¿Puede ser que Mick Jagger -cantante de "Satisfaction", "Paint It Black", "Start Me Up" y docenas de canciones que te sabés de memoria- esté infravalorado como letrista? Esa es la teoría con la que trabajaba Bernard Fowler, corista de los Rolling Stones , mientras grababa su nuevo disco, Inside Out. "Creo que mucha gente que conoce y ama a los Rolling Stones se pierde muchas cosas importantes que se dicen", le dice Fowler a Rolling Stone. "Yo no quería hacer un disco de covers; quería hacer algo radicalmente diferente."
Para Inside Out, Fowler eligió ocho temas destacados de los Stones y los arregló como para que las letras fueran las estrellas, presentándolas como poesía recitada. Para cada tema, toca en la conga ritmos inspirados en África y Sudamérica, junto a un elenco de músicos estelares que incluyen al baterista Steve Jordan, el guitarrista Ray Parker Jr., y al bajista de los Stones Darryl Jones, entre otros. Muchas de las canciones pertenecen a Undercover, el disco de la banda de 1983, que incluso muchos fans duros pueden haber pasado por alto. Un par son temas desconocidos de los 70 ("Sister Morphine", "Time Waits for No One"), y luego está "Sympathy for the Devil", con "la riqueza y el buen gusto" del original, y una interpretación más dura. Fowler enuncia con claridad todas las sílabas, para que esta vez nadie se pierda el significado de las palabras.
Jagger le dio la bendición a este proyecto cuando se le acercó a Fowler sigilosamente por la espalda mientras el cantante improvisaba una de sus reversiones en una prueba de sonido de los Stones hace un par de años. "Me dijo: ‘Mirá, Bernard, escuché canciones de los Rolling Stones hechas de mil maneras, pero nunca así’", recuerda Fowler. "Yo le dije: ‘Cuando termine la gira, las voy a grabar’. Me dijo: ‘Tenés que grabarlas’."
Desde que terminó Inside Out, empezó a recibir apoyo también de los otros Stones. "Mi ‘Hermano B’ Fowler le pone un poco más de roll al rock & roll de los Stones", le dijo Keith Richards a Rolling Stone. "¡Me encanta!"
Fowler se reunió con RS en un día libre de la gira Celebrating Bowie. Habló en detalle de su historia personal con los Rolling Stones, quienes pronto deberían estar anunciando la reprogramación de sus fechas luego de la operación cardíaca de Jagger, y de lo que significan para él estas canciones.
¿Cuándo se te ocurrió la idea de hacer un disco de los Rolling Stones como si fuera poesía Beatnik?
Tenía ganas de hacer un disco de poesía recitada desde mi último disco, The Bura. Y un día estaba haciendo un homenaje a los Rolling Stones en el Rock and Roll Hall of Fame con Steve Jordan. Me dijo que Chuck D sería uno de los invitados. Chuck perdió el avión, y yo le dije a Steve: "Estoy pensando en hacer un disco de poesía recitada. Quizás podría recitar ‘Sympathy for the Devil’". Jugamos un poco en el ensayo de esa noche. Fue la primera vez que hice algo así.
Después, durante una de las giras, empecé a ensayar mis versiones de los temas antes de los recitales. [El tecladista] Chuck Leavell dijo de hacer una canción, y yo empecé a tocar la conga y a recitar la letra, y a todos pareció gustarles. Después se volvió algo habitual, algo que yo hacía antes de las pruebas de sonido. Un día, me subí al escenario, y Mick estaba parado atrás de las congas y me vio. Fue muy gracioso. Ahí fue cuando me dio luz verde.
¿Cómo decidiste qué canciones funcionaban mejor recitadas?
El contenido lírico era lo más importante, porque yo no quería samplear nada de música de las canciones. Mi idea inicial era que fuera sólo percusión y voz. "Undercover of the Night" estaba primera en lista. Ninguna de las canciones más famosas funcionaba, y eso que lo intenté. En casa tengo libros con las canciones de los Rolling Stones, y empecé a leer las letras, y las que tenían contenido fuerte saltaron a la vista. Cuando vi lo fuerte que era el mensaje en esas canciones en particular, empecé a recitarlas en mi cabeza, y si fluían las usaba.
En el disco está "Sympathy for the Devil", pero al principio no quería hacerla, porque es muy popular. La única razón por la que la hice es porque estaba apurado, y me quedé sin presupuesto. No había presupuesto para este disco; lo hice todo yo.
En "Tie You Up", sobresalen las palabras: "¿Por qué es tan divino el dolor del amor?". Nunca antes había pensado esa letra en esos términos.
