Benjamín Vicuña, Luz Cipriota y Ludovico Di Santo: la jugada apuesta a una serie de ciencia ficción
Protagonizan2091, que debuta hoy en FOX; en una charla conLA NACIONhablaron sobre los desafíos de viajar al futuro, la actuación y la pantalla chica
El mundo dentro de 75 años. Naves espaciales, competencia virtual, desarrollo tecnológico, escasez de recursos naturales, armas y caos. Estos son los condimentos principales de 2091, la primera serie de ciencia ficción filmada en Latinoamérica con un enfoque cinematográfico, animación 3D, estética de videojuego y un elenco internacional.
La superproducción, escrita por el argentino Andrés Gelós (Cumbia Ninja, Kdabra), dirigida por el colombiano Felipe Martínez (Cumbia Ninja) y el mexicano Álvaro Curiel (Acorazado), posee 13 episodios y fue grabada en Colombia durante casi cinco meses.
Antes de su estreno, el próximo 18 de octubre, a las 22, por la pantalla de Fox, LA NACION habló con tres de los protagonistas Benjamín Vicuña , Luz Cipriota y Ludovico Di Santo sobre la nueva ficción, la profesión y la industria audiovisual.
-¿Qué implica hacer ciencia ficción en América Latina?
Benjamín: -Significa abordar un riesgo. Nosotros, como actores, hemos tenido diferentes retos de preparación física y cambios de look en distintos trabajos que hemos hecho. Acá el verdadero desafío fue que el 80% de las escenas se complementaban con efectos visuales. Tener que dialogar con algo que no sabíamos que iba a estar ahí, hablar con una máquina o imaginar que detrás nuestro estaba el universo fue un reto. Eso es lo más curioso y arriesgado de este proyecto. Nos apropiamos de un género que nos queda muy distante. Suena muy pretencioso, pero es una serie pensada para el mundo. El polo audiovisual que se gestó en Colombia es muy potente y cuenta con los mejores técnicos. Por algo todas las cadenas quieren filmar ahí.
Luz: -Trabajar ciencia ficción es muy jugado. En este caso, se armó un equipo profesional a nivel Hollywood, que no tiene nada que envidiarle a quienes hacen esto desde hace mucho tiempo.
-Benjamín, ¿por qué creés que no se realizan este tipo de producciones en la Argentina?
Benjamín: -Acá hay grandes talentos, técnicos muy valiosos que han heredado el oficio de generación en generación. Lo vemos ahora con el éxito del cine argentino. En el caso de Colombia, tenemos que hablar de razones más bien políticas, que tienen que ver con subvenciones, y una cuestión geopolítica, su cercanía con Miami. Allá hay políticas que fomentan el trabajo audiovisual. Acá todavía hay que proteger y seguir desarrollando esta industria.
-Nuestra televisión fue perdiendo audiencia en los últimos años, ¿cuál creen que es el motivo?
Ludovico: -Cambiaron el público y la manera de mirar. Antes se miraba tele de aire. Ahora, no. El espectador mira desde otras plataformas: Internet, Netflix, Fox. Mira cuando quiere y donde quiere. Cuando pensás un proyecto para la televisión abierta, pensás en un público argentino y eso lleva a determinado dinero. Cuando tenés en mente algo para la región, lo estás vendiendo en México, Perú, Colombia, Bolivia, la producción es otra. Si te doy $10, vas a poder hacer un tipo de zapato. Si te doy $200, vas a hacer mejores zapatos. La calidad es muy distinta.
Benjamín: -No siempre.
Ludovico: -¿Me querés pelear? [Risas]
Benjamín: -No. [Risas] Sólo quiero rescatar las buenas ideas que hay acá, a pesar de los presupuestos.
Ludovico: -Acá hay buenas producciones, como la que hizo Underground con El marginal. Pero ya nada mide 30 puntos de rating.
-¿Qué otros géneros son difíciles de abordar en Latinoamérica?
Ludovico: -Terror, porque implica mucho dinero.
Luz: -Ficciones de época, también porque necesitás mucho presupuesto.
Benjamín: -Es cierto. Para hacer Sitiados, ambientada en 1590, fue necesario tener una espalda importante.
Ludovico: -¡Hacela con $10! [Risas]
-¿Cómo es su relación con la ciencia ficción?
Ludovico: -Soy fanático. Consumo mucho este género. Nunca pensé que iba a poder hacer ciencia ficción, porque es algo muy caro de realizar. Cuando me lo propusieron, me hablaron de otros planetas, de naves espaciales y ni lo pensé, me subí de una. Fue una experiencia muy lúdica. Es como cuando sos chico y jugás a que te persiguen las Tortugas Ninja. Corrés aunque las Tortugas no estén ahí. Es volver a la infancia, a jugar con la imaginación. Fue un trabajo muy rico porque creamos un universo con la cabeza.
Luz: -Nunca lo consumí demasiado como espectadora, pero siempre me dieron ganas de hacerlo. Me parecía un desafío enorme. Formar parte de un proyecto donde tuviera que poner el cuerpo, tener escenas de acción, de pelea era un sueño por cumplir.
-¿En qué consistió el entrenamiento que realizaron para desarrollar escenas de destreza física?
Luz: -Ludovico y yo fuimos los que tuvimos una transformación física más fuerte. A él le hicieron una cresta roja y lo raparon. A mí, que tenía el pelo por la cintura, me lo cortaron bien cortito. En mi caso, mi personaje es muy atlético, así que me preparé durante un mes con un personal trainer, que me pasaba a buscar a las cinco de la mañana y me daba un entrenamiento casi militar, que me ayudó mucho a construir este papel. También tuvimos clases de manejo de armas.
-¿Te costó animarte a un cambio de look tan radical?
Luz: -Sé que cualquier mujer diría que no, pero a mí me divirtió. Hace tiempo que quería hacerme un cambio de look total, pero nunca encontraba la excusa perfecta. Me pareció que éste era el momento para hacerlo.
-A vos también te tocó filmar en el Desierto de la Tatacoa. ¿Cómo fue la experiencia de rodar ahí?
Luz: -¡Genial! Es un lugar espectacular, que parece de otro planeta. Grabar con 40° de temperatura fue un obstáculo. Necesitamos que una persona del equipo nos fuera dando suero, porque el agua ya no alcanzaba a hidratarnos. Fue una experiencia única.
-La serie instala un 2091 apocalíptico. ¿Cómo imaginan ustedes el futuro?
Benjamín: -Como una mezcla entre la película Her [de Spike Jonze] y lo que propone 2091. Son dos aproximaciones sobre cómo suponer la evolución de la tecnología, la tendencia del ser humano al individualismo, la falta de solidaridad, el agotamiento de los recursos naturales del planeta. Cuando cada uno quiere salvarse por sus propios medios, ahí empieza el rock and roll.
Ludovico: -Tengo una postura un poco más romántica. Creo que vamos a pasar una transición fea, pero somos seres sociales y vamos a volver al contacto, a los abrazos.
¿Quiés es quién?
Luz Cipriota es Altea
"Interpreto a una de los siete elegidos para ir a jugar a una nave espacial. Altea es una ex policía violenta y esquizofrénica, que no distingue realidad de virtualidad, lo cual la vuelve muy peligrosa", adelantó la actriz.
Benjamín Vicuña es Lodi
"Lodi es un personaje muy ambicioso, competitivo, sin escrúpulos, que está dispuesto a hacer de todo para ganar el juego", contó el actor.
Ludovico Di Santo es Mefisto
"Mefisto, mi personaje, es el más inteligente y amoral de todos. Está muy loco y nunca es lo que parece", sintetizó Di Santo.
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