Bocca, Pashkus y decenas de bailarines argentinos unidos en un mensaje: "Seguimos volando, volvemos bailando"
Una vez más en estos días de puertas adentro, Julio Bocca se acerca a la cámara y presiona "rec" : frente a su computadora, en un cuarto de su casa en Montevideo, graba un mensaje. La cuarentena por el coronavirus activó la faceta participativa, compañera, comunicativa, de la popular figura de la danza argentina, que está presente en charlas y campañas de redes sociales para intentar contrarrestar el efecto de la pandemia que dejó sin clases, funciones y giras a los artistas de la danza en todo el mundo. Pero esta no es otra vez más, tiene su toque especial: resulta que a su amigo Ricky Pashkus se le ocurrió –de este lado del río– organizar un video con decenas de bailarines argentinos unidos en una improvisación. Y para "darles voz" el coreógrafo rescató un tema que Eladia Blázquez compuso especialmente para Bocca, allá por 1995, cuando se celebraron los primeros diez años de su carrera, en el Luna Park. Con esa canción, en la inconfundible voz de Sandra Mihanovich, echó a rodar la propuesta entre artistas clásicos y contemporáneos, de folklore y hip hop. Todos unidos ahora con un solo mensaje: "Seguimos volando, volvemos bailando".
Así, a la manera de los clips que en todas las latitudes graban compañías de ballet y artistas independientes –una verdadera inspiración fue aquel de la Ópera de París, revela Ricky–, esta nueva reversión de Bailarín, 25 años después, se "estrena" hoy en cuentas de Instagram, Facebook y Twitter y promete viralizarse.
Viento danzarín/ que girando va/ como un bailarín/ que trepa en cada salto/ al trampolín más alto/ y a fuerza de soñar/ nos puede hacer creer/ lo fácil que es volar, dice la letra.
Eleonora Cassano y Cecilia Figaredo, los bailarines del Teatro Colón Nadia Muzyca, Federico Fernández, Emanuel Abruzzo, Maximiliano Iglesias y Macarena Giménez (con una breve aparición de la pequeña hija de ambos, Emma); Patricio Di Stabile, la coreógrafa Analía González, el campeón de malambo Tito Díaz y tantos más se dejan llevar por el viento, se "enredan" en cada paso, como escribió Eladia. La lista de nombres es mucho más amplia y sobre todo abarcativa: para el gran público, varios son conocidos "de la tele", los vieron en ShowMatch y en el programa Argentina baila. En la pantalla se mueven por toda la casa para llegar con su mensaje. Maia Roldán lo hace en un balcón, Lourdes Sánchez en el patio, Luis Sosa en la terraza. Y hay muchas más caras conocidas: Florencia Viterbo, Valeria Archimo, Gabo Usandivaras.
"Hay algo del bailarín que no termina de cerrar, de orejón del tarro, y no solo por todos los temas que tienen que ver con la Ley de Danza. No encontramos la manera de explicarle a la gente que este es un trabajo y que estamos presentes. Ahora vemos todo el tiempo en las redes sociales cadenas de músicos y cantantes, actores y escritores leyendo poesía, y quise mostrar que acá estamos, que nos conocen, que estamos cerca", reflexiona Pashkus en diálogo con LA NACION. Además de la idea y la puesta en marcha, suya es la sonrisa del final.
Un poco de historia: rescate emotivo
"Hay diferentes compañeros y grandes figuras de la danza en la Argentina. Fue un lindo recuerdo ver el video", dice Julio Bocca desde Uruguay. Detrás de esta cruzada que llega como un collage de lenguajes en movimiento hay un rescate emotivo. "Hice esta coreografía cuando se cumplieron diez años de carrera de Julio, a una década de la medalla dorada en Moscú –retoma Pashkus la historia y se remonta al primer gran hito en la carrera de quien sería la estrella argentina de la danza–. Creo que a la distancia no pudimos ver la belleza de esta canción, que no volvimos a escuchar ni ver bailar. Me empecé a acordar de las charlas con Eladia Blázquez y quise rescatar todo eso como una sensación."
Aquel 1995 en el Luna Park fue una fiesta. Bocca baila de todo: una suite El lago de los cisnes; luego Marte, la venganza; y para la tercera parte, el final del show se reservó un compendio de los mejores momentos de su década, con un póker de partenaires argentinas: Raquel Rossetti, Silvia Bazilis, Cristina Delmagro y Eleonora Cassano (el tiempo sumaría, por supuesto, a Figaredo en esta lista). Entonces hubo dos estrenos: un vals de Strauss, también coreografiado por Pashkus, titulado Vino, mujeres y canto, y a modo de bis venía Bailarín.
En estos días, Bocca incentiva a estudiantes, maestros y bailarines de todo el mundo con charlas, mensajes y participaciones virtuales: responde preguntas del Bolshoi de Moscú y de los alumnos del Sodre, cuya compañía dirigió y llevó a convertirse en un gran éxito. También durante la cuarentena se unió a escuela del American Ballet de Nueva York y mantuvo contacto con el Ballet de Australia. Cuenta su propia historia a generaciones que no lo conocen, que le transmiten sus miedos e incertidumbres, y recorre el país en la pantalla de los maestros que lo dejan entrar a sus estudios para seguir trabajando en cuarentena. Por supuesto, está presente en cada iniciativa de su Fundación, que hoy difunde este video danzarín en su cuenta de Instagram, y en ocasiones sorprende un poco a todos con su nuevo lado extrovertido: hace pocos días apareció recitando (y animándose a cantar) Balada para un Loco.
Mayor sorpresa se debe haber llevado seguramente Analía, una mujer de 75 años que fue estudiante de ballet, y los otros días recibió de sorpresa la llamada de Julio Bocca. "Me convocaron del Gobierno de la Ciudad en su plan de acompañar en casa a adultos mayores. Le preguntaron a la gente por sus ídolos y entonces me pidieron que me comunicara con esta persona. Fue genial. Se trata de ayudar, poder dar un poquito de esperanza. Nuestra parte como artistas es hacer disfrutar a los demás"
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