brenda ya se había aprendido todos los modismos, el registro vocal y las maneras", cuenta el director de Infancia Clandestina.
La bendición de Gilda
Brenda luce un collar que dice "Gilda, un sentimiento", el que, según cuenta, se lo regaló un fan. "Gilda es un ejemplo de mujer y artista extremo. Es un referente. Fue una revolucionaria. Lo que la hace grande también es el hecho de haber sido quien fue en el momento en que lo fue. Hoy una artista como ella sigue siendo igual de transgresora, y pasaron muchos años", enuncia.
Rodeada de su gente y de Toti Giménez -quien fue representante y pareja de la fallecida cantante-, Brenda toma un té. La caracterización de la actriz en la piel de Gilda es notable, según puede verse en el video que proyectan en continuado. "Me gusta que siempre fue súper sana, que siempre cuidó a la gente, que siempre estaba para todos. Eso también es muy lindo. En eso me siento identificada, yo soy de amor incondicional", dice. Y suma que lo que más le gusta de su vida en Colombia es haberse reencontrado con la naturaleza.
Además, la ex "Divina" destaca que el proyecto venga de la mano de la música, otra de sus pasiones: en paralelo, Asnicar está editando un primer disco solista en el que no habrá ni trap, ni reggaetón, porque le parecen "ritmos oportunistas". Su idea es volver a lo clásico. "Gilda inspiró a demasiada gente. Después de ella salieron un montón de cantantes de cumbia que cantan. No artistas de cumbia que están en faldita o con las tetas a la vista, sino artistas que cantan como Karina", opina. Y cuenta que "Mi lindo morenito", "La puerta" y "Se me ha perdido un corazón" son sus temas preferidos de la artista.
En medio de un contexto muy distinto a los 90, cuando Miriam Bianchi decidió arriesgarse por su pasión transformándose en Gilda, rompió la lógica de las bailantas, dejó su trabajo como maestra jardinera y tuvo varias crisis matrimoniales por no contar con el apoyo de su marido, Brenda reconoce la parte heroica la cantante. "Ella sufrió y tuvo contradicciones y es por eso que es una heroína, porque lo hizo ella sola. Simplemente siguió su corazón, que es de lo único de lo que no te podés arrepentir nunca", dice mientras se le escapa alguna expresión en inglés (algo que sucederá en otros tantos momentos de la nota).
-Después del papel que hizo Natalia Oreiro, que le valió muchos elogios, ¿sentís presión a la hora de imaginar tu propia construcción?
-Como dice Michael Jordan, "si pensás en miedo, vas a fallar". Natalia Oreiro es una profesional antes que nada, y es demasiado talentosa. Siento innecesario querer llevarlo a un punto de comparación. Quiero conectarme con la energía que transmitía Gilda, que es de amor. Natalia dejó una vara altísima, pero no tengo miedo porque siento que me preparé toda mi vida para hacerlo. Todo lo que me conecta con Natalia es agradecimiento, belleza y locura linda, porque ella es simpática.
-Hay como una ola de biopics, ¿qué te parece que tienen estas historias reales que llaman tanto la atención?
-Para mí, el hecho de querer contar historias de personas reales tiene que ver con que las generaciones están cambiando y está bueno darle a conocer a los más jóvenes quiénes eran los artistas que formaron parte de la sociedad... ¿Quién no escuchó a Gilda o Rodrigo o Luis Miguel? En este caso, la historia es tan importante porque muchas mujeres pasaron por ahí. Hay quienes abrieron las alas y volaron como ella, y otras que no lo pudieron hacer; estas últimas seguramente tendrán una hija a la que le darán sus consejos. Entonces contar la historia de Gilda es muy interesante desde ese lugar. Independientemente de que tuvo un final trágico, ella se fue de este mundo habiendo cumplido su sueño.
-Hoy las artistas parecen estar cada día más cerca de esos valores que la movían a Gilda. Vos misma te mostraste activa durante la campaña del colectivo Actrices Argentinas para que el aborto sea legal...
-Creo que todo lo que tiene que ver con la liberación y la evolución de la mujer, como decía Gilda, se trata de la evolución, y siempre hay que tratar de elegir las cosas para que el mundo evolucione. Mi responsabilidad como actriz es siempre estar bandereando a full para que la mujer pueda ocupar el lugar que se merece. Las mujeres somos un portal, y este portal es nuestro.
-¿Qué hay de aquella "Divina" en la Brenda de hoy?
-Recuerdo esas épocas como momentos en los que también siento que cumplía un sueño. Mi personaje no se suponía que iba a ser tan gracioso: era una mala terrible. Pasa que yo me lo gozaba tanto, lo disfrutaba y hacía chistes y por eso me querían tanto. Hoy lo veo atrás y también entiendo que eran otras circunstancias y que cambié demasiado.