Exacto. Espero que tenga ese efecto en mucha gente más. Lo que me sorprendió cuando empecé a leerlas y recitarlas fue el ritmo. Me resultaba muy familiar. Tuve una charla con Mick en la que le dije de grabar estas cosas, y empezamos a hablar de The Last Poets [el grupo de poetas basado en Harlem]. Me dijo: "Sí, los vi en Inglaterra. Alguien hizo una fiesta y llamó a los Last Poets e hicieron una performance". Yo le dije: "Wow".
Yo sé que Mick siempre estuvo atento a todo lo que pasaba, y Keith muchas veces dijo que Mick es como una esponja, así que no me sorprendería si, después de haber visto a los Last Poets, se hubiera ido a la casa a escribir para los Stones, y que ese ritmo se le hubiera pegado, porque en algunas de las letras se siente. Como en "Tie You Up".
Más allá de The Last Poets, ¿en quién más estabas pensando cuando hiciste los arreglos?
Felipe Luciano y Gil Scott-Heron. Vi a Luciano en Def Poetry Jam, donde hizo una pieza llamada "Jibaro". Se me puso la piel de gallina. Todavía tengo los pelos de los brazos de punta pensando en esa interpretación. Yo pensé: "Maldición. Eso fue hermoso". Fue muy fuerte.
¿Vos no grabaste con Gil Scott-Heron en algún momento?
Sí, en uno de sus últimos discos, dos o tres temas. El que yo recuerdo era una canción llamada "Re Ron". La compuso para Ronald Reagan, nuestro presidente en esa época.
En Inside Out hay una lista impresionante de invitados. ¿Cómo les describías tu idea para el disco?
Les dije que era importante que los ritmos representaran alguna parte de Sudamérica o África. El ritmo es muy importante para mí.
"Sister Morphine" es interesante. También es relevante hoy en día, considerando la epidemia de opiáceos.
Es gracioso porque muchas de estas cosas fueron escritas hace mucho tiempo, pero son muy de ahora. Cuando yo era chico en Queensbridge, hubo una epidemia de heroína grave. Teníamos más droga en Queensbridge que en Harlem. Tengo un pariente que se volvió adicto, y pudo superarlo, así que lo vi de primera mano. Pude conjurar todo eso para captar la atmósfera.
Grabaste una intro dramática para "Undercover" que es bastante atemorizante, con un hombre y una mujer gritándose en español. Ella le dice: "No, no". La letra de la canción habla de las cárceles de Sudamérica, ¿cuál es el significado de eso?
Me puse a mirar videos en Internet de la guerra en Nicaragua. Escribí un diálogo en inglés sobre una niña que corre por la jungla, tratando de huir de la guerra. Tiene miedo de que la agarre el ejército; por eso suena tan atemorizada. El hombre dice: "Ahí hay alguien, agárrenla".
Llamé a mi amigo Carmine Rojas, un bajista que conozco desde hace años. De algún modo, él es es el responsable de que yo cante con los Stones. Le dije: "Carmine, necesito que venga una niña al estudio a grabar un diálogo que escribí, pero tiene que ser de Nicaragua". Me dijo: "Oh, OK. Tengo a alguien. No es actriz ni cantante. Nunca estuvo en un estudio de grabación en la vida. Ya está yendo para allá". Le expliqué lo que quería, y le dije: "Tenés que hacerlo en español". Me dijo: "No sé, quizás sea un problema". Descubrí que ella se había criado en Nicaragua durante la guerra. Cuando empezó a leerlo, se puso a llorar. Me puso la piel de gallina pensar en esa noche ahora. Cuando terminó, tenía los ojos llorosos, y yo pensé: "Oh, baby". Le di un abrazo. Pensé: "Es increíble". Funcionó a la perfección. Es poderoso. Y carmine Rojas es el soldado.
Dijiste que Carmine te introdujo a los Stones. ¿Cómo fue eso? ¿Cómo entraste en la órbita de los Stones?
A principios de los 80, tuve dos éxitos con New York City Peech Boys. Me llamó Bill Laswell, y me presentó a Herbie Hancock. Todas las voces de Future Shock son mías. Tenía que usar un alias porque los Peech Boys se pusieron locos, lo cual me pareció gracioso, porque ellos me estaban robando dinero a mí. Pero ese disco fue enorme. Salí de gira con Herbie -así me fui de los Peech Boys- y en una pausa me llamó Bill. "Bernard, ¿qué estás haciendo? Andá al aeropuerto, te esperan con un pasaje". Le dije: "Bill, acabo de entrar a casa".
Me encontré con él en el aeropuerto, y dimos unas vueltas por Londres, y me preguntó por los Rolling Stones. Le dije: "Sí, me gustan los Stones. El primer disco que me regaló mi papá fue uno de los Rolling Stones".
¿Cuál era ese disco?
Era 12x5. Mierda, lo escuchaba todo el tiempo. Me crié escuchando los discos de mi madre y mi padre. Eran discos viejos de blues, soul y gospel, pero en algún momento se me metió esta mierda del rock & roll en la cabeza, y me encantó. En mi barrio, casi nadie escuchaba esto, pero yo sí. Siempre sentí que había nacido un poco tarde, porque yo debería haber estado en Woodstock.
