Barrio chino
Por una fauna amigable en casa rodante
Una amigable fauna de peluche que suele pulular por el barrio de Once emigra, cada tanto, hacia percheros, lámparas, prendedores, petacas, muebles (dos cabezas de tigre son tiradores de una cajonera kitsch, por ejemplo) y ambientaciones de cumpleaños. En tanto, unos dinosaurios de plástico exhiben peligrosas jorobas con púas (en realidad, se volvieron macetas para minicactos). Todos se volvieron productos de Casa Berlín (Facebook.com/casa.berlin), que también suma muebles reciclados y, gran éxito, altares para todos los credos: desde el Gauchito Gil y San Ramón Nonato hasta Iemanjá y Krishna.
Casa Berlín empezó una mañana, hace un año y medio, cuando Marcia Lencina y Milagros Ruiz de Galarreta se conocieron en uno de esos desayunos para emprendedores llamados Likemind. Arquitecta una, diseñadora de indumentaria la otra, coincidieron también en sus ganas de salirse de los destinos obvios que ofrecen sus carreras. Les interesaba el diseño inusual: un poco de arte, otro de decoración, otro de lo inesperado.
Desde que se asociaron, cuenta Ruiz, "fue gracioso, porque los sueños que se nos ocurrían (como salir en determinado blog, que nos llame tal tienda) se iban cumpliendo". Por estos días esperan que se les cumpla el sueño de la casa rodante: nómadas como se asumen, en el tiempo que trabajaron juntas se mudaron varias veces, llevando todo a cuestas (herramientas, materiales, fauna, flora...), así es que lo mejor que les podría pasar es un taller móvil. El que quiera ayudar, y recibir a cambio algún souvenir, puede entrar a idea.me/proyectos/7984/enbusquedadelacaravana.
Tres días fuera del tiempo
Para el que no tenga fuerza de voluntad para desenchufarse de cualquier aparato inteligente, Digital detox (thedigitaldetox.org) propone retiros desintoxicantes de tres días donde no se permiten ni relojes. Con base en California, los retiros pueden ser en un rancho ahí mismo (en la foto), pero también en la jungla de Costa Rica o en una isla desierta en Camboya. La idea es recargarse (con yoga, aire limpio, lecturas, paisajes, meditación, comida sana, masajes) y conectar con otras personas. Fácil pero difícil.
La felicidad de las vacas
Aunque las carnicerías y parrillas suelan tener nombres como El novillo alegre y El pollo biónico, todo el mundo sabe que el animal verdaderamente feliz es el que nadie mata. Así, acertadamente, un grupo de vegetarianos fundó la aplicación Happy Cow (vaca feliz), y por una vez no hay nada de contradicciones en su nombre: la idea es indicar al usuario qué restaurantes y negocios vegetarianos y veganos hay en las inmediaciones. Además, recetas y consejos sobre nutrición. Se puede bajar desde