-¿Cómo viviste las diferentes acusaciones contra Juan Darthés, con quien compartías tira en Patito Feo? [N. de la R.: La nota fue hecha antes de que se conociera la denuncia de Thelma Fardin contra Dhartés y, al ser consultada nuevamente sobre el tema, Asnicar no quiso hacer ninguna aclaración ni modificar sus dichos]
-A mí me sorprendió mucho porque en realidad siempre tuve las mejores experiencias con Juan. Nosotras éramos muy chiquitas. Entiendo que el mundo está cambiando mucho y que, por ahí, cosas que estaban bien vistas antes ahora ya no están bien vistas. También es lógico que empiecen a pasar cosas pero, bueno, es bastante perturbador el hecho de saber que pasan cosas que no deberían pasar. Pero en lo que tiene que ver personalmente con Juan, yo tengo una relación de amistad. Es un colega, básicamente, yo trabajé con él dos años de mi vida y conozco a su familia y eso es lindo también. Tiene dos hijos hermosos, una mujer divina y la verdad no tengo nada que decir. Es muy difícil tocar de oído y hablar cuando uno no sabe y también es medio irresponsable como comunicador hablar de cosas que uno no tiene ni idea. Me pasa eso con ese tema puntualmente. Siento que es un tema muy delicado del que uno no debería opinar si no sabe.
-Las redes sociales resultan tan útiles como nocivas para los artistas: pueden ser sus propios representantes pero tienen que vérselas con los haters... En tu caso, muchas veces han hablado de tu fisonomía, ¿cómo te llevás con las críticas?
-A Gilda también la molestaban, decían que era muy flaca y que nunca iba a tener éxito en la vida porque era escuálida y no tenía tetas. Gracias a Dios veo ejemplos que me motivan a ser como soy sin preocuparme. Porque también en algún punto ¿cuál es el problema si soy flaca, loco? Yo te digo la verdad, morfo como una loca. Si ves a mis papás, también son flacos, mi hermano tiene casi el mismo cuerpo que yo. Es lindo también cuando se preocupan por uno, tiene algo cute ["tierno"]. Lo que pasa es que hay quienes lo usan a modo de "che, ¿estás bien?" y hay otros que lo usan para vender revistas. Realmente aprendí a ser muy easy going y me divierto mucho. No me divierto con la maldad, pero la ignoro bastante. Me indigna un poco porque pienso en todas las chicas que están ahí, que son flacas y se sienten que no son aceptadas, cuando en realidad sí. Podés ser flaca, podés ser gorda, podés ser alta, baja... Hay que aprender a quererse sea como sea. No hay ningún problema.
La nueva vida
Brenda se fue a vivir a Colombia en 2013, donde protagonizó Cumbia Ninja. Desde entonces su morada está entre aquél país y Argentina. Hija de un técnico electrónico y de una coaching ontológica, afirma que a ella "nadie le regaló nada".
"Mis padres no son productores, nadie me puso en series.Todo lo que fui haciendo me lo fui ganando solita y lo fui construyendo a punta de errores y éxitos que he ido procesando y que hoy me llevan a estar donde estoy", afirma. Y agrega: "El argentino no tiene que quejarse tanto, tiene que hacer cosas. Yo tuve momentos de quejarme. Y me empecé a preguntar '¿qué más hiciste?'. Hay que moverse porque se puede. Uno no puede quedarse sentado esperando a que alguien le haga lugar".
-¿Qué aprendiste de la vida en Colombia?
-A conectarme con la naturaleza. El trabajo me agarró joven y viajé por un montón de lugares y, de repente, aterricé en Colombia sin entender nada, estaba sola, no conocía a nadie. Tuve mi jardín y sembré mis árboles por primera vez. Tengo 60 árboles sembrados desde la semilla y aprendí a tener conciencia de cosas que tienen que ver con la Madre Tierra y con las cosas que realmente mueven el mundo, que no son ni el dinero ni la fama. Eso cambió absolutamente mi energía y mi espíritu. Aprendí que el humano tiene la chance de poder cuidar la naturaleza. Me volví una obsesiva, ahora hablo con mi esposo y hago Facetime con las plantas. También me hice de amigos increíbles.
El disco en camino
Brenda habla emocionada sobre su primer proyecto solista. Como ella quería estar en todos los detalles y que nadie le dijera en qué dirección ir, decidió hacer su primer álbum de manera independiente, junto al estudio Dorrego. El disco además va a contar con la participación de Lito Vitale en piano.
A Asnicar le cuesta definirse en un género, no le gustaría que califiquen su música de pop. Cuenta que sus influencias musicales están vinculadas con lo que escuchaba su papá cuando era chica como Queen o Sui Generis; también, con músicos cubanos. "Me cuesta decir 'sí ,soy esto' porque no quiero que me encasillen. Siento que hay mucho más que eso, no porque el pop tenga nada malo. Pero nos enfocamos en hacer música no para ir a reggaetonear -y hace hincapié en algunas letras con las que tiene discordancia-. Si escuchás mis canciones, hay algunas que son bailables y hay otras que no", explica.
Y suma: "Me parece que hay algo oportunista en el reggaetón. Me pasa con el trap, lo mismo. 'Ahora está de moda el trap, hagamos eso'. Es válido, porque son decisiones comerciales que se toman. Pero para mí es muy importante poder cantarles a mis amigos la música que haga y que me digan 'wow, qué zapado'". Para ella, lo más importante es que la gente la recuerde por hacer "sentir emociones lindas". "La idea es volver a lo de antes, al piano, a la guitarra. Obviamente los avances que hemos tenido musicalmente en poder digitilizar las cosas también son una herramienta que hemos utilizado. Pero la base está en volver a las raíces".
Brenda ya terminó el té y el club de fans de Gilda la espera para sacarle fotos junto al banner de la serie. Antes, canta una partecita de "No me arrepiento de este amor". Y, hay que decirlo: algo en su tono de voz y en el flequillo inevitablemente remite a Miriam Bianchi.
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