¿Qué más pasó en Londres con Bill?
Paramos en una casa blanca enorme, tocamos la puerta, y aparece un negro enorme. "Hola, Bill. Está en esa sala". ¿De quién mierda habla? Hay un tipo sentado en el piso. Yo le veía la espalda, y una guitarra. Bill entra y dice: "Este es Bernard Fowler. Este es el tipo del que te hablé". El tipo se da vuelta y es Mick, y yo entré en shock. Mick dice: "Sentate en el piso". Estaba rasgueando la guitarra, nos ponemos a tararear, y me pasa un cassette y me dice: "Vamos a trabajar en estas mañana". Preparé unos arreglos vocales en un aparato multipista esa misma noche. Se lo mostré al día siguiente, y me dijo: "¿Hiciste esto después de que nos vimos?". Terminé grabando She’s the Boss [el primer disco solista de Jagger] con él.
¿Cómo fue que seguiste trabajando con él?
Volví a la gira con Herbie Hancock y, cuando estaba en Nueva York, alguien me llama y me dice: "Escuché que Mick Jagger está buscando un cantante varón de acompañamiento para su gira. ¿Te enteraste de algo?". Yo pensé: "No, no me llamó nadie". Estaba ensayando para una gira en un estudio con Carmine Rojas, y me fui al baño, y veo un grupo de gente caminando en el pasillo, y lo veo a Mick. Le dije: "Hey, Mick. ¿Cómo andás?". Me miró y no dijo nada. Así que fui al baño. Después entra una mujer y dice: "¿Acá hay algún Bernard Fowler? Mick quiere saber si podrías hacer una prueba para su gira". Me dio un cassette con tres o cuatro canciones y se fue.
Yo pensé: "¿Prueba? Yo grabé en su disco solista. ¿Qué es esta mierda de una prueba? A la mierda. No lo voy a hacer". Carmine Rojas, por suerte, me agarró del brazo y me dijo: "Andá ahí, y matalos". Fui al baño, escuché las cuatro canciones, entré en la sala donde estaba la banda, todos los peces gordos -Doug Wimbish, Joe Satriani, Jimmy Rip, Simon Phillips- y supongo que estaban probando cantantes. Me miraron y dijeron: "¿Estás listo?". Como si dijeran: "Oh, no, acá va otro bobo". Me ofendió el "¿Estás listo?", y pensé: "Les voy a demostrar". Empecé a cantar esas tres canciones prendido fuego. Al final, les devolví el cassette y me fui. Escuché a alguien decir: "Mierda, creo que le van a dar el trabajo a él".
Esa misma chica después me dice: "Queremos que hagas la gira, y queremos saber si podés empezar los ensayos mañana". Yo le dije: "Nop". Me dijo: "¿No?". Y yo: "Puedo empezar después del trabajo que estoy haciendo ahora. Vuelvo en una semana". Se fue, volvió y me dijo: "OK". Esa fue mi introducción a los Rolling Stones, y llevo 31 años yendo y viniendo.
¿Cómo es cantar para Mick? ¿Te dio consejos sobre cómo cantar?
No, nunca me dio ningún consejo. Cuando empecé a trabajar con él, era bastante mandón. Él y Keith hacían las voces en los primeros discos, así que era importante para mí cantar esos arreglos con familiaridad, y era bastante trabajo porque éramos solo yo y [su colega corista] Lisa Fischer. Básicamente, Lisa y yo encontramos la forma de hacer que dos personas sonaran grandes, como si fueran más de dos personas. Mick muchas veces nos miraba con el ceño fruncido como si dijera: "Eso no funciona. Hagan otra cosa". Cuando tiene esa cara, es que algo no funciona. Así era.
¿Cuál es tu canción favorita para cantar en vivo con los Stones?
"Midnight Rambler". Dios mío. Cuando se alinean las estrellas y esos muchachos se prenden fuego, no hay con qué darle. Es todo un viaje, con muchos cambios de ritmo. Empieza en un tempo, y después pasa a otro, y después a otro. Mick tiene su bailecito, y es como: "Oh, mierda, cuidado. Te va a volar la cabeza". Es increíble.
¿Vas a salir de gira con tus interpretaciones de los Stones en Inside Out?
Estoy viendo. Estoy pensando que quizás yo sea mi propio telonero, porque los recitados no me cansan. Puedo hacer ese disco, y después terminar con canciones.
Las cosas recitadas son una experiencia totalmente diferente.
Se siente como algo totalmente diferente, y espero que la gente escuche estas canciones como jamás las escuchó antes. Esa era la idea, ponerlas en otro ambiente. No es un disco de covers; es una recreación.
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