Amélie Nothomb / Editorial Anagrama
Apetito Voraz
Un autorretrato donde la ironía, el humor y el dolor se entremezclan para formar una obra que emociona por su despiadada originalidad.
Cuidado. los adictos a los libros extravagantes y crudos corren peligro. Biografía del Hambre, la última novela de Amélie Nothomb (1967), amenaza seriamente con convertirse en un libro de culto. Porque es raro, irónico, divertido y excesivo. Y porque su autora (de nacionalidad belga, pero nacida en Japón) también es rara, irónica, divertida y excesiva.
El libro inquieta desde su portada: Nothomb montada en una bicicleta cuyos ojos parecen decir "a ver si te atreves". Una invitación imposible de rechazar. Luego, en las primeras páginas, una sola frase marca definitivamente la personalidad de la niña-protagonista-autora: "El hambre soy yo". Y el apetito es voraz. De agua, de chocolate, de alcohol, de belleza, de descubrimientos, de libros, de amor. Un hambre que parece no tener fin y que se convertirá en el motor de esta niña cuya filosofía de vida sorprende, divierte y asusta.
Hambrienta y sin patria, la protagonista, hija de un diplomático belga, guía su travesía del hambre por distintas partes del mundo. Primero en Japón, su país natal y en cuyos iniciales 5 años de vida parece conocer un estado de felicidad que la marcará de por vida. Luego es China, donde, con sólo 7 años, fija con una frialdad escalofriante su fecha de defunción: a la edad de 12 años. Un nuevo mundo aparecerá después en Nueva York, lugar que define como "un incesante cortejo de ebriedades". Ya a los 11, vuelve al oriente en tierras donde el hambre incendia diariamente la sangre de sus habitantes: Bangladesh, India, Birmania y Laos. Precisamente es en su estadía en Bangladesh y producto de su negación a seguir creciendo, donde la niña decide dejar de comer para vivir por 2 años el calvario de la anorexia.
De corte autobiográfico, Nothomb nos permite conocer en esta novela todos los rincones luminosos y oscuros de su infancia ("la anorexia me salvó del alcoholismo y la escritura de la anorexia"). Un autorretrato donde la ironía, el humor y el dolor se entremezclan para formar una obra que emociona por su despiadada originalidad.
Biografía del Hambre duele pero también divierte. Porque la glotonería de la niña Amélie es, a la vez, tierna y brutal. Es simplemente la forma de vida que adoptó voluntariamente (y con toda la sabiduría de una niña de 5 años) una chica superdotada que algunos años después le permitiría convertirse en toda una superestrella de la literatura europea.
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