Bardem, el candidato
Ni siquiera soñaba con el Oscar, pero ahora no puede contener sus expectativas
NUEVA YORK (The New York Times Special Features).- El 13 de febrero último, Javier Bardem fue elegido candidato al Oscar en la categoría Mejor Actor. Ahora, el propio Bardem está tratando de figurarse qué significa eso. "¿Qué puedo decir?", comentó el actor español, que fue nominado por su interpretación del controvertido escritor cubano Reinaldo Arenas en la película "Antes que anochezca" (que se estrenará mañana en la Argentina).
"Es asombroso lo que me ha sucedido. Sólo una película, sólo un papel... La gente no tiene referencias de las otras cosas que he hecho. De manera que todo esto es como un sueño. Nunca ambicioné ganar un Oscar; jamás en mi vida. Acaso haya tenido la ambición de trabajar con Al Pacino en una película. Lo que es mucho decir. Pero nunca tuve como meta ganar un Oscar", expresó alborozado un apuesto y fibroso Bardem, de 31 años, vestido elegantemente de negro, mientras encendía un cigarrillo y se reclinaba en un sofá de una suite del hotel Essex House, de Nueva York.
"Cuando uno llega hasta esta instancia -agregó el actor mientras le daba una pitada interminable al cigarrillo- la gente que lo rodea le inyecta el virus de la expectativa. De manera que aunque uno no quiera pensar en eso, irremediablemente termina por hacerlo. Ahora bien, si se da el caso, la fiesta será fantástica."
Pero aunque pierda, Bardem habrá ganado igual. Aunque él pierda, los actores latinos ganarán.
"Significa que tienen ahora un lugar en la industria cinematográfica norteamericana, lo cual es positivo", advirtió Bardem en un inglés más que pasable. "Miami -prosiguió- decidió quién sería el nuevo presidente norteamericano. De modo que los latinos son importantes en los Estados Unidos. Pero yo no vivo aquí ni tengo relación con la sociedad norteamericana. Lo que sé es que los actores latinos generalmente son elegidos para interpretar el papel de un narcotraficante o del tipo que viola a la chica que está sola. No sé si eso es necesario. Ahora, con Benicio del Toro en la película "Traffic" y conmigo en "Antes de que anochezca", acaso ayudemos a decirle a la industria que también podemos ser buena gente. Personalmente la nominación tal vez me ayude a conocer algunas personas a las que admiro y con las que deseo actuar, y quizá puedan preguntarse quién es ese español candidato al Oscar y también quieran conocerme".
Por el momento, sin embargo, Bardem quiere que los espectadores conozcan a Reinaldo Arenas, el extinto escritor y poeta que luchó por la libertad artística y personal en la Cuba de Fidel Castro. Hacia 1990, cuando Arenas, que no ocultaba su tendencia homosexual, murió de sida a los 47 años, su obra incluía una veintena de piezas teatrales, además de novelas, cuentos, ensayos y una autobiografía titulada "Antes que anochezca" (1993), en la que se basó la película del director y coguionista Julian Schnabel.
"Cuando Julian me llamó -recordó Bardem-, yo no sabía quién era Arenas. Vine a Nueva York y hablé con Julian, que me mostró algunos videos sobre Reinaldo, que tenía un gran sentido del humor aunque uno al mismo tiempo se compadecía porque contaba historias realmente crueles. Luego comencé a leer sus libros. Su vida real era como una ficción. Reinaldo no vivía en el mundo real porque el mundo real lo estaba matando, de modo que se rodeó de ficción para poder sobrevivir".
Después de aceptar el papel, Bardem se dispuso a afrontar el desafío. Pulió su inglés, adquirió un acento cubano y bajó de peso. Mucho más arduo, sin embargo, fue mantener su propio sentido de la obligación de hacer justicia a Arenas.
"Reinaldo no fue un hombre del siglo XV -explicó el actor-. Estaba aquí hace 15 años. Hoy, muchos que lo conocían, que lo amaban, que lo odiaban, que mantuvieron relaciones sexuales con él, siguen vivos. Tuve que ser respetuoso no sólo con él sino con esa gente que lo conocía. Es aterrador, porque uno tiene que crear un personaje, dejar de lado el ego y la vanidad, y permitir que asome Reinaldo. Y es difícil, porque todos los actores quieren demostrar jactanciosamente que son extraordinarios. Pero en este caso uno no puede hacer eso, sino hacer lo que hacía el propio Reinaldo."
Aun con el respaldo de magníficos actores, como Johnny Depp, Sean Penn, Michael Wincott, Olivier Martinez y Andrea Di Stefano, Javier Bardem confió mayormente en el pintor devenido director Julian Schnabel.
"Antes de que anochezca" es tan sólo la segunda película -la primera fue "Basquiat" (1996)- que dirigió Schnabel.
"Julian es un amigo -señaló Bardem-. Esta es mi primera película norteamericana, mi segunda película en idioma inglés y él me ayudó y me respetó en todo aspecto. Me aconsejó que trabajara a fondo y me hizo ganar confianza. Me dijo que podía saturarme de información, videos y libros sobre el escritor cubano, pero que Reinaldo era mi personaje y que era mi turno de demostrarlo. Julian no intervenía en cada escena ni en cada línea. Me dio espacio para trabajar y me sentí orgulloso."
Javier Bardem creció en España rodeado por una familia de arraigo teatral. Su madre y su hermana son actrices. También sus abuelos son actores, en tanto que su tío es un respetado director de teatro. Paradójicamente, el único que se apartó de esa actividad familiar fue el propio Bardem.
"Quería salir de todo eso", recordó el actor entre risas. "Estudiaba pintura -prosiguió- y comencé a trabajar como extra en algunas películas para poder ganar algo de dinero y pagar mis estudios. Entonces pensé que debía estudiar actuación y allí descubrí mi verdadera vocación."
Bardem se valió de su corpulencia -por no decir también de su distintiva nariz, que le rompieron hace años en una pelea- para comenzar a interpretar personajes duros.
"No es cierto que si un actor tiene la nariz rota sólo puede interpretar personajes malvados. Un actor puede interpretar diversos personajes, siempre que se los ofrezcan. Por eso, después de filmar algunas películas, preferí trabajar de mozo y dedicarme a otras ocupaciones. Rechacé varios proyectos porque esperaba la película indicada para demostrarle a la gente que era capaz de interpretar lo que me propusiera. Ahora, en España, creo que la gente respeta mi trabajo", expresó.
Entre sus 16 películas figuran "Jamón, jamón" (1992) y dos largometrajes de Pedro Almodóvar, "Tacones lejanos" (1991) y "Carne trémula" (1998). Además, actuó en "Perdita Durango" (1998) y en "Días contados" (1995), por la cual ganó un premio Goya, el equivalente español del Oscar, como mejor actor secundario. Próximamente se lo verá en "The dancer upstairs", una película de suspenso dirigida por John Malkovich y completada con anterioridad a "Antes que anochezca".
Bardem afirmó que, aun cuando gane el Oscar, seguirá en Madrid, donde vive con su novia, que es traductora, y que su estilo de vida no cambiará en absoluto.
Finalmente, Bardem comentó: "Me estoy tomando mi propio tiempo. Acaso actúe en teatro en España o haga una película española. No tengo prisa. Siempre he hecho lo mismo. Estuve dos años sin trabajar. Prefiero vivir, divertirme, y disfrutar de mi trabajo. No quiero que mi trabajo se convierta en una necesidad".
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