A Weekend in the City
El cantante Kele Okereke lo sabe. El mundo se mueve rápido y los mensajes no pueden equivocar su destino. “Estoy tratando de ser heroico en una era moderna”, alcanza a suspirar mientras su voz se esfuma entre la tarde gris de “Song for Clay”, homenaje al singular protagonista de la novela Menos que cero, de Bret Easton Ellis.
Dos años después de presentar al mundo Silent Alarm, un manifiesto de pop angular y efervescente, Bloc Party aceita aun más la máquina y, desde su interpretación arty del punk, concibe un álbum hacia el epicentro de las sensaciones, con pocas sonrisas y el foco sólo en lo esencial: la música.
A Weekend in the City es el diario íntimo de un joven británico de 21 años que, como Okereke, se las rebusca para sobrevivir en las calles de Londres y, como un pintor, retratar las historias mínimas que se esconden en sus parques otoñales y sus infinitos callejones. Kele moldea pequeños himnos urbanos de desesperanza y soledad, subrayando –desde esa misma y apática visión adolescente– los males de la generación iPod: racismo, drogas, homofobia, violencia, incomunicación, segregación y dependencia. Mensajes con destinatario inmediato que se expanden como un virus y pueden sorprenderte en la pista de baile (“The Prayer”), en tu mecedora de invierno (“Where Is Home?”) o en una autopista tEster de la alienación urbana (“Hunting for Witches”). Sólo hay que sentarse a esperar.
Otras noticias de Críticas
Más leídas de Espectáculos
Balance. David Duchovny, Gillian Anderson y una relación que tildaron como “una amistad fallida”
En fotos. De los besos de Rita Ora a los impactantes looks de Jennifer Lopez y Charlize Theron
“Terriblemente poco profesional”. Joaquin Phoenix, el renunciador serial que casi queda afuera de Gladiador
Este martes. A qué hora empieza la preventa de entradas de Oasis en la Argentina para 2025